El seminario tenía como objetivo contribuir en el análisis de las transformaciones del trabajo vinculadas a la reactivación turística en Barcelona. A pesar de la localización del estudio, la ciudad se convierte en un laboratorio para comprender los posibles cambios del trabajo turístico a escala global. Por este motivo, asistieron personas tanto de Barcelona como de otras ciudades europeas y latinoamericanas.

La intervención inicial estuvo a cargo de Raoul Bianchi, docente e investigador de la Manchester Metropolitan University, para ofrecer una perspectiva global de lo que está ocurriendo en Barcelona. La presentación de Bianchi tenía por título “Turismo, capitalismo y mutaciones del trabajo en la era de las policrisis”. Después de una breve introducción teórica sobre cuáles son los mecanismos que emplea el capitalismo a través del turismo para generar plusvalía, procedió al análisis de la situación actual y se detectan cuatro tendencias principales. En primer lugar, hay una menor inversión extranjera directa respeto 2019 y la que se hace, en su mayoría, es en países “desarrollados”, aquellos llamados “territorios seguros” por los fondos de inversión. En segundo lugar, se trata de una crisis diferenciada, dado que las grandes multinacionales han conseguido ahorrar capital mientras que las pequeñas empresas se ahogan y la calidad del trabajo se devalúa. En cuanto a la orientación de las empresas turísticas, hay una mayor apuesta por el turismo de lujo, hecho que ya intuíamos en abril cuando en una entrevista advertíamos que “el turismo tiende al elitismo, pero no hay ricos para todos”. Finalmente, en el sur de Europa se ha detectado una falta de mano de obra generalizada que se ha traducido en un aumento de la sobrecarga de trabajo y presión en el personal restante.

Para acabar su presentación, Raoul Bianchi alertaba de la tendencia a la automatización y la digitalización y planteaba la cuestión de si el trabajo emocional será capaz de resistir a esta dinámica. También exponía cómo, en el caso del sector turístico, este proceso afectaría en un tercio de las funciones y aproximadamente al 60% de las ocupaciones.

Después de esta introducción general, se procedió a analizar el caso de Barcelona a partir de la investigación que hemos realizado desde Alba Sur durante este 2022. En primer lugar, hay que recordar que hay múltiples factores que hacen que el trabajo turístico sea estructuralmente precario, como son las dinámicas de funcionamiento de la actividad turística, los cambios en la composición del capital y organización empresarial y las relaciones desiguales de poder entre capital y trabajo. Así mismo, hay una serie de mecanismos que utilizan las empresas capitalistas para devaluar el trabajo.

Seguidamente planteamos dos preguntas que han sido los ejes vertebradores de la investigación: qué pasó con el trabajo turístico durante la pandemia y qué tendencias se dibujan durante la reactivación turística. Principalmente, durante la pandemia se registró una gran caída de la actividad y en consecuencia del trabajo turístico. Por un lado, se mantuvieron algunas plantillas gracias a los mecanismos de protección públicos (ERTEs), pero no protegieron aquellos sectores más precarizados. Por otro lado, hubo un abandono de la actividad y muchas personas se trasladaron a otros sectores laborales menos vulnerables. Una vez pasada la época más restrictiva de la pandemia, el turismo inició su recuperación, la cual ha sido muy potente y ha venido acompañada de un encarecimiento del servicio. Por otro lado, se han constatado una serie de tendencias. La primera de ellas, coincide con las alertas que planteaba Raoul sobre la aceleración de cambios tecnológicos y la falta de personal, que ha afectado en términos de deterioro de las condiciones de trabajo y una mayor precarización. También ha habido una acentuación de las lógicas de flexibilización del trabajo y un aumento de la polivalencia. Relacionado con los mecanismos de flexibilización, a pesar de la Reforma Laboral de 2021, hay un intento por parte de las empresas de incumplir la nueva legislación. Además, hay un aumento del trabajo informal en algunas actividades como la limpieza a viviendas de uso turístico. Finalmente, también ha habido una disminución de costes salariales con una pérdida del poder adquisitivo por los trabajadores y trabajadoras. Así pues, todo esto se traduce también en una pérdida de calidad del servicio.

Para complementar esta última exposición, quisimos leerla desde una perspectiva de género. En primer lugar, es fundamental saber que partimos de una desigualdad social por razones de género y de una división sexual del trabajo, a la que a la mujer se le asignan las tareas de cuidado y limpieza. Estas desigualdades y discriminaciones, si las trasladamos a la empresa turística, vemos como además de reproducir los roles tradicionales de género, le saca provecho. Uno de estos mecanismos es la organización de la composición laboral a partir de la naturalización de estas desigualdades sociales, ya sea por razones de género, clase, edad, raza, apariencia física, etc.

Seguidamente y recuperando las preguntas de investigación, recalcar como en 2020 muchas mujeres quedaron desamparadas porque trabajaban en el sector turístico en posiciones muy precarias o desde la informalidad. En el escenario de la reactivación, las perspectivas no son de mejora de derechos, sino todo el contrario, porque como se avanzaba anteriormente, hay un aumento del trabajo informal, la mayoría del cual lo llevan a cabo mujeres inmigrantes sin organización sindical. En segundo lugar, los colectivos con peores condiciones, muchos de ellos feminizados, actualmente son más vulnerables y la Reforma Laboral no ha conseguido combatir uno de los puntos más críticos como las externalizaciones.

Aunque estamos en una situación de alarma, el Ayuntamiento de Barcelona el 2017 inició el proyecto de los “Puntos de Defensa de Derechos Laborales” (PDDL), un servicio municipal de asesoramiento gratuito, universal y personalizado a todas las personas que tengan alguna consulta de tipo laboral. Este servicio, que nos presenta Alfons Hernández, técnico coordinador de Horta-Guinardó en la Dirección de Desarrollo de Proximidad de Barcelona Activa, Ayuntamiento de Barcelona, multiplicó por cinco su demanda desde 2020.

Para concluir el seminario, Giulia Pescosolido, abogada del PDDL ofreció una cronología de las consultas que recibían antes, durante y después de la pandemia de COVID-19. El año 2018 habían registrado de media unas cincuenta atenciones al mes y la mayoría eran para aclarar dudas sobre el contrato. Con la llegada de la COVID-19 el servicio prácticamente se saturó y sobre todo ofrecieron información acerca de las prestaciones de ERTE y ayudaron con gestiones administrativas, Pescosolido recuerda que parecían “una centralita”. Después de dos años, Giulia lamenta que parece que hay “una vuelta a los inicios”, porque a pesar de que ha habido una disminución de la contratación temporal, esto no se ha traducido en un aumento de derechos laborales. Actualmente las consultas más habituales son sobre reclamaciones de la categoría profesional, dificultad para concretar las vacaciones y una falta de cumplimiento de los descansos semanales y diarios, sobre todo en el sector de la restauración. Así pues, desde los PDDL también se detectan algunas de las tendencias que ya se alertaban en las intervenciones anteriores.