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Entrevistas | Turismo Responsable | El Salvador

06-03-2011

La apuesta por un turismo sostenible en El Salvador

Ileana Gómez y Xenia Ortiz, investigadoras de Fundación PRISMA, han publicado el documento La apuesta por un turismo sostenible en El Salvador. Propuestas para un cambio de políticas. Aprovechando su presentación, conversamos con Xenia Ortiz a propósito de estas propuestas y el trabajo de incidencia que están desarrollando.


Crédito Fotografía: Xenia Ortiz, investigadora de Fundación PRISMA.

El documento La apuesta por un turismo sostenible en El Salvador. Propuestas para un cambio de políticas fue publicado por Fundación PRISMA a finales del año 2010. Con él se daba continuidad a anteriores trabajos orientados a fortalecer los cambios en las políticas públicas de turismo: Turismo y desarrollo sostenible: avanzar en la descentralización, inclusión y participación local (abril de 2009) y Un viraje necesario en la política turística bajo el nuevo gobierno de El Salvador (mayo de 2009). En esta ocasión, las investigadoras Ileana Gómez y Xenia Ortiz, profundizan en el tema, descantado el papel del Turismo Rural Comunitario y inserción en el marco de políticas globales de desarrollo turístico. De forma particular abordan la experiencia de coordinación de distintos actores (organizaciones comunitarias, universidades, ONG e instituciones del Estado) en la Mesa Nacional de Turismo Rural Comunitario.

Con motivo de su difusión pública, conversamos con Xenia Ortiz, una de las autoras del documento. Periodista de formación y con una maestría en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Ortiz ha trabajado como investigadora social los temas de exclusión social, migración y más recientemente el tema del turismo. Actualmente trabaja como investigadora social en la Fundación PRISMA y, al mismo tiempo, ayuda a facilitar la Mesa Nacional de Turismo Rural Comunitario.

 

¿Qué papel le habían dado al turismo las políticas del gobierno salvadoreño hasta fechas recientes?

Hasta el momento, en El Salvador el turismo no había sido un área prioritaria y había evolucionado muy lentamente, con recursos bastante limitados y a veces con recursos humanos con poca formación y experiencia en el tema. A nivel de estructura se observa que la institucionalidad creada no responde al contexto actual, porque la oferta turística se ha diversificado pero el marco institucional limita y restringe el desarrollo del turismo en el país, y eso se puede ver en la tendencia a centrar la atención en el turismo de convenciones. La ley, por ejemplo, crea incentivos, sobre todo fiscales, para invertir en este tipo de turismo con la idea de atraer inversión extranjera, y el Plan 2014-2020 se enfoca en generar condiciones para desarrollar el turismo de convenciones. Al centrar su atención en esta modalidad de turismo, se minimiza el potencial de diversificación del turismo y limita la posibilidad de generar condiciones más inclusivas, con otras modalidades más sostenible con el ambiente, más diverso en su oferta y que genere mayores beneficios directos en la población nacional que maneja la actividad turística. 

Pero estas políticas derivaban de una derivada forma de entender el turismo...

Lp cierto es que ha habido una visión reduccionista de la actividad turística. Esto dificulta la comprensión de la complejidad del sector y los impactos que genera en los territorios. En este sentido, existe una fuerte tentación a hacer referencia a “casos exitosos” de desarrollo turístico para referirse a  experiencias donde el turismo constituye uno de los principales rubros que aportan a la economía nacional. Sin embargo, este razonamiento regularmente no toma en cuenta los problemas ambientales ni los conflictos sociales derivados de ciertos modelos de turismo. 

¿Qué problemas tenía, a tu entender, este modelo turístico heredado?

Primero, es un turismo con una oferta muy restrictiva. Segundo, la prioridad a nivel institucional es atraer a la gran empresa, sobre todo a las empresas extranjeras. Por este motivo, el tema de la inversión y de los incentivos fiscales es clave en la Ley. Y no es que esté mal, pero el problema es que se confunden las prioridades, porque en el país han aparecido micro y pequeñas empresas, así como cooperativas y ADESCOS que están apostándole al turismo con menos recursos y apoyos. Si El Salvador quiere posicionarse como un destino turístico atractivo debe ampliar su oferta, democratizar los apoyos, invertir en su gente y apostarle a  opciones de turismo que sean sostenibles con el ambiente y que al mismo tiempo revalorizan temas como: la seguridad alimentaria, la historia y la cultura.

El documento que habéis publicado, se habla de propuesta para un cambio de políticas. ¿Cuáles serían las bases para el desarrollo de otro modelo de desarrollo turísticos? ¿Qué características debería tener?

Un aspecto que me parece fundamental es la articulación de los actores vinculados con el tema turístico y para ello es importante avanzar en la democratización de los espacios de decisión, en la creación de espacios interinstitucionales que permitan conectar el trabajo de los diversos actores en el territorio y mejorar los mecanismos de rendición de cuentas. 

La actividad turística no está exenta de conflictos y para evitarlos lo mejor es crear espacios donde se planifica y gestionan los recursos del territorio en un marco que priorice temas como la seguridad alimentaria, la sostenibidad de los recursos naturales y la equidad social. En concreto, quiere decir que el Estado no debería generar condiciones favorables para aquellas empresas u organizaciones que con su intervención en el territorio pongan en peligro la sostenbilidad de los recursos naturales, la seguridad alimentaria, los bienes culturales e históricos y generen exclusión.

Lo ideal quizás sería no casarse con un modelo determinado, sino generar condiciones para la diversificación de la oferta turística en un marco de planificación y regulación. En este punto hay que recordar que no es cierto que el turismo sea una industria sin chimeneas y los daños al ambiente muchas veces son irreversibles, por lo tanto desde el principio se debe planificar el desarrollo del turismo en el país. Aquí creo que sería oportuno premiar a aquellas empresas u organizaciones que realizan buenas prácticas de manejo de la actividad turística y de los recursos naturales en sus territorios.

¿Pero hasta qué punto existe un problema de formación para garantizar un modelo más diversificado y con mayor protagonismo de los actores locales?

En El Salvador es fundamental formar a quienes trabajan en la actividad turística porque el tema es relativamente nuevo y hay personas que han incursionado en esta actividad improvisando, porque no tienen conocimiento ni experiencia en el tema. Tomando en cuenta la necesidad urgente de formación, algunas instituciones han contratado consultores para llenar vacíos específicos de temas básicos, pero esto no responde a un programa que integre los contenidos y que permita entender la complejidad y al mismo tiempo la integralidad de la actividad.

Sobre todo se debe formar a las organizaciones comunitarias para que entiendan esta nueva actividad y puedan ofrecer productos y servicios de calidad. Pero de manera paralela es necesario fortalecer las capacidades y competencias de los tomadores de decisión, porque son los que están construyendo las bases y lineamientos de acción de la actividad, así como de los técnicos que son los que ejecutan los lineamientos en el territorio.

¿Qué papel juega en este cambio de modelo el Turismo Rural Comunitario?

El TRC es una opción que contribuye a diversificar la oferta turística del país al mismo tiempo que genera beneficios directos para la población, revalorizando aspectos como la sostenibilidad ambiental, la seguridad alimentaria, la cultura, la historia y la vida en comunidad.

Apostarle a este tipo de turismo es todo un reto, porque la columna vertebral que le da vida es la organización social y cómo ésta hace operativas las decisiones. En esta línea de análisis es preciso mencionar que la organización tiene a su vez el reto de hacer trasparente los procesos y los resultados. En este sentido el tema de la claridad de los costos y beneficios que se derivan del turismo es clave para que la comunidad apoye las disposiciones de la organización que lidera.

¿Podrías contarnos la sigular experiencia de la Mesa de TRC de El Salvador para aglutinar y coordinar a distintos actores? ¿Cuáles han sido sus principales sus principales resultados?

La Mesa nace en septiembre de 2009, luego de visitar la experiencia de TRC que se desarrollaba en Izabal, Guatemala. Entonces los asistentes al intercambio vimos la importancia de articular esfuerzos para visibilizar el TRC en nuestro país. En este contexto, la Mesa Nacional de Turismo Rural Comunitario nace integrada por representantes de instituciones gubernamentales, universidades, organizaciones que manejan la actividad turística y la Fundación PRISMA, que es la institución que está facilitando este espacio. La idea es articular los esfuerzos de los que están trabajando el tema para fortalecer al sector y visibilizarlo para que forme parte de la oferta turística del país. Entonces, se ha aprovechado este espacio para planificar algunas actividades encaminadas a dar mayor visibilidad a esta modalidad de turismo y compartir con los demás las potencialidades y retos de desarrollar este tipo de turismo. 

Dentro de las actividades que probablemente más impacto han tenido están aquellas relacionadas con la investigación y la incidencia. El video Con poco se hace mucho y los estudios realizados por PRISMA y ALBASUD han servido como herramientas comunicativas y como referentes de acción en la interacción con los diversos grupos: funcionarios públicos, técnicos y organizaciones sociales. Incluso, el I Encuentro de Turismo Rural Comunitario sirvió para visibilizar un poco al sector que impulsa este tipo de turismo.

Un resultado concreto derivado de esta mayor visibilidad es que tanto funcionarios públicos como representantes de universidades han incorporado el TRC dentro de su trabajo cotidiano. El Ministerio de Relaciones Exteriores dentro del tema de turismo ya incorpora al TRC, el Ministerio de Turismo ya invita a los miembros de la Mesa para algunas ferias, las universidades ya incluyen trabajos de ciclo, temas de tesis y horas sociales vinculadas con el tema.

¿De qué manera concreta está respondiendo el actual gobierno de El Salvador ante este tipo de propuestas a favor de un cambio de modelo turístico?¿Podrías darnos algunos ejemplos concretos de cambio?

Yo creo que el principal cambio es el compromiso de trabajar de manera coordinada para articular los esfuerzos de los distintos actores que trabajan en el territorio. Desde la Mesa este ejercicio ya se había empezado a hacer, pero se facilita en la medida en que las instituciones ya tienen ese lineamiento de buscar sinergias. El reto es avanzar en actualizar el marco institucional de turismo existente, abriendo espacios para el impulso y estímulo de modalidades de turismo más sostenibles con el ambiente y más equitativas en sus beneficios.

Con respecto de los ejemplos podría mencionar que durante la reciente gira que organizó la Mesa con funcionarios públicos y algunos países amigos, algunos funcionarios del Ministerio de Agricultura plantearon la pertinencia de incluir dentro del Plan de Agricultura Familiar el tema del turismo rural. Así mismo, otra de las funcionarias de la misma institución señaló la necesidad de crear una política de turismo rural para sentar las bases de esta modalidad de turismo. En esta línea, se ha empezado a trabajar con Ministerio de Relaciones Exteriores para identificar posibles cooperantes interesados en apoyar un proceso de asistencia técnica para los funcionarios encargados de hacer todos estos movimientos, para los técnicos encargados de traducir las políticas en acción y para las organizaciones sociales que son las encargadas del  manejo de los recursos naturales y de la actividad turística.