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Artículo de Opinión | Soberanía Alimentaria | España

18-11-2016

Carmen Casín: "Tenemos un trabajo muy duro física y mentalmente"

Intervención de Carmen Casín, camarera de piso y delegada sindical de UGT, durante el acto organizado el 16 de noviembre en Madrid en el marco de la Semana de Acción Mundial por las Camareras de Piso promovido por la UITA.


Crédito Fotografía: Carmen Casín. Fotografía de Alba Sud.

Buenas tardes,

Primero quiero agradecer la oportunidad que se me da para intentar explicar desde mi forma de ver la dura realidad de nuestro trabajo, que nadie quiere ver y que a otros les parecerá ciencia-ficción. Pero es lo que ocurre en estos momentos en mi colectivo, el de camareras de piso. Seré breve y concisa.

En estos momentos, y a causa de la crisis, las estancias son más cortas, con lo cual el número de habitaciones de gente que se va (salidas) supone más tiempo dedicado a cada habitación, incrementando el número de habitaciones en estas condiciones adversas y con menos personal, se endurece más el trabajo.

Tenemos un trabajo muy duro física y mentalmente. Ninguna camarera de pisos llega a la edad de jubilación con su salud intacta, ya que todas padecemos desde mucho antes algún tipo de lesión. Algunas son contracturas cervicales, roturas de tendones de hombros y muñecas, lumbalgias, rodillas dañadas, varices, infartos etc. Además del estrés añadido al tener que ir a destajo y atender los imposibles que se nos exigen.

En estos últimos años se han reducido las plantillas a más de la mitad, se externaliza el colectivo, no se dan facilidades con material ergonómico de apoyo para minimizar las lesiones, a veces no disponemos ni del material convencional. Cada vez se exige más a cambio de menos. Las mutuas, disfrazan la dureza del trabajo que realizamos con informes que no se ajustan a la realidad. La mayoría de las camareras tenemos que empezar a trabajar con medicamentos para el dolor, antiinflamatorios, etc. que durante la dura jornada se riegan con Red Bull y café, para aguantar el insostenible ritmo de trabajo exigido.

Tenemos también una importante brecha salarial con las demás categorías que se sigue obviando. Todo esto unido al hecho que se trabajan fines de semana, festivos, tardes, noches y turnos partidos. Si a esto le añadimos las exigencias abusivas de las empresas con cambios de horarios y turnos de un día para otro, etc., impiden la conciliación de vida familiar y laboral.

También debo recalcar que algunas compañeras piden, con el apoyo de su sindicato, sus derechos laborales y personales y otras, en su mayoría por culpa del miedo provocado por la presión y amenazas de las empresas con perder los puestos de trabajo, las externalizaciones, etc., se callan y muy a pesar suyo acatan todo lo que se les exige.

A diario debemos enfrentarnos con situaciones complicadas, para las que no se nos prepara. En ocasiones estamos solas en una planta sin apoyo y a veces hay clientes que no se encuentran en condiciones adecuadas, y nosotras debemos solventar situaciones que se salen de nuestra competencia y no tenemos preparación para ello: robos, intentos de suicidio, agresiones, gente en condiciones deplorables, etc. Tenemos formación nula y poco reconocimiento.

Sigo pensando que nadie se puede olvidar que la base de un hotel es el departamento de pisos. Nosotras tenemos una gran responsabilidad a la hora de fidelizar al cliente, ya somos las que en ese momento adecuamos su habitación, que es como su casa, intentando que su confort sea uno de los motivos para que vuelvan. Es muy triste que con la gran importancia y responsabilidad que tenemos, solo seamos “Las que limpian los hoteles".

Tengo que agradecer el apoyo y ayuda que mi sindicato, UGT nos da, tanto a mis compañeras como a mí, ya que sin su formación, apoyo, y preocupación por el sector, no hubiera sido compañeras y a mí no hubiera sido posible que yo pudiera estar aquí hoy ante ustedes, expresando mis problemas que son los de mis compañeras, y los del futuro del sector hotelero.

Muchas gracias por su atención.