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03-10-2009

Nuevas críticas al Informe del Banco Mundial “Una nueva geografía económica”

La revista Equitierra del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural - RIMISP, incluye en su último número un artículo de María Elena Montory en el que sintetiza las críticas a este Informe por parte de algunos de los principales investigadores de RIMISP.


Crédito Fotografía: OscarG para el PNGPDDH Mercado campesino en Bogotá.

El Informe del Banco Mundial 2009 Una nueva geografía económica (puede ver aquí un resumen en español), presentado en Washington en noviembre del 2008, continúa generando controversia desde diversas perspectivas. La tesis principal de este Informe es que las políticas más eficaces para promover el crecimiento a largo plazo son aquellas que facilitan la concentración geográfica y la integración económica y que, por tanto, hay que adoptar medidas que contribuyan a la aglomeración, la migración y la especialización.

En julio pasado ya publicamos una entrevista a Anthony Bebbington profesor de Geografía de la Universidad de Manchester en la que resumía las principales críticas al Informe realizadas por él mismo y un grupo de geógrafos europeos en el artículo The World Development Report 2009 “reshapes economic geography”: geographical reflections, publicado en volumen 34 (año 2009) de la revista “Transactions of the Institute of British Geographers”. La posición de este grupo de geógrafos era muy crítica con los contenidos del Informe, considerando que, en palabras de Anthony Bebbington, unas de sus funciones es ofrecer una “justificación analítica para la expansión de inversiones en infraestructura a gran escala”.

El debate y las críticas al Informe han continuado. En esta ocasión destacamos el artículo María Elena Montory quien en el número de septiembre de la revista Equitierra que publica el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural – RIMISP, básicamente resume algunas de las objeciones más relevantes de dos de los principales investigadores de esta institución, Alexander Schejtman, investigador principal del Área de Dinámicas Territoriales Rurales de Rimisp, y Julio Berdegué, Investigador Principal y coordinador del Programa Dinámicas Territoriales Rurales de Rimisp, además de colaboradores externos como José María Caballero o el mismo Anthony Bebbington.

A pesar de que desde RIMISP reconocen algunos aportes al Informe, como haber incluido "valiosa información en forma de tablas, figuras, mapas, recuadros temáticos y de casos", el haber considerado "diversas situaciones diferenciando niveles geográficos", y sobretodo el haber introducido en el espacio como tema de análisis, en su conjunto recibe fuertes críticas. Destacamos las siguientes:

- El Informe es catalogado como una vuelta atrás con respecto a anteriores informes del mismo Banco, particularmente los informes del año 2006 sobre Equidad y Desarrollo y el del 2008 sobre Agricultura para el Desarrollo, en la medida en que éste focaliza su atención únicamente en el crecimiento económico, regresando a paradigmas totalmente anticuados e ignorando o tomando insuficientemente en cuenta otras dimensiones de carácter social y ambiental.

- Las políticas que se derivan del Informe con respecto a los espacios rurales son consideradas insuficientes cuando no engañosas e ineficaces. Así, por ejemplo, pretender que el simple establecimiento de lazos de mayor conectividad urbano-rural (en forma de conectividad o infraestructura) “generará las capacidades para el desarrollo de esas zonas es ceguera, no hay ninguna evidencia empírica de que eso haya sucedido” (Julio Berdegué). A su vez, la visión del mundo rural es muy simplista y sin suficiente diferenciación. Además, la división entre territorios rurales que tienen posibilidades de acuerdo de acceder a los mercados, y por tanto futuro, y los que no lo tienen, en los que no merece la pena centrar atención, es tachada de “miope”, por cuanto la realidad es mucho más matizada, “y con inversión, infraestructura, apoyo a la innovación, desarrollo social, mejores servicios, respeto a la dignidad de las personas y mejores gobiernos locales, esos espacios postergados podrían articularse a la economía del mundo a partir de sus propias capacidades.” (Julio Berdegué). Finalmente, se valora escépticamente las posibilidades que ia las ciudades pueda proporcionar a las poblaciones rurales desplazadas una mejor calidad de vida.

- La propuesta del Banco Mundial de un crecimiento desequilibrado pero con un desarrollo incluyente es vista con preocupación, por cuanto raramente se produce esto si no que, contrariamente, tienden a incrementarse las desigualdades: “No hay nada que guiado por los mercados asegure que un proceso inicial desequilibrado no genere las propias fuerzas de la persistencia o el agravamiento del desequilibrio, sino mediante políticas que regulen las fallas del mercado” (Alexander Schejtman).

En su conjunto el artículo aporta una mirada crítica fundamentada desde las preocupaciones por las posibilidades de desarrollo rural, una perspectiva menospreciada por el Informe del Banco Mundial.