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10-05-2022

Un turismo para mayorías sociales en la Cataluña republicana: la Ciudad del Reposo y las Vacaciones del GATCPAC

Raül Valls | Alba Sud

La proclamación de la II República española en 1931 supuso la aparición de multitud de proyectos innovadores. Bajo el impulso de las conquistas del movimiento obrero sobre el tiempo de ocio y las vacaciones pagadas surgirá la necesidad de ordenar "el descanso de las masas".


Crédito Fotografía: Portada de la revista AC.

En recuerdo de Josep Torres i Clavé, fundador del GATCPAC y artífice del proyecto de la CRV, muerto en combate en defensa de la República el 12 enero de 1939.

 

La proclamación en España de la II República el 14 de abril 1931 desató una avalancha de propuestas progresistas y modernizadoras en todos los ámbitos de la sociedad. Los derechos sociales y laborales, la cultura y la educación, la salud y el bienestar se situaron en el centro de las aspiraciones de transformación social de una democracia que había llegado envuelta de un gran entusiasmo popular y que la convirtió en una las experiencias políticas y sociales más intensas y apasionantes del siglo XX en Europa.

Bajo la influencia de los derechos laborales conquistados, sobre todo aquellos que tenían que ver con la jornada laboral y el derecho al descanso y las vacaciones, surgieron proyectos como la Ciudad del Reposo y las Vacaciones (CRV) (Sauquet, 2012), impulsados por un grupo de arquitectos de izquierdas. Estos, influidos por las vanguardias de pensamiento urbanístico internacional, vieron en la joven República y el entusiasmo popular que la habían hecho posible una oportunidad para llevar a cabo políticas transformadoras también en el ámbito del ocio, la salud y el bienestar de las masas populares. El grupo, nacido en España el 1930 bajo el nombre de GATEPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), y que en Cataluña lo precedió en 1929 el GATCPAC (Grup de Artistes i Tècnics Catalans pel Progrès de l’Arquitectura Contemporània), se convirtió en el referente urbanístico de las ansias de cambio y progreso social de la nueva República. Muy influidos por los vientos reformistas, democratizadores y racionalistas que corrían por Europa, sobre todo de la mano de arquitectos como Le Corbusier, Bruno Taut, Mies van der Rohe, Walter Gropius, Eric Mendelsohn, escuelas como la Bauhaus, y también por las tendencias revolucionarias surgidas desde la Unión Soviética, vieron la posibilidad de impulsar proyectos de transformación urbana innovadores puestos al servicio de las recientes conquistas obreras y de las necesidades de descanso y ocio que las mayorías sociales demandaban cada vez con más insistencia. Líderes del GATCPAC, como Josep Lluís Sert, o Josep Torres i Clavé, eran jóvenes arquitectos que, espoleados por las expectativas republicanas, simpatizaban con partidos de izquierdas, como la Unió Socialista de Catalunya, y viajaban a menudo por Europa haciéndose eco de las modernas tendencias que impulsaban la arquitectura y el urbanismo del momento.

Fuente: Sauquet, 2012.

Siguiendo el modelo de estas corrientes innovadoras y revolucionarias se reunieron alrededor de una revista, Documentos de Actividad Contemporánea, más conocida como "AC", publicación gráfica que seguía el estilo cosmopolita y vanguardista de otras publicaciones que sacudieron el panorama europeo durante aquellos años. AC fue un auténtico escaparate ideológico de este grupo de intelectuales. En Cataluña, estos jóvenes arquitectos, con el apoyo de las nuevas autoridades republicanas (especialmente del presidente de la Generalitat Francesc Macià), impulsaron varios proyectos de transformación urbana como el “Plan Macià”, que quería emprender una radical transformación de la ciudad de Barcelona, fruto de los intercambios técnicos e intelectuales entre Le Corbusier y Josep Lluís Sert. Este plan por una nueva Barcelona futura incluía proyectos como la reforma y saneamiento del barrio del Raval, la renovación del Ensanche, una nueva zona industrial vinculada a la ampliación del puerto, la "Zona Franca", y su proyecto estrella: la Ciudad de Reposo y Vacaciones (CRV) que se tenía que ubicar en las playas, entonces poco accesibles, de Castelldefels y Gavá, a partir de la prolongación de la Avenida de la Gran Via de les Corts Catalanes, la arteria urbana que facilitaría el transporte de los habitantes de la ciudad hacía esta nueva zona de reposo y ocio.

¿Qué quería ser la CRV?

La CRV fue sin duda uno de los proyectos más ambiciosos del GATCPAC. Conectaba con las nuevas necesidades de ocio de una población urbana en crecimiento y unas ciudades insalubres y cada vez más densas. La CRV consistía en una franja costera de 12 kilómetros de largo por 1,6 de ancho a partir del reclamo natural que suponían las playas y los pinares de un espacio de costa próximo a la ciudad. Este proyecto respondía a la cristalización social de las ideas higienistas que desde medios del siglo XIX habían impulsado muchas de las luchas del movimiento obrero: la convicción de la necesidad de un ocio reparador en contacto con la naturaleza como remedio ante un trabajo agotador y una vida en las ciudades que perjudicaba la salud de la población trabajadora. Estas convicciones son las que impulsarán los proyectos de aquellos jóvenes arquitectos apasionados, todos ellos de origen burgués.

La CRV debía haber ocupado unas 1.200 hectáreas con una estructura horizontal de caminos y canales que se adaptaba a la línea costera. La caracterizaba el acceso libre a unos espacios donde el sol, el agua del mar y el aire limpio facilitaban la restauración del equilibrio saludable que los cuerpos afectados por el trabajo en la ciudad necesitaban.

Fuente: Sauquet, 2012.

El grupo inició una intensa tarea de elaboración técnica, propaganda e interlocución política, que se concretó con la dedicación de uno de los números de la revista AC a un monográfico sobre las vacaciones (AC, numero 7, noviembre de 1932) y una exposición del proyecto que se inauguró en el espacio subterráneo de la Plaza Cataluña de Barcelona en marzo de 1933 y que fue la que generó más impacto popular. Esta exposición contaba con 17 plafones que, de forma gráfica, justificaban la necesidad social de disponer de una zona de reposo y vacaciones próxima a la ciudad y mostraban a la población los detalles de las infraestructuras que se ubicarían. Así, se zonificaron los espacios a partir del uso que la ciudadanía les podía dar: zonas de playa y bosque para visitas de un día, espacios destinados a estancias de fin de semana con lugares de acampada, zonas deportivas, y otros con hoteles y alojamientos para vacaciones, espacios infantiles con guarderías y zonas de juego, espacios para la cultura y la ciencia, con zoológico y jardín botánico, bibliotecas, museos, salas de exposición, etc. También era importante el espacio dedicado a la convalecencia y la asistencia médica, con sanatorios, casas de reposo, tratamientos con lodos, etc. La salud y su restablecimiento eran de gran importancia en un proyecto fundamentalmente pensado para el bienestar de las clases populares urbanas víctimas en la ciudad de un trabajo y unas condiciones de vida poco saludables. Otro de los proyectos emblemáticos era el alquiler de terrenos para huertos que cumplían la triple función del vínculo con la naturaleza, un ejercicio saludable y la producción de alimentos de calidad. Y también impulsaron la idea de una caseta de madera desmontable que debía permitir a los visitantes estancias de vacaciones temporales sin la necesidad de generar procesos urbanísticos irreversibles.

¿Qué defendían los promotores de la CRV?

La CRV era una propuesta claramente política y no es causal que apareciera con el advenimiento de la República de 1931. Conectaba con las reivindicaciones obreras y las aspiraciones de emancipación de las clases populares a partir de la cultura, el ocio, el deporte y el contacto con la naturaleza. Ideas que se fueron instalando en el sentido común cotidiano del movimiento obrero a partir de las reivindicaciones de reducción de la jornada laboral, las vacaciones pagadas y de las propuestas del higienismo social.

Los miembros del GATCPAC apostaron claramente por el impulso público y cooperativo de la CRV, evitando y denunciando expresamente cualquier voluntad de lucro privado o especulativo como algo ajeno a sus principios. Como proyecto, formaba parte de un movimiento internacional más amplio que vio en el urbanismo y en la planificación racional del territorio una manera de contribuir a la transformación social en un sentido igualitario y colectivista. La Bauhaus y Walter Gropius, Le Corbusier, Bruno Taut, Mendelsohn,..  son algunos de los nombres de estos técnicos y artistas que se pusieron al servicio de esta reforma social.

El concepto de ocio de la CRV no era meramente recreativo, sino que adoptaba un sentido más amplio. Quería dar respuesta a las necesidades de reposo reparador con el fomento de la cultura, el deporte y la mejora general de la salud. Tenía, por tanto, una vocación humanista y una visión integral del ser humano que alcanzaba el tiempo fuera de la jornada de trabajo. El contacto con la naturaleza fue un elemento central de la propuesta turística de la CRV, configurándose como la mejor respuesta terapéutica al desgaste físico y anímico de las clases trabajadoras. La dispersión y el esponjamiento de las infraestructuras y las actividades, tenía que permitir que no se perdiera el carácter natural de los espacios. Playas y bosques debían garantizar este permanente contacto entre los cuerpos humanos y el medio natural.

Fuente: Sauquet, 2012.

La CRV quería ocupar, para sus promotores, un espacio intermedio entre el parque urbano, de uso diario, y el parque natural, generalmente más alejado de la conurbación urbana y, por tanto, mucho menos accesible. Se pretendía configurar como un espacio de proximidad que respondiera a una nueva configuración del tiempo de trabajo y descanso con la aparición del "fin de semana" (week-end). El objetivo era, como sus impulsores declararon desde un buen principio, "ordenar el descanso de las masas" y su salida, hasta aquel momento caótica, de unas ciudades cada vez más estresantes y poco saludables.

La CRV fue uno de los muchos proyectos de modernización que acompañaron la llegada de la República Española de 1931. No se puede entender fuera de este impulso para transformar la sociedady brindar legitimidad a las aspiraciones de democracia, participación política, derechos sociales y libertades cotidianas que las luchas de las clases populares habían protagonizado desde mediados del siglo XIX.

Probablemente sería osado atribuir al proyecto de la CRV algún tipo de «ecologismo avant-la-lettre», pero sí podemos afirmar que en él se defendías valores que ya apuntaban en esta dirección: la importancia para la salud del contacto con la naturaleza; el mantenimiento y protección legal del paisaje natural como una premisa en la ordenación del espacio; las propuestas de estructuras no permanentes, como la casa de madera desmontable, para uso temporal en las vacaciones; la idea, muy avanzada, de un cinturón verde que apartara las instalaciones de recreo de las carreteras de paso; el vínculo con la ruralidad que suponen los espacios de huertos de alquiler; así como la voluntad de evitar que los procesos especulativos y mercantiles fueran el factor principal en la ordenación del territorio.

CRV: un pasado con futuro

La CRV no llegó a materializarse nunca. Quedó, como otros proyectos de las fuerzas sociales y políticas que impulsaron la República, solo en un buen deseo. El año 1933 las derechas ganaron las segundas elecciones democráticas del periodo republicano y durante los siguientes dos años estos proyectos quedaron parados en medio de una fuerte agitación política y social. El febrero de 1936, con la victoria de las fuerzas de izquierdas, unidas en el Frente Popular, se reavivaron de nuevo los proyectos de transformación social, entre ellos el de la CRV. Pero las esperanzas duraron pocos meses. En julio de 1936, un golpe militar y el inicio de una larga y brutal guerra pusieron fin a todas aquellas ilusiones de construir un país donde fuera posible una vida digna y saludable para las mayorías sociales. Durante los tres años que duró la contienda, las fuerzas republicanas centraron todos los esfuerzos humanos y materiales en ganarla. La CRV, como otros muchos proyectos, quedó de nuevo en un cajón a la espera de mejores tiempos que desgraciadamente no llegaron nunca. La dictadura franquista tenía sus propios planes sobre el ocio popular y los proyectos republicanos quedaron en el olvido.

Fuente: Sauquet, 2012.

Los proyectos del GATCPAC, y entre ellos la CRV, no se pueden desvincular de los vientos que corrían en aquella conflictiva Europa de entreguerras y del impulso imparable de unas masas populares que ya no querían quedar al margen de la participación política y de los derechos sociales y de ciudadanía. Entre estos tomaron importancia el descanso, el ocio y las vacaciones. Eran fruto de las conquistas de muchos años de duras luchas laborales y ahora suponían un reto organizativo para gobiernos de diferente signo político.

En este sentido aparecieron en diversas partes del mundo, durante las décadas de los años veinte, treinta y cuarenta, propuestas de turismo social dirigidas a las grandes mayorías, dando centralidad al bienestar y la salud de las poblaciones trabajadoras. Fue en la segunda mitad del siglo XX cuando algunas de estas propuestas turísticas tomaron un cariz más orientado en las lógicas consumistas que derivaron en la búsqueda intencionada de nuevas oportunidades de negocio y lucro, abandonando las motivaciones de emancipación social que inicialmente las instigaron.

Es por eso que estos grandes proyectos de espacios dedicados a las vacaciones para las clases trabajadoras, como la CRV, fueron comunes a distintas sensibilidades políticas de la época, tanto liberal-democráticas, como los que se desarrollaron en Alemania durante la República de Weimar; socialistas, como la "Ciudad Verde" de Moscú en la Unión Soviética; o también los proyectos de ocio para los obreros organizados por los regímenes fascistas como el complejo de vacaciones de Prora en la Isla de Rugën, en la Alemania nazi. Más allá de los objetivos ideológicos de cada proyecto, emancipadores o de renovados mecanismo de control social, estaba claro que todos respondían a una necesidad común: las demandas de descanso y ocio fuera de los ambientes opresivos y densificados de las ciudades surgidas de la revolución industrial y de unas clases trabajadoras que exigían un contacto con la naturaleza y una preocupación por la salud que hasta aquel momento solo había sido patrimonio de las clases privilegiadas.

Reflexiones finales

Muchos de los proyectos del GATCPAC y de la República no fueron posibles. La codicia y el egoísmo de los privilegiados abortaron manu militari las aspiraciones de las clases populares, y las de aquellos intelectuales reformistas que las querían hacer realidad, dando forma y sentido a la voluntad popular de emancipación social. Quedaría pendiente analizar cómo hubieran recibido las organizaciones obreras estas propuestas innovadoras.  Tomando una perspectiva actual podemos aventurarnos y especular sobre qué hubiera pasado si el golpe militar, la guerra y la dictadura no hubieran destruido todo aquello que quedó solo en dibujos sobre el papel.

Fuente: Sauquet, 2012.

Probablemente muchos de los valores y las buenas intenciones iniciales hubieran sido pervertidos y canalizados por las lógicas mercantiles del crecimiento económico a ultranza de los años del pacto social, del consumismo y del petróleo barato y abundante que siguieron a 1945. Aun así, y no exageramos, la especulación y rapiña que caracterizaron al régimen franquista respecto al desarrollo económico y territorial generaron el peor de los escenarios posibles. Las lógicas destructivas del binomio construcción-turismo del período del desarrollismo “tardofranquista” harían que aquellos intelectuales de la República se echaran sobrecogidos las manos a la cabeza.

Desgraciadamente, desde 1977 los gobiernos democráticos no supieron o no quisieron enmendar estas tendencias negativas y han sido en muchos casos sus tristes continuadores. Pero ahora, cuando la crisis energética y el calentamiento global nos amenazan como especie y ponen en riesgo al conjunto de la humanidad, estos viejos proyectos republicanos aparecen como inacabados y perdidos hilos rojos de la historia que podemos retomar allá donde los y las soñadoras de aquella República de obreras, maestros y poetas tuvieron que abandonar forzados por la violencia destructiva del fascismo.

 

Referencias:
Sauquet Llonch, Roger Joan (2012). La ciutat del Repòs i les Vacances del GATCPAC (1931-1938). Un paisatge pel descans. Tesi doctoral. Barcelona: Universitat Politècnica de Catalunya.