04-05-2023
Recuperación de la memoria en Barcelona: La Modelo y la Comisaría de Vía Laietana
Carla Izcara & Raül Valls | Alba SudLa antigua prisión de La Modelo y la actual Comisaría de Vía Laietana son dos espacios con una memoria en común que podrían ser referentes en la recuperación de la memoria de la ciudad. Con el proyecto de La Modelo ya iniciado, discutimos las diferencias de usos de estos dos espacios y la potencialidad de vincularlos a los turismos de proximidad.
Crédito Fotografía: Antigua prisión Modelo de Barcelona. Imagen de Carla Izcara.
Desde finales de los años 70 hasta la actualidad, Barcelona ha sido escenario de diferentes estrategias de gestión del patrimonio en relación con la memoria de la Segunda República, Guerra Civil y la dictadura franquista (Remesar y Ricart, 2014). Todavía en este proceso de recuperar la memoria de la ciudad señalamos dos espacios: la prisión Modelo y la Comisaría de Vía Laietana.
El recorrido del centro penitenciario La Modelo es reflejo de la historia del país y muestra el cruce y choque de diferentes memorias. Si entre 1904 y 1939 la prisión mostró las contradicciones y convulsiones sociales y políticas con una retahíla de motines e intentos de fuga, a partir del 1939, con la victoria militar franquista en la guerra, se convirtió en un centro de reclusión tanto de presos comunes como de políticos. Entre los años 1955 y 1965 albergó también la prisión de mujeres y centenares de presas políticas estuvieron internadas. Más tarde, 1977 fue un año señalado para La Modelo. Por un lado, la Ley de Amnistía liberó a centenares de presos políticos de la dictadura, y por otro, la prisión también fue escenario de las luchas de la COPEL, organización que representó las reivindicaciones de los presos comunes por los indultos y para conseguir reivindicar sus derechos. Finalmente, continuó funcionando como prisión hasta el 2017.
El otro edificio, construido en 1928, es la Comisaría de Vía Laietana. Comprado por el Estado para albergar la Jefatura Superior de Policía, el 1931 la adquirió la Generalitat republicana y se instaló la sede de la Comisaría General de Orden Público bajo la dirección de Frederic Escofet. Con la victoria militar franquista el 1939 se convirtió en la sede de la Brigada Político-Social (BPS) y en el punto neurálgico de la persecución y represión de la disidencia política en Barcelona bajo la dirección de Eduardo Quintela. También funcionó como centro de interrogatorios y torturas donde tuvieron un rol destacado los hermanos Vicente y Antonio Creix. Durante todos los años de la dictadura varias generaciones de opositores pasaron por sus dependencias, sufriendo torturas, vejaciones e incluso asesinados. Como testimonia Carles Vallejo, presidente de la Asociación Catalana de Personas Expresas Políticas del Franquismo, después de semanas en vía Laietana lo trasladaban a La Modelo, “este cambio era vivido casi como una liberación”, recuerda.
Así pues, tenemos dos edificios vinculados a partir de la memoria democrática, pero con un desenlace completamente diferente. El año 2017 la Modelo fue recuperada por la ciudad y la ciudadanía, y la Comisaría es actualmente sede de la Policía Nacional y continúa ejerciendo una simbología represiva dentro del imaginario popular, sin que avancen por ahora las propuestas para su transformación.
Proyecto “Model, batega!”
La prisión se inauguró el año 1904 en la zona periférica de la ciudad, aunque en pocas décadas, debido a la expansión de la trama urbana con el proyecto del Ensanche, la engulló la ciudad. Xavier Riu, vocal de urbanismo de la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Esquerra Eixample, recuerda como en la zona “había el matadero municipal, la prisión, un cuartel militar y cocheras de tranvías, porque era el final de la ciudad, pero ahora es el centro”. Por este motivo, en 1974 dentro del Pla General Metropolitano ya se preveía el cierre y su conversión en equipamientos urbanos para el barrio. A pesar de esto, no fue hasta 1995 que el Parlament de Catalunya instó al Govern de la Generalitat a materializar su cierre y la apertura de otros centros penitenciarios de nueva creación. Más tarde, en 2009 que se concretó el Plan Director de La Modelo donde se proyectaban los nuevos equipamientos.
Nuevo jardín en La Modelo. Imagen de Carla Izcara
Xavier Riu, explica cómo “a partir de 2015 se creó una plataforma desde la Asociación de Vecinos y Vecinas de la Esquerra Eixample, escuelas, entidades memoriales, fundaciones y sindicatos para dar el empujón definitivo al proyecto”. Todo ello, culminó en su cierre definitivo el 2017 y con el inicio de la transformación del espacio para usos vecinales y memoriales. Un año después, con el espacio ya de titularidad municipal, se llevó a cabo el proceso participativo, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, para definir los usos definitivos que este tendría que acoger. Riu apunta con satisfacción que tiene “la sensación de haber participado en un proceso participativo de verdad, con muchas reuniones y diversidad de opiniones”. La recuperación de este espacio ha sido clave y era muy deseado, dado que “el Eixample es un barrio muy denso demográficamente, con una falta de espacios verdes y carencia de equipamientos”, comenta Mar Trallero, consejera del Distrito del Esquerra del Eixample y activista de la memoria democrática en varias entidades.
Finalmente, el proyecto ganador destaca porque mantiene y rehabilita los tres edificios principales e integra los nuevos usos. Además, se creará un parque de gran extensión desde el panóptico. Cómo destaca Riu, "la apuesta principal es que las dos islas sean un gran parque que enmarque estos nuevos equipamientos". Una vez finalizado el proyecto, se espera tener un instituto escuela, un jardín de infancia, un espacio joven, uno de memorial y otro para iniciativas de la economía social y solidaria. También se instalará una residencia para gente mayor, nuevas viviendas y un pabellón deportivo soterrado aprovechando la inclinación natural de las calles para ganar espacio.
Esta primera fase, según Mar Trallero “incluye la construcción de un Instituto Escuela, un polideportivo y una plazoleta con una zona verde”, aparte del equipamiento de memoria democrática. Respecto al espacio de memoria, “las entidades teníamos que ser realistas y no pretender que toda la prisión aconteciera en espacio de memoria. Asumimos un compromiso fruto de una negociación, y aunque se podría hacer otro proyecto, este no resolvería las necesidades del barrio”, admite Vallejo. Así pues, este proyecto incluye usos públicos, espacios de esparcimiento para la ciudadanía y conserva intacta la cuarta galería como espacio memorial.
Escuela en barracones Xirinacs. Imagen de Carla Izcara.
La gestión del mientras tanto
A causa del coste y tiempo que se requiere para llevar a cabo este proyecto, es prioritaria la “gestión del mientras tanto”. Actualmente hay dos escuelas funcionando con barracones, un salón de actos abierto a las entidades del barrio y memoriales y se ha habilitado un interior de isla. Aparte, también se pueden visitar algunas galerías y el panóptico de forma autónoma o con una mediación facilitada por diferentes entidades memoriales. Carles Vallejo, explica que “hay un equipo de tres personas para coordinar los usos de este mientras tanto y un equipo de monitores. Como entidad también hemos gestionado solicitudes de escuelas y grupos de jóvenes que nos piden visitas guiadas y testimonio de los que sufrimos la reclusión por razones políticas”.
Una cuestión importante es como tratar el cruce de memorias y desmemorias que se producen en el espacio de La Modelo. Por un lado, tenemos la historia de la prisión como lugar paradigmático de la represión franquista entre 1939 y 1977, y por la otra, su función principal como centro penitenciario de delincuencia común durante todos los años en que estuvo abierta. Estas dos realidades convivieron de forma paralela y solo se encontraron en momentos de fuerte politización social, como fue la experiencia de la COPEL.
Para Carles Vallejo, “el futuro Centro de Interpretación, ubicado a la cuarta galería donde estuvieron internados la mayoría de los presos políticos, aparte de la memoria de la represión política, tiene que incluir también la historia del conflicto social en Barcelona durante todo el siglo XX, alcanzando tanto una como el otra”.
En memòria de Salvador Puig Antich. Imatge de Carla Izcara.
Del mismo modo, hay consenso sobre el protagonismo que tienen que tener las entidades memoriales en la gestión del espacio. A pesar de esto, todavía se tienen que concretar algunos matices. Por ejemplo, para Mar Trallero, “la ciudad tiene varios espacios de memoria donde pueden participar las entidades, pero la Modelo por sus características, da la oportunidad de tener un espacio donde pueden trabajar juntas y compartir y generar proyectos.”. Y Jordi Rabassa, regidor de Ciutat Vella y de Memoria Democrática del Ayuntamiento, apunta que “tenemos una voluntad firme de promover que las entidades participen en la programación de actividades y en el funcionamiento del espacio. A pesar de que todavía no hemos definido cuál será el modelo de gestión y como se materializará concretamente esta participación”.
A partir que se abrió al público las visitas han estado numerosas y es obvia la atracción morbosa que ejercen las prisiones en un público amplio y no necesariamente interesado en la memoria democrática. Hace falta no olvidar que también influye el interés alrededor del género carcelario en el cine y la literatura, notorio desde principios de los años treinta. Por ejemplo, la prisión ha sido plató de películas, como es el caso de Modelo 77, que narra la experiencia de las luchas de la COPEL durante la transición.
Por lo tanto, todos los actores implicados reconocen una situación todavía indefinida, que hay que gestionar y organizar con cuidado. En un entorno turistificado como es la ciudad de Barcelona es arriesgado dejar que los acontecimientos vayan por libre. El riesgo de masificación y pérdida del sentido memorial del espacio es real si no hay una política pública de memoria firme y con los objetivos, recursos y protagonismos muy definidos. Cómo insiste Francesc Magrinyà, ex-consejero del distrito del Esquerra del Eixample: “Si queremos tener una política pública de memoria, hace falta una concejalía dotada de recursos y técnicos propios que lo gestionen. Si la memoria, como ha pasado hasta ahora, queda subsumida por las lógicas del área de cultura no tendrá la relevancia que le hace falta y no lo conseguiremos”.
Patio de La Modelo. Imagen de Carla Izcara.
En cuanto a los otros usos, Xavier Riu considera que “la Modelo todavía tiene muchos espacios inutilizados. La dinámica de tensión y de ir ganando usos del mientras tanto sigue”. Por ejemplo, se reclama la apertura de más espacios en forma de plaza, a causa de la falta de espacios verdes en el Eixample a pesar de las mejoras urbanísticas de los últimos cuatro años.
Comisaria Vía Laietana 43
La conversión de vía Laietana 43 en un lugar de memoria era una voluntad manifiesta y una reivindicación histórica de las entidades de memoria democrática desde finales del siglo pasado. El año 2005 la Comisión de la Dignidad pidió formalmente la conversión del edificio. A esta reivindicación se han ido añadiendo las diferentes instituciones catalanas hasta que en 2017 en el Congreso de Diputados se aprobó, con el voto contrario del Partido Popular (PP), una proposición de no ley que instaba a su conversión en lugar museizado de memoria democrática. El diciembre de 2022 el Ayuntamiento de Barcelona aprobó la adhesión al llamado internacional para convertir la Vía Laietana 43 en un espacio de memoria sobre la represión franquista.
Desgraciadamente, estas propuestas han chocado frontalmente con la oposición de los diferentes gobiernos españoles que no han atendido hasta ahora la reivindicación para convertir la Comisaría en lugar de memoria. Incluso, últimamente, el actual ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática del gobierno español, Félix Bolaños, defiende que la resignificación ya ha sido realizada, porque “los hombres y mujeres de los cuerpos de policía del Estado trabajan por la seguridad de todos nosotros de acuerdo con la constitución y los valores democráticos”. Por otro lado, no ha sido únicamente un debate político e institucional. La Policía Nacional y sus sindicatos no han querido hasta la fecha aceptar que el edificio tiene que ser un lugar que recuerde su pasado represivo y como centro de tortura. Para el cuerpo policial es una realidad incómoda y que niegan, a pesar de que la actual generación ya no es la que cometió aquellas vulneraciones de los derechos humanos durante la dictadura franquista. Estamos ante uno de los efectos perversos de una transición política de la dictadura a la democracia que no rompió con el pasado, sino que se acomodó en un continuismo y un olvido que imposibilitaba a la institución policial una real reparación hacia las víctimas de la persecución política.
Plafón memorial de Vía Laietana vandalizado. Imagen de Carles Vallejo.
A pesar de la negativa desde el Gobierno central, Jordi Rabassa, ve en la nueva Ley de Memoria Democrática una oportunidad para resolver la cuestión, porque la Comisaría cumple las características expresadas dentro de la figura de los espacios de memoria contemplada en la ley. Así pues, finalmente “tendría que haber un convenio a tres bandas entre el Ministerio, la Generalitat y el Ayuntamiento, y que esto sea un espacio memorial que explique la represión en Barcelona”, concluye Rabassa. Para él, este ha sido el epicentro de una red de espacios de memoria que muestren el aparato represivo de la dictadura franquista en la ciudad. Es por eso que su concejalía ha promovido recientemente un mapa de la represión franquista a Barcelona con el objetivo de contribuir a la construcción de un relato global sobre los años de dictadura en la ciudad.
En cuanto a sus usos, de momento no hay consenso entre las diferentes instituciones implicadas. A la Generalitat le gustaría que fuese la nueva sede del Memorial Democrático, pero desde el Ayuntamiento y los movimientos de memoria defienden que el espacio sea antes que nada un centro de interpretación sobre la tortura y la represión. Para Carles Vallejo, que fue torturado justo allí a principios de los años setenta: “Vía Laietana 43 es el centro del dolor, de la represión franquista en Barcelona. Un lugar de tortura y que dónde debido a esta violencia llegaron a morir personas detenidas. Recordarlo tiene que ser su función principal”.
Diferencias de usos entre La Modelo y Vía Laietana 43
La Modelo y la Comisaría son dos espacios de memoria muy significativos en la ciudad por su pasado reciente y traumático. A pesar de estar plenamente relacionados, dado que Vía Laietana 43 solía ser el lugar previo al ingreso a La Modelo, estamos ante dos espacios con características propias y diferenciadas en términos de usos memoriales y vecinales.
Las características propias de los edificios hacen que haya diferencias en sus usos. En primer lugar, en palabras de Carles Vallejo, por “el nivel de dolor”. Tanto para Mar Trallero como para él, la Comisaría tiene una connotación más violenta y represiva. En segundo lugar, hay la cuestión del espacio. La gran superficie de la Modelo hace que sea posible la convivencia de diferentes actividades lúdicas, vecinales y memoriales. A esto se le suma la demanda vecinal de la necesidad de mejorar la oferta de equipamientos comunitarios. Y finalmente, una cuestión importante, es considerar que tanto a La Modelo como Vía Laietana 43 tienen una línea roja respecto a aceptar cualquier actividad de tipo comercial.
Antiguo espacio de visitas de La Modelo. Imagen de Carla Izcara.
Ante el temor que la mejora urbanística a partir del proyecto de La Modelo encarezca el precio de la vivienda generando un proceso de gentrificación, Xavier Riu se muestra crítico y explica cómo “el problema es que la vivienda sea un bien de mercado”. Así mismo, reconoce que, ante las dificultades de modificar la Ley de vivienda, desde el Ayuntamiento se pueden hacer acciones como regular a qué se destinan las plantas bajas de los edificios a partir del Plan de Usos. Hacer de las ciudades lugares habitables con más espacios verdes y áreas de recreación y goce es esencial en un contexto de crisis climática y de combustibles fósiles donde habrá que reorganizar el tiempo libre en la proximidad, aparte de los efectos positivos en la salud de las personas. Además, de este modo, no habrá tanta presión en otros espacios naturales actualmente hiperfrecuentados en momentos concretos del año.
Espacios de memoria y turismos de proximidad
La potencialidad de vincular los movimientos y espacios de memoria con el público local es clara, según Mar Trallero: “hacer más consciente el vecindario sobre la historia pasada del lugar donde vivimos. A partir de los lugares cotidianos podemos conocer mejor nuestro pasado y esto nos enriquece como personas y sociedad generando unos claros beneficios comunitarios”. Añade también que La Modelo siempre se ha concebido como un proyecto en clave local, porque “nunca se ha visto como un activo turístico, sino que se piensa para un uso educativo y cívico para visitas locales”. Así mismo, ante los modelos de museo más tradicionales, que destacan por su carácter estático y unidireccional, en estos proyectos se apuesta por crear centros de interpretación que vinculen la investigación, la participación y la ciencia ciudadana, la rotación expositiva, las intervenciones artísticas, la compilación documental y de testigos.
Por otro lado, estos espacios memoriales pueden correr el riesgo de caer en las lógicas de mercado, bajo la voluntad de atraer visitas internacionales; un riesgo no menor teniendo en cuenta el proceso de turistificación que ha sufrido Barcelona, la cual se ha proyectado durante las últimas décadas como una “marca” mundial donde la memoria podría verse como un nicho de mercado más. Hay que pensar estos espacios en clave local, para ser útiles y al servicio de una ciudadanía diversa que pueda conocer y conectar con este pasado. Así pues, la intención pedagógica es fundamental para pensar y diseñar los espacios memoriales.
"Las mujeres en La Modelo". Imagen de Carla Izcara.
Teniendo en cuenta esto, tampoco se tiene que rehuir de las visitas internacionales que puedan estar interesadas a visitar estos espacios, pero sí de la tendencia a adaptar y difuminar el discurso expositivo de los lugares con generalidades basadas exclusivamente en ideas como “la cultura de la paz” o la “vulneración de los derechos humanos”, construyendo relatos superficiales, estandarizados, despolitizados, y de consumo rápido y fácil. En este sentido, para poner al servicio de la ciudad estos espacios como lugares de visita y recreación hay que trabajar para dar protagonismo al tejido social organizado.
Finalmente, queremos recalcar que contar con espacios memoriales visitables, que expliquen la historia reciente de la ciudad, y con una vocación claramente ética y pedagógica, es fundamental para formar a una ciudadanía con conciencia crítica, conocedora de su pasado y comprometida con su presente y futuro. También nos da la oportunidad de crear una red de alternativas de turismo de proximidad dirigidas a la población local y a personas de otros lugares de Cataluña. La propia ciudad y su historia tienen que ser un elemento importante en un modelo de recreación basado en la proximidad y orientado a otros objetivos para generar una alternativa a un modelo de ciudad librada de forma casi exclusiva a las lógicas mercantiles e insostenibles que nos ha venido imponiendo el modelo turístico hegemónico.
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