21-11-2024
World Travel Market: ¿de qué habla el sector turístico?
Carla Izcara | Alba SudDel 4 al 6 de noviembre tuvo lugar la World Travel Market en Londres, Inglaterra. Esta feria de renombre internacional, agrupa empresas de la industria turística y organismos de promoción turística de varios países del mundo durante tres días en la capital inglesa. Alba Sud también estuvimos y os compartimos algunas de nuestras impresiones de este encuentro internacional.
Crédito Fotografía: WTM 2024. Imagen de Carla Izcara
La primera World Travel Market (WTM) se celebró en 1980 en el Londres Olympia donde participaron cuarenta países, 221 expositores y 9.000 visitantes comerciales. Más de treinta años después, y pasada la pandemia de la COVID-19, la WTM de 2024 cierra con unos 4.000 expositores de 182 países y regiones diferentes y con más de 46.000 participantes. Esta feria forma parte de los otros encuentros anuales más relevantes del sector como la ITB a Berlin, FITUR a Madrid o la B-Travel a Barcelona, de más pequeño alcance. Dicho esto, ¿porque Alba Sud tendría que querer estar a un encuentro de estas dimensiones? Estos tres días hemos aprovechado para reunirnos con otras ONG y redes internacionales, así como escuchar de primera mano al sector privado.
Crecer y solo crecer
En la WTM, además de los expositores de cada país y empresas, había tres teatros con amplias programaciones de conferencias, mesas redondas y espacios de debate que eran una oportunidad clave para conocer sobre qué temas está hablando el sector, qué le preocupa y cuál es su visión de futuro. Algunos de los temas clave que se trataron fueron: el impacto de los avances tecnológicos en el sector turístico, la importancia de la sostenibilidad y las tendencias futuras del turismo.
La primera impresión después de la conferencia donde se presentaron los resultados del “WTM Global Travel Report” es que existe una ceguera total ante el contexto de policrisis global. En esta presentación, resonaba la palabra crecimiento sin cesar. El 2022, fue la etapa del “viaje de revancha”, el 2023 “la vuelta a la normalidad” y en el 2024 nos hemos introducido a la fase de crecimiento, según lo que este informe reporta. A finales de este año, se prevé que los viajes internacionales hayan aumentado un 12% respeto otros años, se han recuperado los viajes de negocios y la industria de cruceros también ha crecido. A su vez, en todas las regiones ha aumentado el gasto durante el viaje y la clase que viaja, un 21% de la población, así como se han reforzado nuevos mercados emisores como China o India, entre otros. En definitiva, crecer, crecer y crecer. Además de los “datos de la esperanza”, también se exponen nuevas tendencias como la voluntad de viajar de forma más sostenible y la búsqueda de experiencias “auténticas y personalizadas”.
Presentación WTM Global Travel Report 2024. Imagen de Carla Izcara
A partir de esta publicación y los datos que recoge, se da por hecho la posibilidad de seguir creciendo sin cuestionar el modelo ecocida y desigual donde se sustenta el turismo hegemónico. En este informe no se encuentran las cifras de los conflictos socioecológicos generados por la inversión del capital turístico. Tampoco se mencionan las condiciones de precariedad que sufren la mayoría de trabajadoras y trabajadores del sector y, todavía menos, se tiene en cuenta que, a pesar del aumento de una supuesta nueva clase social llamada “clase viajera”, hay toda otra “clase anclada” en crecimiento que no se puede permitir ni una semana de vacaciones el año fuera de su residencia habitual.
Con la sostenibilidad no basta
En este contexto de crecimiento incuestionable, hubo sobre todo dos temas que atravesaron todas las discusiones: el impacto de los avances tecnológicos y la sostenibilidad.
El segundo día de feria, tuvo lugar el “sustainability summit”, donde las intervenciones giraron alrededor del “turismo regenerativo” que señala que con la sostenibilidad no hay suficiente a la vez que cuestiona los límites de esta propuesta. En este espacio fue uno de los pocos donde se asumió la situación de “policrisis”, concepto de Adam Tooze (2022) utilizado por Anna Pollock, impulsora del concepto de turismo regenerativo, durante su conferencia. Pollock fue de las pocas personas que señalaron los límites planetarios ante un crecimiento incansable citando el informe “Los límites del crecimiento” de Donella H. Meadows (1972). También habló de la necesidad de un “cambio de paradigma”.
WTM 2024. Imagen de Carla Izcara
A diferencia de Anna Pollock, el resto de intervenciones cuestionaron la dinámica de crecimiento, pero partiendo de la necesidad de “crecer diferente”. Por ejemplo, se señaló la importancia de tener en cuenta las necesidades de la población local y que se conviertan en un actor clave de la planificación turística, así como el turismo tiene que ayudar a impulsar la economía local. En cuanto a los impactos medioambientales de la actividad, una de las ponentes admitió que se tenían que reducir los viajes de larga distancia hasta que no encontráramos una solución tecnológica que permita hacerlo en más armonía con el planeta. Así pues, en cierto modo, también se tenían las esperanzas puestas en soluciones tecnológicas a problemas de base sistémica. A pesar de esto, se insistió en que solo con la sostenibilidad no basta y es necesario un “cambio de paradigma”.
Para mí, en primer lugar, este cambio de paradigma tiene que partir de preguntarnos qué entendemos por turismo y quién es el sujeto de la política turística. Desde Alba Sud, hemos hecho un esfuerzo colectivo para demostrar que el turismo también puede ser una actividad al servicio de la población local orientada a objetivos muy diversos: promover la salud y el bienestar o el desarrollo personal y creativo, impulsar la recuperación de la memoria, facilitar el descanso y recreo de las clases populares, etc. Como se apuntó en este espacio, tenemos que tener en cuenta a la población local, pero no solo como comunidad local o receptora, sino también como comunidad a la que se tienen que dirigir estas políticas de turismo.
En segundo lugar, también se tiene que hacer una propuesta para limitar y tasar el capital turístico y decrecer en aquellos territorios turistificados donde la vida ha quedado supeditada a este sector. Así, para mí, solo asumiendo estos dos aspectos como punto de partida, podremos hacer el cambio deseado y necesario en el marco de una transición ecosocial urgente.
Revolución tecnológica y sector turístico
El adelanto tecnológico a pasos acelerados que experimenta el sector turístico desde la pandemia de la COVID-19 nos hará trabajar de forma más eficiente, eficaz y barata, así como resolverá los problemas de overtourism. Esta sería la conclusión que se podría extraer después de escuchar las diversas charlas sobre tecnología durante la WTM. Pero, ¿es realmente así? ¿Es la revolución tecnológica la respuesta a todos los problemas que atraviesan el sector? ¿Qué impactos en el trabajo esconde esta revolución?
WTM 2024 Technology. Imagen de Carla Izcara
Los conflictos y manifestaciones vinculadas a la turistificación mayoritariamente en el sur de Europa han ocupado los titulares de la prensa internacional. En la WTM, a pesar del tono optimista sobre las perspectivas del sector, tampoco se ha negado el problema que afronta el sector. En una mesa sobre cómo gestionar los retos del overtourism invitaron, entre otras personas, a Pedro Homar, director general de VisitPalma, fundación en materia turística y de promoción exterior de Palma de Mallorca. De su intervención destacaría dos cosas. En primer lugar, admitió que querer controlar el flujo turístico a partir del precio (o del encarecimiento de precios, mejor dicho) ha sido “un fracaso”, citando textualmente sus palabras. Homar continuó diciendo que “el precio no ha sido una buena estrategia” y que, debido al gran éxito del destino, “todo el mundo quiere ir a pesar del coste”. En este contexto de querer “atraparlo todo”, en Mallorca se ha invertido 1.1M€ en tecnología para gestionar los flujos turísticos. Este proyecto consiste en tener mapas de calor con los cuales se podrá ver cuánta gente está en ciertos atractivos turísticos como playas, monumentos o calles concurridas y así poder recomendar otros espacios menos frecuentados. Por lo tanto, puede ser que se evite el problema de sobrefrecuentación en ciertos lugares a horas concretas y se facilite la movilidad, pero se extenderá el problema a otros lugares de la isla menos frecuentados. La pregunta que surge a continuación es, ¿están estos otros espacios preparados para gestionar una avalancha de visitas? Y, en segundo lugar, ¿qué medidas reales se están tomando para reducir el número de turistas? Pedro Homar, a esta segunda cuestión, mencionó que para 2025 se limitará el número de coches de alquiler y, los próximos años se reducirá el número, como se han limitado el número de cruceros que pueden estar atracados en el puerto hasta 2025 o el total de camas en la ciudad de palma. Según mi parecer, son medidas insuficientes e incompletas para las necesidades de la isla, el entorno y su población. A la vez que se lanzan estas medidas para limitar el número de turistas en la isla, se promueve un turismo de élite que genera más desigualdad y un mayor impacto ambiental. Así mismo, está en disputa una ley que permitiría construir en zonas inundables de suelo rústico y “los intereses inmobiliarios, turísticos y especulativos no pueden pasar por ante la seguridad de las personas”, reclama el GOB.
En cuanto a otros adelantos tecnológicos que pueden cambiar las reglas del juego, en varios espacios de conversación se hizo especial énfasis en la potencialidad de la Inteligencia Artificial para contribuir a una mayor personalización del producto turístico. Por ejemplo, se está buscando que las empresas (compañías aéreas, hoteles, etc.) puedan anticiparse a las necesidades y deseos del consumidor para poder ofrecer servicios mucho más personalizados e intentar hacer una conversión de venta más rápida. En esta tendencia vemos la importancia de las bases de datos. Algunas personas expertas, opinan que en el sector turístico quien tiene más datos son los hoteles y, por lo tanto, jugarán un papel estratégico en el impulso de estas nuevas tecnologías una vez sepan ordenar y utilizar toda esta información. Así pues, una de las prioridades del sector es centralizar todos estos datos para poder alimentar la IA y, desde el hotel, organizar toda la actividad y poder ofrecer restaurantes y experiencias fuera del alojamiento, configurar la habitación en base a los gustos de la persona que va, etc. Así pues, vemos como la información se convierte en una fuente de poder muy preciada. Joe Welton, responsable de Viajes y Hostelería de Amazon Web Services (Reino Unido), insistió en que una de las prioridades del sector tendría que ser también la ciberseguridad y ser transparentes con el uso de los datos de la clientela.
WTM 2024. Imagen de Carla Izcara
La tecnología también se presenta como aliada en el camino hacia un turismo más sostenible. Uno de los campos donde más impacto ha tenido es en la gestión del derroche alimentario. Por ejemplo, la IA puede ayudar a calcular la huella de carbono de los productos alimentarios y ofrecer una mayor información para que las consumidoras y consumidores prioricen productos de km0. Así mismo, se está aprendiendo de algunas compañías aéreas que actualmente pueden prever cuánta comida necesitarán en el avión en función de la tipología de viajero, número de personas en la cabina, etc.
Sin menospreciar estas aplicaciones que pueden ser muy positivas, tenemos que ser también conscientes de que el uso de la IA y su infraestructura asociada no es inocua y tiene un fuerte impacto ambiental. Además de estos efectos, una de las preocupaciones generales es el coste que estas transformaciones pueden tener en los puestos de trabajo, sobre todo en aquellos menos calificados. Paseando por los estands tecnológicos, daba la sensación que en lo que más se está invirtiendo es en software y en aplicaciones que unifiquen toda la información del viaje. También había varias propuestas de telefonía y conexión a internet, así como una empresa que ofrece un dispositivo que realiza traducciones simultáneas a varios idiomas a tiempo real. Por lo tanto, la visión futurista de robots haciendo lo check-in, sirviendo mesas o atendiendo a los visitantes forma más parte del mundo de la fantasía y del cine que de la realidad. Vinculado a esto, varias personas insistieron en que nunca se podría perder el “trato humano” característico del sector. A pesar de esto, hay adelantos que sí que se traducirán en la eliminación de los lugares de trabajo o un aumento del control y productividad durante las horas de trabajo. Por ejemplo, se quieren automatizar todas las reservas de habitaciones que recibe el hotel vía corréis electrónico, las cuales actualmente gestiona el personal de recepción. También se está invirtiendo en herramientas digitales de comunicación que automaticen el servicio al cliente. Estas ya son habituales en las Agencias de Viaje En línea, pero se está aplicando también a otras ramas del sector.
WTM 2024. Imagen de Carla Izcara
Aparte del servicio al cliente, se ha dado un paso más y se está pensando en cómo aplicar estas tecnologías al departamento de ventas. La aplicación de la IA en este proceso es más complejo pero, actualmente, ya se está introduciendo para facilitar información detallada del posible cliente o clienta al agente de ventas para poder cerrar la venta más rápido y, por un lado, aumentar la conversión y, por otro, reducir el tiempo en el cual se hace esta transacción. En un futuro, sí que se planea que no se necesite un agente humano para hacer este trabajo y reducir el coste de personal en este departamento hasta 2$ la hora, según comentaba Timothy Hentschel, CEO y cofundador de Hotelplanner, agencia de reserva de hoteles estadounidense.
Ante este panorama de eliminación de tareas rutinarias o mecánicas, así como de lugares de trabajo, las y los especialistas lo contrarrestaron con varios argumentos. En primer lugar, el hecho de eliminar estas tareas consideradas tediosas permite una mayor interacción con la clientela, centrarse en “tareas de alto valor” y sufrir menores fugas de tiempo. En segundo lugar, se crearán nuevos lugares de trabajo, personas encargadas de desarrollar estas tecnologías. En tercero y último lugar, también se necesitan profesionales con nuevas habilidades y conocimientos que sepan aplicar estas tecnologías a su lugar de trabajo. Por lo tanto, unas de las primeras transformaciones las deberán hacer las escuelas y facultades de turismo, donde tendrán que enseñar a su alumnado a utilizar estas herramientas.
WTM 2024. Imagen de Carla Izcara
Últimas reflexiones
La WTM es un acontecimiento abrumador. Destaco solo algunos de los aspectos que personalmente he percibido que se repetían más y eran más centrales. Pero hay otras muchas cuestiones que podrían ser dignas de un análisis, como la irrupción del “turismo indígena”, cada vez más potenciado, y la exotización vinculada a la promoción turística, así como la participación desigual de hombres y mujeres en muchas de las mesas redondas.
Más allá de estos otros temas, creo que es valioso que organizaciones como Alba Sud estén presentes en estos espacios y “meterse en la boca del lobo” para escuchar de primera mano los argumentos del sector, entender bien qué plantean, hacia dónde van y cómo les podemos hacer frente.
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