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13-09-2013

Jornadas europeas contra el fracking en Bruselas

Llorenç Planagumà & Raül Valls | Alba Sud / CST

El pasado 4 y 5 de septiembre de 2013 nos reunimos en Bruselas unas 200 personas de diferentes partidos verdes y plataformas sociales para ver cómo encarábamos la lucha por la prohibición del fracking en Europa.


Crédito Fotografía: Marc Planagumà

Las jornadas europeas contra el fracking, organizadas por el Partido Verde Europeo, comenzaron el miércoles 4 de septiembre con la proyección del film Gasland (parte II), presentado por Josh Fox, su director. La película es una continuación de la primera parte, y en ella se denuncian más casos de contaminación y corrupción vinculada al fracking en los Estados Unidos, donde esta técnica se ha hecho extensiva a muchos estados. A pesar de su interés, en nuestra opinión, además de ser muy reiterativa, le faltaba un análisis con mayor profundidad de la problemática, denunciando aquello que provoca el surgimiento de esta técnica, es decir el sistema de propiedad privada en Estados Unidos y las alternativas para la obtención de energía.

El jueves día 5 de septiembre las jornadas tuvieron dos partes: una en la que se dio voz a las plataformas sociales y otra a técnicos y científicos. En la primera parte, presentada por José Bové, conocido luchador contra la globalización y en defensa de los derechos de autodeterminación de los pueblos, hablaron representantes de organizaciones de Holanda, Inglaterra, Irlanda, Rumania, Polonia, Cataluña y Alemania. A destacar la emotiva presentación del representante polaco, que denunció cómo el estado reprime brutalmente al movimiento y censura la prensa por demanda de la empresa Chevron. Muchos de los que participan en las movilizaciones contra el fracking en Polonia son agricultores que no quieren ver contaminadas sus tierras.

El resto de países que intervinieron evidenciaron que estaban en una fase similar a la que estamos viviendo en Cataluña y el resto del Estado español: luchan para que no se den permisos de investigación que en la práctica suponen el inicio de los trabajos de extracción. A destacar la intervención del compañero Jaume Moyà en nombre de la Plataforma Antifracking de Catalunya en la que denunció a las empresas y la complicidad de los estados en operaciones que tienen como única finalidad especular con el valor de las empresas en lo que constituye un nuevo tipo de burbuja especulativa.

Intervenciones técnicas

En la segunda parte de la jornada, más técnica debido al perfil científico de los ponentes, intervino Gabrielle Petron de la Universidad de Colorado. En su presentación  demostró que la explotación de gas y su consumo por medio del fracking, a pesar de hacer bajar las explotaciones de carbón y su consumo (lo cual podría reducir la emisión de CO2), al final el balance no es tan positivo. A causa de la emisión por pérdidas de más de un 20% y las generadas en el transporte, el fracking genera más emisiones de CO2 que otros métodos extractivos de energías fósiles. La conclusión de todo ello es que no se puede demorar más la transición a las energías limpias y renovables.

A continuación el ingeniero inglés Mike Hill habló sobre la legislación vigente y cómo con ésta es imposible controlar los desastres que hacen las empresas por más normativa ambiental que haya. La ley, por desgracia, va detrás del negocio y esto perjudica seriamente tanto su redactado, que sufre las presiones de los lobbys energéticos, como de su aplicación, que requiere muchas veces de una intensa movilización social para hacerla cumplir. La desproporción de fuerzas hace que en muchas ocasiones sean las grandes corporaciones las que redacten la legislación en función de sus intereses.

La ponencia final del economista francés Thomas Porcher argumentó que el fracking es otra burbuja especulativa con una fuerte dosis de capital ficticio basado en estudios poco creíbles y expectativas hinchadas sobre las reservas disponibles. El caso de los EEUU es paradigmático y las expectativas son entusiastas. Y lo que es más significativo, aunque se repite que se reactivará la economía y se crearán puestos de trabajo, la realidad es que la proporción es escasa. Los datos de empleo de Estados Unidos son demoledores: 600.000 puestos de trabajo por 500.000 pozos.

Las conclusiones finales de las jornadas reafirmaron la necesidad de fomentar la legislación sobre el fracking en Europa para evitar que los recursos energéticos vuelvan a caer bajo el control de las corporaciones.

Un paso importante, a ampliar

Es de agradecer que el Partido Verde Europeo haya promovido un debate como éste y haya dado la oportunidad a más de un centenar de activistas de diferentes países de poder compartir sus experiencias y sus anhelos. Para ganar una batalla que se libra contra intereses muy poderosos hay que ampliar el espectro social político, cultural y establecer complicidades con otros sectores que no estaban tan presentes en estas jornadas y los que a veces no se acaba de tener suficientemente en cuenta a la hora de luchar por unas mejores condiciones ambientales: sindicatos, grupos de defensa de la salud, asociaciones de vecinos, etc.

Todo ello confluye en la necesidad de seguir informando a las poblaciones y poderes locales de los peligros del fracking, al mismo tiempo que se presiona a los gobiernos para que legislen antes de que las empresas inicien los procedimientos para hacerse con concesiones e iniciar la realización "de estudios" sobre el terreno, que de facto suponen el inicio de las perforaciones y la explotación. Mientras la presión social y ciudadana, que debe concretarse en una firme alianza entre movimientos ecologistas, ciudadanía directamente afectada y expertos y científicos sensibilizados en los peligros de esta técnica, debe evitar que las empresas se hagan con los permisos para iniciar los trabajos. Todo ello en un contexto que nos permita superar la obsesión extractivista y conseguir para Europa un modelo energético basado en energías limpias y renovables.

Cambios en Cataluña

El 10 de septiembre de 2013, poco después de que volviéramos de las jornadas de Bruselas, el gobierno de la Generalidad de Cataluña manifestó su voluntad de no llevar a cabo la técnica del fracking alegando, tal como venían insistiendo durante el último año las plataformas y grupos opositores, que no era adecuado ni deseable para el territorio catalán. Nos alegramos de la decisión y nos mantendremos vigilantes, a la vez que continuaremos luchando contra la expansión del fracking en el resto del Estado español y de Europa.

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