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Reportaje | Turismo Responsable | Cataluña

09-08-2021

Turismo de proximidad y naturaleza amenazadas en el Delta del Llobregat

Carla Izcara | Alba Sud

Los Espacios Naturales del Delta no solo son esenciales por la preservación de la biodiversidad, sino que juegan un papel clave en la educación y sensibilización ambiental y son una zona de ocio popular. La permanencia de este ecosistema se pone en juego por la ampliación del Aeropuerto de Barcelona-El Prat.


Crédito Fotografía: Ilustración de Oriol Vidal. Imagen de Carla Izcara.

Los Espacios Naturales del Delta del Llobregat se ubican en el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y tienen una extensión de 954 hectáreas. Se podría decir que es un área natural atípica por dos motivos principales, su ubicación, en medio de una zona urbana con más de 3,2 millones de habitantes, y las transformaciones que ha sufrido a lo largo de los años por la acción humana. Hay desde áreas naturales y cultivos a infraestructuras del Puerto y el Aeropuerto de Barcelona, aparte de otras industrias. Además, es una zona única, ya que solo el 1% del territorio catalán son zonas húmedas, los ecosistemas con mayor biodiversidad y más amenazados por el cambio climático. En definitiva, es una zona con gran valor estratégico, tanto a nivel el  ambiental como social. Por este motivo, forma parte de la Red Natura 2000, una red ecológica europea de las distintas áreas de conservación de la biodiversidad; además se ha declarado Zona de Especial Protección para las Aves.  

Los Espacios Naturales del Delta

Nos remontamos al año 1994, cuando se firmó el Plan Delta, un gran acuerdo entre todas las administraciones (estatal, autonómica y local) por el desarrollo de grandes infraestructuras territoriales y su encaje en los espacios naturales y agrícolas del delta del Llobregat. El Plan incluía las ampliaciones del Puerto y el Aeropuerto de Barcelona y el desvío del Río Llobregat, entre otras acciones de gran envergadura. El desvío del tramo final del río, a pesar de ser muy criticado por grupos ecologistas, acabó llevándose a cabo entre 2001 y 2005. 

A raíz de estas modificaciones, en 2005, apareció un nuevo paisaje, con nuevas zonas húmedas que se habían generado para compensar el impacto ambiental y otros que ya tenían valor natural como El Remolar - Filipines. Por lo tanto, todo eran zonas llamadas a ser protegidas, con más o menos contundencia, que necesitaban una gestión con criterios de biodiversidad y conservación así como su incorporación al uso público. 

Aeropuerto de Barcelona-El Prat. Imagen de Carla Izcara.

En consecuencia, se decidió crear un Consorcio entre la Generalitat, que ya gestionaba el espacio del Remolar-Filipines, y los ayuntamientos del Prat y Viladecans. Posteriormente, se añadieron los ayuntamientos de Gavà y Sant Boi. Actualmente, el Ayuntamiento de Barcelona y la AMB están en proceso de incorporación. El Consorcio tiene tres líneas de trabajo, en primer lugar garantizar el uso público de los espacios naturales, preservar la biodiversidad ejecutando proyectos de investigación, desarrollo y seguimiento de la fauna y por último, la gestión y mantenimiento de los espacios. María José Albaladejo, gerente del Consorcio para la Protección y la Gestión de los Espacios Naturales del Delta del Llobregat, nos comenta que actualmente tienen un proyecto de gestión de la vegetación con pasto carácter extensivo, con intención de recuperar los antiguos rebaños del Delta, acción que recuerda a la filosofía de la permacultura. 

Público de proximidad

El Delta del Llobregat es un espacio singular en Cataluña, que tiene que conservar su valor natural sin dejar de ponerlo a disposición del público. María José está convencida de la necesidad que tienen las personas del área metropolitana de Barcelona de acceder a la naturaleza a causa del duro desarrollo urbano y de la ausencia de parques y áreas verdes. 

Espacios Naturales del Delta del Llobregat. Imagen de Ernest Cañada.

En cuanto al público, marcadamente local, desde el Consorcio lo dividen en tres grandes grupos. En primer lugar, se identifica la persona estrictamente naturalista con un interés especial por la fauna, flora y paisaje, así como han notado un incremento de visitas de personas aficionadas o profesionales de la ornitología. En segundo lugar, tienen gran afluencia de público familiar que quiere hacer un descubrimiento natural más cuidadoso del que se podría hacer en un parque urbano o practicar un ocio más específico con predisposición al aprendizaje. Desde el Consorcio se ofrecen actividades específicas dirigidas a estos públicos. Por ejemplo, hay actividades de tipo participativo, dirigidas sobre todo al público familiar e infantil, para aprender sobre organismos acuáticos o especies invasoras, también se hacen visitas guiadas y yincanas, así como salidas de fotografía al amanecer o crepúsculo dirigidas a aficionados a la fotografía u ornitología. Además, organizan jornadas de trabajo efectivo, algunas de ellas en colaboración con otras entidades, como recogida de residuos, arranque de plantas exóticas, censos de aves, etc. Estas actividades permiten lograr algunos de los objetivos del Consorcio como por ejemplo la sensibilización, conservación y gestión de los espacios naturales y su flora y fauna. 

En tercer y último lugar, reciben un público escolar de septiembre a junio. Es uno de los grupos mayoritarios, en 2019 llegaron a recibir cerca de las 20.000 visitas de personas del ámbito educativo, tanto alumnado como docentes o equipos de monitores. Este público comenta María José que “interesa muchísimo y ya se trabajaba antes de la creación del Consorcio”. Por último, habría también un público puntual de la ciudad de Barcelona, “que huye de la vorágine de la ciudad” y un público extranjero muy residual y especializado en el avistamiento de aves. 

El rasgo en común que tienen todas las personas que visitan estos Espacios Naturales es el gran sentido de apropiación. María José afirma que “el sector que más nos interesa es el público familiar y el de proximidad” y lo justifica recordando que “es el público que cuando llegan las amenazas nos defiende, porque lo conoce y lo aprecia. Una vez lo has visto, percibes el valor que representa todo esto”.

¿Cómo hacer uso social de un espacio protegido?

En primer lugar, María José recalca la importancia de “diferenciar los lugares de uso intensivo, uso restringido y excluidos de uso, para no poner en riesgo los valores naturales”. Una vez hecha esta distinción, cree que es imprescindible “ofrecer actividades de calidad y servicios y equipamientos que respondan a las necesidades de la ciudadanía”. Asimismo, ante una demanda en crecimiento “hay que controlar el aforo”. Esta medida de regular las entradas y salidas en los espacios naturales, se implementó con la llegada de la pandemia y afirma que “ha venido para quedarse” y que las personas “lo han entendido de buen grado, porque de este modo también pueden disfrutar con tranquilidad del espacio” añade también que “es una manera de educar a la gente, que entra en un espacio diferente y especial”. 

Río Llobregat. Imagen de Carla Izcara

Por otro lado, María José piensa que “la información y comunicación al visitante son claves”. Actualmente siguen trabajando desde el Consorcio para informar y ofrecer programas de actividades “adaptados a las nuevas demandas”. Para ella, la pandemia de la COVID-19 ha certificado su dilema, aunque encontrar el equilibrio entre la conservación ambiental y la disposición al público visitante sea una tarea complicada, “son un recurso público de esparcimiento, salud y ocio”.

Amenazas

La pandemia de la COVID-19 ha puesto en evidencia el estado de emergencia climática y la importancia de conservar la biodiversidad ante las zoonosis, enfermedades que se transmiten de animales a humanos. También ha mostrado como es necesario garantizar el acceso a la naturaleza y la importancia del ocio y esparcimiento en nuestro día a día. A pesar de esto, y sin haber superado las etapas más críticas de esta pandemia, se ha reactivado la propuesta de ampliación del Aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat con todas las consecuencias sociales y ambientales que esto comportaría. 

La propuesta de Aena, empresa pública en un 51% que gestiona los aeropuertos en España, consiste con alargar 500 metros la tercera pista. Esta ampliación rompería con el consenso del Plan Delta firmado en 1994 y generaría un daño irreparable al equilibrio de los espacios protegidos del Delta, puesto que afecta directamente a “La Ricarda”, un espacio que destaca por sus grandes valores ecológicos. En concreto, María José nos explica que es la zona húmeda menos modificada y con los hábitats más maduros y consolidados del Delta. El paraje es rico en biodiversidad con especies únicas, juega un papel importante en la regulación hídrica y en una posible subida del nivel del mar por el efecto del cambio climático. Además, provee de servicios ambientales a la población de la AMB así como representa un espacio educativo y de ocio para estas personas. Finalmente María José apunta que “estaríamos destruyendo uno de los últimos espacios vírgenes del Delta, un espacio natural irreproducible y protegido por la Unión Europea”. 

Imagen de Ernest Cañada.

A principios de año, llegó una carta de requerimiento de la Comisión Europea informando que no era suficiente la protección que se estaba dando al Espacio Natural y como explica María José, “no basta con las 954 hectáreas actuales para dar cobertura a los valores naturales” y añade que “las medidas compensatorias que se hicieron en su día, o no fueron suficientes o no se aplicaron bien”. La propuesta para cumplir esta demanda europea es ampliar el Espacio Natural en 2055 hectáreas para crear un verdadero corredor biológico sin cortes y conectar los espacios naturales ya reconocidos. Estas mismas hectáreas son las que propone Aena en su plan de forma compensatoria, cuando “estas zonas ya tendrían que estar protegidas” y la Ricarda no se puede sustituir “no se puede trasladar un ecosistema como si fuera un mueble” como clarifica María José. 

Este mes de agosto se ha hecho público el acuerdo entre el Estado y la Generalitat para ampliar el aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-el Prat. La operación supondrá de entrada una inversión de 1.700 millones de euros y no se ha especificado el impacto directo a los espacios naturales. Algunos de los argumentos a favor de esta propuesta han sido la creación de 83.000 puestos de trabajo, la conexión con AVE de Girona y Reus con Barcelona e incluso, se ha dicho que se trabajará por una afectación ambiental mínima y se tratará de un aeropuerto verde. 

Delante de este oxímoron la plataforma Zeroport y la Red por la justicia climática han convocado una gran manifestación el 19 de setiembre bajo el lema “Ampliaciones de aeropuertos?, No gracias” a la que ya se han sumado varias entidades y grupos políticos, porque este proyecto ha salido adelante a pesar de la oposición ciudadana y la de los municipios limítrofes al aeropuerto. De momento, la propuesta necesita el permiso de la Comisión Europea.

Tractor y Barcelona. Imagen de Ernest Cañada.

Finalmente, vemos como una vez más se anteponen los intereses privados y las ambiciones políticas a los de la población y el planeta. Están en juego todos los Espacios Naturales del Delta del Llobregat, no solo la Ricarda. Más allá del valor natural de estos Espacios, el cual se ha evidenciado en múltiples publicaciones, queremos reivindicar la relevancia del Delta en cuanto a un espacio de turismo de proximidad y recreo. Así pues, peligra también una zona de ocio de toda un área metropolitana, donde hay una gran carencia de áreas verdes. 

En definitiva, existe el riesgo de perder una producción agrícola ecológica, un espacio de turismo de proximidad, educación y sensibilización ambiental esenciales, y la calidad de vida de las personas habitantes de estos municipios. En el contexto de crisis climática que vivimos, no nos podemos permitir la pérdida de un espacio natural más.

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto “Laboratorio de turismos de proximidad”, impulsado por Alba Sud con el apoyo de Barcelona Activa – Impulsem el que fas (2020), financiado con el Impuesto Turístico.