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Reportaje | Turismo Responsable | Costa Rica

14-02-2020

Costa Rica: Nosara, un destino turístico particular

Arturo Silva Lucas | Alba Sud

El turismo residencial en Guanacaste ha sido arrollador y ha provocado múltiples estragos. Sin embargo hay procesos locales más matizados y contradictorios, abiertos a la discusión sobre su modelo de desarrollo. Nosara es uno de estos casos.


Crédito Fotografía: Nosara. Imagen de Will McNelis, bajo licencia creative commons.

Nosara en el contexto de Guanacaste

A lo largo de las entradas a este blog se ha hecho el esfuerzo por evidenciar la cara menos publicitada del modelo de desarrollo turístico predominante en la provincia de Guanacaste, Costa Rica. Este modelo se caracteriza por el cambio en el uso y propiedad del suelo que tiene en el segmento residencial como principal anzuelo para la atracción de turistas e inversiones inmobiliarias en territorios costeros.   

El ángulo de interpretación que se ha utilizado es el de territorialidad. Desde esta perpectiva se concibe el territorio como resultado de las interacciones sociales que en el suceden. Este marco de referencia es clave para comprender la aplicación de política territorial. Tal es el caso de cambios en el uso del suelo, el aprovechamiento de recursos finitos como el agua, la relación entre habitantes locales con nuevos residentes, el mercado laboral y el papel de las instituciones públicas.

Siguiendo esa línea en esta oportunidad se analiza el distrito costero de Nosara, ubicado en el cantón de Nicoya. En la actualidad se discute la entrada en vigor de un nuevo reglamento de construcciones que toma en consideración los ecosistemas locales. La discusión que se lleva a cabo abre una puerta para comprender cómo se ha constituido ese destino, para subrayar las características específicas de Nosara. Y, si bien el artículo se centra en este caso concreto, se plantea la necesidad de hacer un puente con el resto de la provincia. Se quiere, si se puede llamar así, “provincializar” a Nosara, para así comprender que a pesar de sus características no se puede analizar fuera de la lógica territorial que domina Guanacaste.      

Un destino particular

El distrito de Nosara es un destino turístico particular. Ubicado a 260 kilómetros de la capital nacional y a 124 kilómetros de la capital provincial Liberia, se tarda entre 6 y 4 horas respectivamente para llegar desde uno u otro lugar. Si el viaje se realiza desde la capital nacional es a través del puente que atraviesa el rio Tempisque y si se accede desde la capital provincial es por calles de lastre que bordean la costa pacífica. También opera un aeropuerto de avionetas desde la década de los setenta, pero este medio es utilizado mayoritariamente por turistas extranjeros.

El distrito lo componen 20 comunidades en 134 km². Sus principales riberas son Playa Guiones, ideal para la practica del surf; Playa Pelada, especialmente adecuada para la práctica del buceo snorkel, y Playa Nosara, principal nicho de inversiones, servicios y de aglomeración poblacional. Según el ultimo censo del año 2011, su población es de aproximadamente 5000 habitantes.    

Nosara parte de la migración de un pequeño número de estadounidenses en la década de los sesenta, procedentes del estado de Connecticut, que encontraron condiciones ideales para visitar o residir en la zona. Históricamente Connecticut goza del mayor ingreso per cápita y nivel de vida de Estados Unidos. De ahí que Nosara fuera concebido como un asentamiento de estadounidenses con patrones de uso del tiempo libre y ocio similares, propio de individuos con alto capital económico y social. Esa primera migración de estadounidenses hizo que Nosara tuviera una evolución a un ritmo propio que iba a pautar el desarrollo del distrito. Un desarrollo independiente, aunque no totalmente distinto a otros nichos de inversión costera en Guanacaste.

Imagen de Frode Bjorshol, bajo licencia creative commons. 

Según la Asociación Cívica de Nosara (ACN) [1], para la década de los sesenta se planeó el primer gran proyecto turístico residencial, muchos años antes de la explosión inmobiliaria provincial en la primera década del año 2000. Conocido como el “proyecto americano”, el proyecto partía de la iniciativa del estadounidense Allan Hutchinson, quien adquirió 890 hectáreas para vida silvestre, pastoreo y cabalgatas. También planeó construir residencias, un hotel resort, campo de golf, club de tenis, sección comercial y servicios públicos. Finalmente, el proyecto nunca se concretó y la iniciativa se fue difuminando entre compañías subsidiarias offshore, falta de capitales inversores y repartida entre sociedades anónimas costarricenses. Actualmente se discute la propiedad de algunos de esos terrenos entre la ACN, la Municipalidad de Nicoya y la Asociación de Desarrollo Integral de Nosara (ADIN). 

Nosara ha sido también el único distrito costero en Guanacaste que ha planteado de manera concreta independizarse administrativamente de su municipio. El 3 de junio del año 2018 se realizó un plebiscito que tenía por objetivo someter a votación si el distrito debía o no crear un Concejo Municipal de Distrito. Esta es una figura creada para que comunidades puedan administrar e invertir sus ingresos de manera independiente al resto del cantón. Nosara es el distrito que más ingresos aporta al cantón de Nicoya. La ADIN, impulsora del plebiscito, consideraba que el gobierno municipal no atendía las necesidades del distrito y una administración centralizada podría facilitar el derrame de inversión social en todas las comunidades. El distrito votó en contra de la independencia administrativa.    

Finalmente, a diferencia de otros destinos turísticos costeros provinciales, donde las actividades nocturnas, casinos, bebidas alcohólicas y fiesta tienen mayor resonancia, a Nosara se le asocia con actividades ligadas al bienestar físico y mental. Tal es el caso de la práctica del surf recreativo, estudios de yoga y pilates, restaurantes de comida orgánica, artes marciales, entre otras. Esto no significa que no haya vida nocturna, pero en el imaginario colectivo la imagen de Nosara es la de un lugar que atrae un perfil de visitante acorde a estas actividades. Basta con hacer una búsqueda por Internet para reconocer la oferta de servicios que hay.

Estas tres particularidades hacen que Nosara goce de una notable singularidad con respecto al resto de la provincia. La prominencia de extranjeros residentes desde la década de los sesenta antecede a la migración masiva del “boom” turístico residencial” a inicios del siglo XXI. Esto facilitó que esos nuevos residentes tuvieran mayor tiempo de incubación y por ende formas organizativas ya arraigadas en el presente del distrito. Ese arraigo histórico, que ya cuenta con más de cinco décadas, permite reconocer en Nosara un crecimiento y desarrollo relativamente autónomo al resto del cantón, que explica en gran parte la pretensión de emancipación administrativa propuesta en el plebiscito. 

Al mismo tiempo, el origen social de esa primera migración trajo consigo actividades ligadas al bienestar físico, mental incorporando nociones elementales de balance socioambiental que se mantienen hasta el día de hoy. Pero tal y como se verá a continuación, eso no significa que los conflictos no estén también presentes.  

Problemas recurrentes

En Nosara aparecen problemáticas similares a las vistas en otras comunidades costeras, como en el mercado laboral o en la gestión del agua. Sobre el primero se mantuvo una conversación con un costarricense residente que prefiere guardar el anonimato para evitar conflictos con empleadores y vecinos. Esta persona alega que aún cuando a Nosara llegan costarricenses de otras regiones del país, profesionales en yoga, pilates o cocina, hay un sesgo de contratación que se basa en la nacionalidad. Para esta persona esto no responde a un sentimiento de rechazo abierto al nacional, sino que se basa en la cercanía que supone la administración de negocios por parte de estadounidenses y europeos. Así, afirma:

“Hay descontento de gente que, como yo, tenemos formación en actividades muy propias de Nosara. Pero hay como ese muro invisible…ese tema; que no se discute tampoco; que como no somos de otro país nos cuesta siempre un poco más. Ojo, no creo que sea porque el mercado este saturado, más bien creo que es porque el asunto del brete [trabajo] en Nosara es particular”.(comunicación personal, 12 de enero de 2020)      

El mismo informante hace énfasis en que, en cuanto al mercado laboral, la población se divide en tres segmentos fácilmente reconocibles: el costarricense nacido en Nosara, el que venido de otras partes del país y el residente extranjero. A su modo de ver, entre los dos primeros es donde se encuentra mas fricción, al exitir una competencia implícita por los mismos puestos de trabajo.   

      

Imagen de Kat Brobson, bajo licencia creative commons. 

Es evidente que la construcción de identidad comunitaria, así como incluye también puede excluir. Desde el enfoque de psicología social comunitaria, las investigadoras Solís y Zúñiga analizaron los procesos de participación y organización comunitaria en Nosara, a la hora de afrontar la sequía y los conflictos que resultan en la satisfacción del acceso al agua [2]. La metodología utilizada fue la de investigación-acción-participativa en cinco comunidades del distrito.

Entre las conclusiones, aparte de remarcar el histórico abandono institucional, subrayan la idea de “comunidad ausente” como consecuencia de la poca articulación distrital en la gestión del agua. Se trata de un fenómeno vinculado a la percepción entre la población autóctona de la existencia de “otra comunidad”, conformada por extranjeros residentes, procedentes de Estados Unidos y Europa, que gozan de inmunidad a la hora de, por ejemplo, gestionar el agua, como evidencia la existencia de pozos ilegales en propiedades privadas.

En los testimonios recogidos se menciona que mientras la gestión comunal del agua de poblaciones autóctonas debe de adherirse al principio de delegación con el Instituto de Acueductos y Alcantarillados (AyA), en los proyectos privados hay una ausencia de control y fiscalización del agua extraída.

El nuevo reglamento de construcciones en Nosara

Según un estudio de la Universidad de Sídney del año 2017, Playa Nosara y Playa Guiones son el primer y séptimo lugar del mundo respectivamente que reúnen condiciones para que se dé una explosión inmobiliaria costera [3]. Este estudio coloca a Nosara dentro de la lógica territorial que caracteriza el desarrollo turístico inmobiliario en Guanacaste. Las regiones que experimentan una gran presión inmobiliaria ponen el conflicto entre el interés por colocar inversiones residenciales y la normativa vinculada al uso y cuido de recursos naturales.

El Reglamento para el otorgamiento de permisos de construcción en la zona de amortiguamiento del Refugio Nacional de Vida Silvestre Ostional pretende normar todas las nuevas construcciones que se realicen en el distrito. Según el Semanario Universidad entre los años 2017 y 2018 la solicitud de permisos de construcción aumentó en un 42% solo para Nosara. El reglamento toma particular consideración la cercanía de 7 kilómetros con el Refugio de Vida Silvestre Ostional, principal sitio de anidamiento de hasta 180 mil tortugas marinas a lo largo del año, según el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).   

Entre las consideraciones ambientales resaltan la posible desorientación de las tortugas provocada por la luz de nuevos proyectos inmobiliarios, así como velar por un uso sostenible de los mantos acuíferos, los esteros, manglares y bocas de esteros hasta un 1 km de distancia mar adentro. En el tema de la construcción se pretende que las nuevas edificaciones no sobrepasen los 9 o 12 metros de altura dependiendo de la distancia con el Refugio, solo se permitirá construir en el 50% del lote, las construcciones deben tener tratamiento de agua residuales y toda iluminación debe apuntar al suelo o paredes.

El nuevo reglamento es impulsado por la ACN. Propio a sus estatutos, en un podcast local la ACN aboga por un crecimiento sostenible, que busca un desarrollo costero modelo a nivel mundial, según consta en su página web. El principal objetivo es crear una zona de amortiguamiento con el Refugio. Además, argumentan que esta es la tercera versión del documento, todas las versiones han pasado por convocatorias abiertas al público.  

Las voces en contra vienen mayoritariamente del sector empresarial y de la construcción. Tanto de extranjeros residentes en Nosara, como de políticos costarricenses que han acuerpado las demandas del sector. La totalidad de los argumentos hacen énfasis en que reglamentar el sector conllevaría a una desaceleración de la economía local, alegan falta de transparencia en el proceso y de criterios técnicos. Veamos algunos ejemplos.

En declaraciones a un podcast local el presidente de la Cámara de Comercio e industria de Nosara (CCIN), Jeff Grosshandler,considera que reglamentar el sector inmobiliario va afectar a los dueños de propiedades. También va a conducir a que el valor de las propiedades aumente al disminuir la demanda de potenciales inversores. Esto, según argumenta, podría conllevar a un proceso de gentrificación que termine por acentuar las diferencias entre distintos grupos sociales del distrito. Hace hincapié en que a pesar de que el documento fue redactado con asesoramiento del SINAC carece de criterios técnicos y nunca fue socializado al resto del distrito.

Imagen de Hmmlargeart, bajo licencia creative commons. 

Por su parte,Daniel Schuster de la firma CLC Global, encargada de relaciones públicas de la CCIN, declaró al periódico provincial La Voz de Guanacaste en su edición del 4 de setiembre del 2019 que “las regulaciones existentes y la carencia de agua en Nosara ya se encargan de regular el mercado de bienes raíces.” Declaraciones poco veraces, a nuestro entender, puesto que la carencia de agua en Guanacaste nunca ha sido limite para la inversión inmobiliaria. Prueba de ello son los ciclos de inversión únicamente frenados por la crisis económica mundial del 2007-2008, así como los conflictos por el agua en muchas comunidades costeras.

Finalmente, el exdiputado Otto Guevara Guth intercedióen el consejo municipal nicoyano en oposición al reglamento y ha prometido llevar el caso a las Cortes, con el argumento que los gobiernos municipales no tienen la potestad para reglamentar construcciones. En declaraciones reproducidas por en el Semanario Universidad en noviembre del 2019 dijo que: “(…) hay un interés de inversionistas nacionales y extranjeros de invertir (en Nosara). Ante esa situación absolutamente excepcional según lo que se está viviendo en el resto del país, ¿la Municipalidad de Nicoya quiere detener esos flujos de inversión?”

Así el escenario, lo que se plantea son dos discursos. Uno que apela a un desarrollo sostenible, llevado de manera ordenada basada en normas de inspiración ambiental y otro que hace hincapié en desregulación, excepcionalidad y flujos de inversión.

Consideraciones finales

A diferencia de otros destinos costeros en Guanacaste, en Nosara no se problematiza el modelo turístico residencial. Sino que se intenta conducir a través de espacios mucho más participativos. Posiblemente porque el desarrollo turístico inmobiliario fue más pausado y no tan disruptivo como en otras comunidades en años recientes. Es evidente que la presencia histórica de una colonia de extranjeros, particularmente de los Estados Unidos, hace que las discusiones en torno a política territorial tome tintes mucho más moderados que los vistos en otros pueblos, donde el desarrollador inmobiliario es visto como intrusivo, ajeno al interés comunal.

El hecho que la aplicación de política territorial se discuta a lo interno del distrito resulta innovador para una provincia que no suele tomar en consideración la pluralidad de puntos de vista de comunidades receptoras cuando de despliegue de proyectos inmobiliarios se trata. Agrupaciones locales como la ACN, ADIN o la CCIN propician espacios de dialogo en muchas ocasiones con la presencia de la municipalidad de Nicoya y con el SINAC. Aunque cabe mencionar que una crítica que se plantea en las reuniones es que estas se hacen en español, y no en inglés, acorde con la presencia mayoritaria de angloparlantes en ellas.   

Ahora bien, esto obliga a plantearse algunas interrogantes: ¿Como es la construcción identitaria de Nosara y qué limites guarda? ¿Como se define la localía? ¿Se toma en función de los años de residencia, nacionalidad, de inclusión-exclusión en la estructura económica? ¿Como se articulan los tres segmentos poblacionales? Todas preguntas válidas para entender las particularidades de Nosara en un marco de interpretación provincial.

El modelo de desarrollo turístico en Guanacaste basado en turismo residencial es a todas luces arrollador, opera tanto en destinos vírgenes como en destinos ya establecidos. Las discusiones se replican en toda la provincia con argumentos similares, pero es necesario tomar estudios de caso para precisamente dibujar un mapa que recoja el despliegue territorial que lleva a cabo.

 

Notas:
[1] La ACN es una organización local creada luego de la disolución del Proyecto Americano. Conformada inicialmente por extranjeros residentes y ahora también por costarricenses. No se debe confundir con la Asociación de Desarrollo Integral de Nosara (ADIN). 
[2] Solis Montoya, S.M. y Zuñiga Navarro, R.P. (2019) “Proceso de organización y participación comunitaria en el conflicto por el agua y la sequía en la comunidad de Nosara, Guanacaste”. Tesis de Graduación, Escuela de Psicología, Universidad de Costa Rica.
[3] El objetivo del estudio era cuantificar el aporte al PIB de 5000 destinos con condiciones óptimas para la práctica del surf. Mediante localización geoespacial y análisis de datos cuantitativos como índice de Desarrollo Humano, mercado de la tierra y accesos.
Este artículo se publica en el marco del proyecto «Campaña internacional de visibilización de las vulneraciones de derechos humanos para la inversión turística en América Central» desarrollado por Alba Sud con el apoyo de la Dirección de Relaciones Internacionales de la Diputación de Barcelona (convocatoria Derechos Humanos 2017).