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Artículo de Opinión | Turismo Responsable | Islas Baleares

21-06-2014

El capitalismo turístico balear. Cómo se impone el poder corporativo de los hoteleras baleares, aquí y en el Sur

Macià Blázquez | GOB / Alba Sud

¿Cómo se configura la clase capitalista en Baleares? ¿Por qué aquí los grandes hoteleros adquirieron un poder y capacidad de control político y social que no han desarrollado en otras zonas?

 


Crédito Fotografía: Playa de Santa Ponça, Mallorca. Foto de Dirk Vorderstraße (bajo licencia creative commons)

Ivan Murray ha estudiado la conformación de la clase capitalista en Baleares, de raíz terrateniente, industrial agroalimentaria y financiera. Los grandes hoteleros baleares son perfeccionadores de un control corporativo con el que quieren forzar un mundo a su medida.

El bloque histórico encabezado por los hoteleros baleares

Joan Buades fue el primero en analizar el surgimiento y el desarrollo de las cadenas hoteleras baleares (Barceló, Escarrer, Fluxá, Riu, Matutes...), descubriendo que algunas de ellas provenían de antiguas dinastías industriales o de ataduras serviles con la dictadura franquista. Más recientemente, se han añadido otros grandes hoteleros (Piñero, Hidalgo...) que han adoptado Baleares como sede de sus corporaciones. ¿Qué les hizo surgir o instalarse  justamente aquí? ¿Por qué no hay ninguna corporación turística similar en Italia o Grecia y sólo una en Francia? A menudo nos hemos hecho estas preguntas. Nos aventuramos a decir que pueda tener que ver con el apoyo social de los que comparten los intereses de esta clase dominante: el Estado, la corona, las clases propietarias, los defensores de la identidad y de la singularidad territorial insular, el caciquismo y el clientelismo serviles que se perpetúan con el actual sistema político fruto de la Transición... Esta interpretación se corresponde con la definición de un bloque histórico hegemónico mediante la manufactura del consenso, según la definición de Antonio Gramsci.

La historia de los gobiernos baleares recientes nos muestra su sumisión, casi sin excepción, al poder de los hoteleros. Onofre Rullan, Joan Amer y Joaquim Valdivielso lo han estudiado con respecto, por ejemplo, al planeamiento urbanístico y territorial, la legalización de la oferta de apartamentos (1984) o la ecotasa (1999-2003), que fue eliminada tras el pulso de los hoteleros (enmascarados por la Sociedad y Turismo Nuevo Milenio) para imponer su voluntad contraria a este impuesto.

La acumulación ampliada de la hostelería transnacional

Los hoteleros baleares consolidaron su condición de clase capitalista con su internacionalización durante la década de los 80 hacia el Sur con predilección por regímenes dictatoriales: Escarrer en la Indonesia de Suharto y en la Cuba de Castro; Barceló con los Trujillo y Balaguer de la República Dominicana o con la monarquía Alauita en Marruecos; Fluxá o Riu en el México del PRI que les abrió los territorios de Yucatán y Baja California Sur...  La inclusión de España en la OTAN (1982) y en la Unión Europea (1986) situó a nuestra clase capitalista hotelera balear en el corazón de la bestia que se sustenta con el poder financiero y bélico. Justamente, además, en el momento en que los Estados del Sur se rendían a la presión de la deuda externa para someterse a los planes de ajuste estructural de las instituciones de Bretton Woods. Así, los hoteleros baleares pudieron pasar de hacer la acumulación de capital originaria, basada en la explotación de los trabajadores, a hacerla de forma ampliada fundamentada en el empobrecimiento del Sur, particularmente con la recolonización española de América Latina. David Harvey denominó este proceso acumulación por desposesión. Ernest Cañada ha sistematizado los conflictos surgidos a raíz de este desarrollo del capital hotelero en Centroamérica en cinco tipos: de extracción de rentas del trabajo, redefinición de las normativas en favor del capital, competencia con el empresariado local, extracción y privatización de recursos naturales y desplazamiento territorial.

La desregulación balear

Miquel Nadal (UM) y Joana Barceló (PSOE) accedieron a los intereses de los grandes hoteleros con la Ley de Impulso de la Inversión (4/2010). Carlos Delgado (PP) amplía el sometimiento de la normativa urbanística con la nueva Ley del Turismo de las Islas Baleares (8/2012), para legalizar oferta de alojamiento turístico aunque tenga infracciones urbanísticas y posibilitar su venta fraccionada para usos residenciales o comerciales, la más conocido de las cuales son los condoteles. Este indulto puede suponer el desmantelamiento de las fábricas turísticas para especular con los inmuebles en el mercado financiero. La misma Ley Nadal-Barceló creó la figura de Declaración de Interés Autonómico para agilizar los trámites que permitan hacer nuevos complejos urbanísticos (de Blau Hotels con campo de golf en Sa Ràpita llamado Mirador de Es Trenc y de la cadena Hyatt en Canyamel), privatizar espacios públicos (de Meliá Hotels International en Magaluf), construir un centro comercial y deportivo Rafael Nadal al lado de otro ya existente público (Manacor), hacer un nuevo acceso viario al puerto de Son Blanc (Ciutadella) o bendecir campo de golf de Son Bosc en el espacio natural de S'Albufera (por la inversión de Grupotel, Cesgarden e Iberostar en Muro). Con todo, una ilustración modélica de la sumisión de la regulación al proyecto de clase del capital.

Si hacen esto aquí, ¿qué no harán los países empobrecidos? Los Estados del Sur claudican al chantaje de los hoteleros baleares. Por ejemplo cuando en 2004 las cadenas hoteleras de Escarrer, Riu, Barceló, Fluxá, Matutes y Piñero compraron 150 millones de dólares de deuda externa del Estado dominicano. En estas condiciones, es fácil hacer negocios... El resultado es que, según el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), las regiones turísticas de Bávaro, Punta Cana y Puerto Plata están menos desarrolladas que la media del país.

 

Tramas de poder
La saga Barceló arraiga en las influencias políticas del Opus Dei y en el apoyo al franquismo. La familia Fluxá (propietaria de la cadena hotelera Iberostar) surge de capital industrial y financiero; su patriarca Lorenzo Fluxá Figuerola -creador de las marcas de zapatos Lottusse, Camper y del grupo turístico Viajes Iberia-, fue alcalde durante la Guerra Civil y Presidente de la Junta de Obras del Puerto de Palma durante la dictadura. El hotelero Abel Matutes Juan (Fiesta Hotel Group) también fue banquero, alcalde franquista (1970-1971), comisario europeo (1993-1994) y ministro de asuntos exteriores en el primer gobierno Aznar (1996-2000). Los Escarrer son los principales propietarios de Meliá Hotels International, que es la única cadena hotelera balear capitalizada directamente en bolsa; antes ya había sido apoyada por fondos soberanos kuwaitíes y en sus orígenes –los años 1950– ya tuvo el respaldo del operador turístico británico Thomas Cook. De manera similar, Riu nació ligada a la agencia de viajes Dr. Tigges, hoy TUI, con los primeros vuelos chárter. La vinculación de cadenas hoteleras con fondos de inversión tiene otros ejemplos en el caso de Orizonia con Carlyle y Visa Capital, a raíz de la adquisición de la división de viajes de Iberostar o con la compra del fondo Highland Hospitality por parte de Barceló. Una tercera estrategia ha sido la de las fusiones, absorciones y participaciones, por ejemplo de Barceló con Crestline Capital Corporation, y de Riu y Matutes con la alemana TUI Travel PLC, y mediante esta última indirectamente con Air Berlin.
Para dar una idea de su capacidad de influencia, citamos dos declaraciones de hoteleros a la prensa a raíz de su petición de derogación de la ecotasa, que Ivan Murray denominó un "golpe de Estado empresarial". Pablo Piñero dijo: "Hay que quitar al Presidente o matar al Consejero"; mientras que Miguel Fluxá espetó "No tenemos la intención de que el Gobierno siga, dado que no está capacitado". Autocracia neoliberal, como dijo Mario Puzo en boca de Don Vito Corleone: "No es nada personal, sólo son negocios".

 

Nota:

Este artículo forma part de la publicación Tot inclòs. Danys i Conseqüències del turisme a Les nostres illes, editado por la Coordinadora Llibertària de Mallorca, verano 2014.