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Reportaje | Turismo Responsable | Cataluña

24-08-2022

Campo de trabajo juvenil sobre las rutas de los maquis: ocio, proximidad y memoria democrática

Raül Valls | Alba Sud

La organización del ocio de verano conforma un espacio de educación no formal que permite realizar actividades lúdicas de proximidad vinculadas a la recuperación de la memoria democrática. Analizamos la experiencia del campo de trabajo sobre las rutas de los maquis en la Vall d'en Bas en Catalunya.


Crédito Fotografía: Arriant.

Durante las primeras dos semanas de julio se llevó a cabo en la Vall d'en Bas (Garrotxa, Cataluña) un campo de trabajo juvenil dedicado a las rutas de los maquis. Durante quince días, jóvenes de 14 a 17 años de diferentes puntos de Cataluña participaron en una actividad de ocio educativo no formal. El hilo conductor era la recuperación de la memoria democrática y la historia de la resistencia guerrillera contra el franquismo durante los primeros años de la posguerra española.

Este campo de trabajo se enmarca dentro de la oferta JoveCat, de la Generalitat de Cataluña, que consisten en actividades de voluntariado con el objetivo de realizar trabajos para la comunidad donde cada participante se compromete de forma individual o colectiva para contribuir desinteresadamente en un proyecto comunitario (de interés cultural, patrimonial, ambiental, social, arqueológico, etc.) a cambio de pernoctación, manutención y de poder participar en una actividad organizada de ocio educativo.

La organización le corresponde a la Dirección General de Juventud de la Generalitat de Cataluña y está gestionada por empresas, entidades y asociaciones juveniles. En este caso, la propuesta y la organización del campo vino de la mano de Arriant Formació i Oci. Esta es una empresa de trabajo asociado con sede en Olot (Garrotxa- Catalunya) que desde hace doce años se dedica a organizar  colonias de verano y cursos de formación para monitores. Lo hacen impulsando el trabajo autogestionado, asambleario y democrático, donde los mismos jóvenes son responsables de las decisiones y se corresponsabilizan de los objetivos del campo de trabajo.

Arriant impulsó, entre otras actividades en la Garrotxa, este campamento de trabajo, dedicado a la lucha guerrillera de los años cuarenta contra Franco y, sobre todo, a las rutas que los resistentes utilizaban para infiltrarse clandestinamente desde Francia con el propósito de derribar el régimen franquista y recuperar las libertades populares, la democracia y la República en España.

Fuente: Arriant.

Para Arriant no es la primera actividad relacionada con la memoria histórica: tiempo atrás organizó un campo de trabajo dedicado a las rutas del exilio republicano de 1939, trabajando con jóvenes los pasos fronterizos por donde centenares de personas huyeron tras la derrota del Ejército Popular de la República y la caída de Cataluña ante la ofensiva del ejercido golpista de Franco y sus aliados nazis alemanes y fascistas italianos.

La idea de dedicar un campo de trabajo a las rutas del maquis surge, nos explica Albert Serra, administrador de Arriant, “de la convivencia dentro del espacio del Centre Social Núria de Olot con la Amical Antics Guerrillers de Catalunya (que tiene también su sede) y de todos los proyectos que esta entidad de memoria histórica ha llevado a cabo para recuperar la historia del maquis en Cataluña y sobre todo el trabajo alrededor de la figura de Francesc Serrat Pujolar "Cisquet", un guerrillero antifranquista nacido en Olot en 1921 y fusilado en Barcelona en 1946. Uno de los proyectos emblemáticos de esta entidad de memoria durante el periodo de 2019 a 2022 ha sido la recuperación y señalización de los caminos que los guerrilleros utilizaban en sus infiltraciones y las diferentes rutas clandestinas que los llevaban a Barcelona o que conectaban con el resto de España. Una de estas rutas, entre Prats de Molló y Manlleu, pasaba precisamente por el lado del equipamiento donde se realizo el campo de trabajo en Falgars de en Bas (la Vall d'en Bas). La casa de colonias era un lugar único para explicar y recrear la historia de la guerrilla antifranquista en los mismos paisajes que la vieron pasar.

El objetivo inicial del campo de trabajo era que los jóvenes participantes recorrieran uno de los tramos del camino, concretamente entre San Miquel de Castelló y el puerto de Cabrera, para mejorarlo y marcarlo. Pero conocer la ruta sirvió también como hilo conductor de toda una serie de actividades que tenían como finalidad que los jóvenes conocieran una historia pasada , la de la lucha guerrillera de los maquis por la recuperación de la democracia en España. Una historia que había quedado desgraciadamente perdida dentro del contexto de olvido voluntario que la transición a la democracia, acabada de salir de la dictadura franquista, convirtió en ideología oficial y que esta actividad de ocio veraniego quería ayudar a enmendar.

Fuente: Arriant.

La preparación inicial de las actividades por parte de Arriant tuvo el apoyo y asesoramiento de miembros de la Amical Antics Guerrillers de Catalunya. La novedad de la propuesta implicaba un reto importante. Se trataba de combinar una actividad de ocio educativo de verano para jóvenes con una historia de un pasado reciente, marcada por la violencia de la guerra, la derrota de la alternativa democrática que representaba la República, la resistencia y la lucha armada contra el fascismo y la opresión de un dictadura feroz que se extendió durante casi cuarenta años. Cómo quedó claro en el primer encuentro de los jóvenes participantes con los miembros de la Amical, esta historia les era absolutamente desconocida. El maquis no habían sido la motivación para apuntarse al campo de trabajo y, mayoritariamente, ni en la familia ni en la escuela, habían oído hablar de aquellos hechos de un pasado no tan lejano. Llenar el tiempo de las largas vacaciones escolares había sido la principal razón de las familias para enviar a sus hijos e hijas a las montañas de la Garrotxa a caminar por los antiguos pasos de los resistentes contra Franco. Aun así, se abría una ventana de oportunidad única para experimentar en el terreno, siempre complicado, de la memoria histórica sobre el pasado reciente y las actividades lúdico-turísticas, en este caso concreto para jóvenes. A partir de la charla inicial explicando el contexto histórico empezaron las actividades propias y variadas del campo de trabajo.

Se trataba que los jóvenes se pusieran en la piel de los guerrilleros y de lo que suponía la dura vida en la montaña, perseguidos por las fuerzas del orden del régimen franquista y con el peligro constante de ser delatados, detenidos y asesinados. También de los riesgos que corría la gente que les ayudaba, colaborando como enlaces y estableciendo casas de apoyo. Así la primera actividad fue la construcción de una barraca como las que hacían los guerrilleros en sus campamentos clandestinos y en la participaron activamente todos los chicos y chicas. Durante los trabajos de construcción se les iban explicando los aspectos más cotidianos de la vida de los maquis en las montañas, el sentido de aquella presencia en la comarca de la Garrotxa y del contexto histórico y humano en los que sucedieron aquellos hechos (posguerra, represión, guerra mundial, lucha contra el nazismo en Francia y las esperanzas de los exiliados en la recuperación de la República y un retorno próximo a sus hogares). Por las noches también vieron películas que ilustraban la temática guerrillera, como "Silencio Roto" de Montxo Armendáriz y el documental "Cisquet y su hermano" de Marc Planagumà, sobre la vida de Francesc Serrat Pujolar y producido por la Amical Antics Guerrillerss de Catalunya con el apoyo económico del Ayuntamiento de Olot. También tuvieron que preparar pequeñas exposiciones orales dirigidas al resto de participantes, buscando información histórica en las redes.

La actividad principal, y que generó más entusiasmo, fue la realización de un audiovisual de diez minutos producido por los mismos jóvenes donde explicaban de forma teatralizada los hechos históricos sucedidos alrededor de la lucha guerrillera. El pequeño documental, con acciones teatralizadas y entrevistas llevadas a cabo por los mismos chicos y chicas, es uno de los resultados más valiosos del campo de trabajo. Cristaliza en un producto concreto un aprendizaje hecho a partir de la experiencia de ponerse a la piel de los maquis y recrear personalmente las vivencias de aquellos momentos históricos. No se quería obviar nada: la alegría de los momentos de dicha y la esperanza en la victoria, pero también las penurias de la vida en la montaña y las tragedias en las cuales esta aventura podía acabar.

Fuente: Arriant.

En el transcurso de los trabajos alrededor de las rutas y las recreaciones se pudo debatir sobre los objetivos y valores éticos y políticos que impulsaban aquella lucha, las contradicciones y dilemas que implicaba el recurso a la violencia y a las armas en aquel contexto histórico y político, y como se entiende que jóvenes poco  mayores que ellos tomaran la decisión de jugarse la vida, y en muchos casos perderla, por una causa que consideraron más grande y valiosa que su misma existencia.

Un reto y dificultad importante durante los días que duró el campo de trabajo era conectar el sentido y valores de aquellas luchas del pasado con las preocupaciones actuales: la democracia, la libertad, la igualdad social, la solidaridad, los derechos de los trabajadores y trabajadoras, el respecto a la diversidad, los derechos de las mujeres... Valores, defendidos también por aquellos luchadores, y que hoy todavía son vigentes y en muchos casos todavía pendientes de ser totalmente realizados. Dar actualidad y vigencia a las viejas luchas de emancipación humana ha sido uno de los objetivos de unos días en que estos jóvenes han podido vivir la aventura de conocer y recrear las vidas de los guerrilleros antifranquistas.

Para David Pérez Arias "Pato", uno de los monitores, el campo de trabajo "ha sido un punto de inflexión crucial y seguramente marcará para los jóvenes un antes y un después". "Jóvenes que no tenían ninguna referencia sobre estos acontecimientos históricos -nos explica- han adquirido un conocimiento relevante sobre estos hechos". Vivir durante unos días en los lugares donde sucedieron los hechos históricos y ponerse a la piel de los protagonistas ha sido un aprendizaje vivencial que difícilmente olvidarán. Tener que ser ellos mismos quién produjeran el documental y hacer los guiones que ilustran la historia de aquellos tiempos ha supuesto un recurso pedagógico muy potente para lograr unos conocimientos históricos que en el entorno escolar, o no se explican o se hace en unos contextos más áridos y alejados de la realidad y dónde, por lo tanto, es más difícil fijarlos.

La experiencia, a la que desde Arriant quieren dar continuidad en próximos años, resiguiendo otros tramos de la ruta y mejorando la calidad de las experiencias realizadas este 2022, abre un campo interesante para conectar a la gente joven con la memoria democrática y nuestra historia reciente en un contexto de experiencia lúdica y vivencial. Este es un reto importante, ya que como nos recuerda el profesor y activista de la memoria democrática, Enrique Díez Gutiérrez "muchos jóvenes estudiantes saben más de Hitler que de Franco, y del holocausto que de las fosas del franquismo en su propio país".

Desde una mirada más amplía, el campo de trabajo sobre las rutas del maquis nos abre una perspectiva muy rica dentro del ámbito de la memoria histórica en el marco de las propuestas del ocio educativo y de los turismos de proximidad para jóvenes. Un ocio educativo de verano que combinado con el contacto con la naturaleza, una aproximación crítica a nuestra historia reciente y un contexto abierto de reivindicación de unos valores democráticos, abren un horizonte interesante de alternativas turísticas enriquecedoras, de un gran valor emancipatorio, no consumistas ni alienantes, que hay que explorar en el futuro. La centralidad del elemento pedagógico y creativo le da a la experiencia del campo de trabajo de las rutas del maquis un valor ético enorme. Cómo explicaba uno de los jóvenes participantes: “mi experiencia en esta campo ha sido muy buena, he podido aprender cosas que desconocía sobre la lucha de los guerrilleros y todo lo que hacían cuando entraban desde los Pirineos franceses para derrocar el fascismo en España. Como también con las excursiones por la Sierra de Cabrera buscando los caminos por donde los maquis pasaban llevando armas y víveres a las bases del interior del territorio español. Todo ello ha estado para mí una experiencia única”.