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Actualidad Alba Sud | Turismo Responsable | Rep. Dominicana

19-07-2021

Turismo local y comunitario en el Cibao, ¿nueva apuesta en la República Dominicana?

Giselle Cedeño | Alba Sud

En República Dominicana las comunidades del Norte han pasado a protagonizar una renovada oferta turística de carácter doméstico. ¿Será el inicio de una nueva etapa turística para el país?

 

 


Crédito Fotografía: Irena, Colors of Puerto Plata, bajo licencia Creative Commons

Tras años de esfuerzo de atracción de un mercado externo, para sostener un modelo de turismo masivo, hoy algunas miradas empiezan a dar la vuelta hacia el mercado local. Desde estamentos oficiales hay quien ve en el turismo doméstico una posible  alternativa para una pronta recuperación de un sector en crisis, que se reinventa ante la pandemia de la Covid-19. Desde otras perspectivas, para Ernest Cañada podría ser un elemento clave en una transición para transformar el modelo de turismo actual.

República Dominicana es uno de los destinos predilecto de ¨sol y playa¨ en el Caribe, una modalidad cada vez cuestionada por su verdadero aporte en las comunidades. No obstante, el país empieza a desarrollar iniciativas para diversificar su oferta. Bajo una nueva estrategia de “multidestino” hay también proyectos que ponen en el centro a la población local y su meta es combatir la pobreza a través del turismo comunitario.

Proyecto Turismo Comunitario Sostenible (TCS)

Con el fin de diversificar el producto turístico ofrecido en el país, en 2016 se creó una alianza entre el Ministerio de Turismo (MITUR)y el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP), con la coordinación del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y con apoyo técnico de la Agenda de Cooperación Internacional del Japón (JICA). Es así como nace el Proyecto Turismo Comunitario Sostenible (TCS) que pretende lograr un destino regional en las catorce provincias de la región Norte o Cibao, con la integración de las comunidades en la oferta turística nacional e internacional.

Este plan contempla tres niveles de intervención para el fomento de TCS: producto/comunidad, gestión territorial y, finalmente, políticas. Y se ejecuta a partir de cinco líneas de intervención con los siguientes objetivos en cada una de ella

  • Negocio comunitario del turismo utilizando recursos naturales y culturales: fortalecer el negocio comunitario del turismo utilizando recursos locales.
  • Grupo territorial turístico (rutas turísticas y destinos comunitarios): fomentar la gestión territorio turística con concepto de rutas temáticas y destinos comunitarios.
  • Promoción y comercialización para posicionamiento de TCS: fortalecer la capacidad y comercialización para posicionamiento.
  • Capacitación y formación turística: fortalecer la capacitación y formación de recursos humanos.
  • Estructura sustentable de coordinación y monitoreo: establecer una estructura sustentable de coordinación y monitoreo.

En los últimos cuatro años los diferentes organismos involucrados han trabajado desde la formación y capacitación de los pobladores, orientación en creación de empresas, integración como comunidad hasta la concreción de productos turísticos y su comercialización.

Resultados del proyecto

Tras la movilización de liderazgos en las comunidades, su formación y capacitación, reconocimiento de atractivos y la puesta en valor de los mismos, en la actualidad hay proyectos que ya han empezado a brillar por sí solos. Principalmente atraen al mercado nacional, quienes son los principales consumidores, aunque tampoco se haya descartado poder atraer al mercado internacional.

En Jamao al Norte, municipio de la provincia Espaillat, se organizó el proyecto comunitario Jamao Eco-Tours, una empresa que ha puesto en valor los recursos naturales de la zona. Los guías de las excursiones son jóvenes quienes sin este trabajo probablemente hubieran tenido que abandonar el poblado por falta de oportunidades.

En el municipio de Constanza, provincia La Vega, se puso en marcha la Ruta de las Fresas. Con ella se han beneficiado más de treinta familias unidas a través de la Asociación de Productores Agrícolas La Cotorra. El producto final consiste en la visita guiada a los vendedores de fresas La Cotorra, donde quienes les visitan tienen la oportunidad de conocer a las familias productoras. Además, se pueden conocer también los invernaderos, que pueden estar abiertos durante todo el año.

En la comunidad de Altamira, provincia Puerto Plata, está la empresa Chocolala, conformada solo por mujeres. Unas treinta socias se encargan de ofrecer un tour experiencial en el que se degusta chocolate y vino, se lleva a cabo un recorrido por el sendero de cacao y el interior de la fábrica comunitaria.

Asimismo, destaca la Experiencia Música Dominicana, que expone las raíces y ritmos típicos dominicanos oriundos de Guananico, en Puerto Plata, y la Ruta de la Miel en la provincia Dajabón, entre otras.

Este desarrollo turístico ha sido destacado por la revista Soy Cibao. Además se publicó un Catálogo de Experiencias sobre Turismo Comunitario, que puede ser utilizado por tours operadores para ofertar experiencias locales y así diversificar su oferta.

Maribel Villalona, Directora de Planificación del Ministerio de Turismo, explica que antes de la pandemia de la COVID-19 con este proyecto se ha logrado integrar a más de 32 comunidades en 12 municipios de la Región y se ha beneficiado directamente a más de 750 familias.

Promoción del turismo local

Todos estos proyectos tuvieron que cerrar al inicio de la pandemia. Pero a mediados de junio del 2020 se prepararon los protocolos para la reapertura de las actividades. Los diferentes organismos involucrados apoyaron esta reapertura desde sus respectivas fortalezas: el INFOTEP con capacitaciones sobre gestión sanitaria, el MITUR con la promoción en redes sociales del turismo interno, el Ministerio de Industria y Comercio con el apoyo a las pequeñas empresas y su reapertura y, finalmente, el JICA con la donación de equipos y materiales.

En octubre del 2020 el MITUR lanzó el Plan de Incentivo de Turismo Interno, que incluyó descuentos del 20% y el 50% a familias dominicanas que quisieran hospedarse en hoteles de destinos turísticos, y también dar préstamos bancarios a familias que no podían costear el pago de un fin de semana en un hotel. La lógica era tratar de mantener en funcionamiento estas empresas y puestos de trabajo. Esta medida tiene previsiones inciertas, puesto que la toma de un préstamo para pasar un fin de semana en un hotel en medio de una crisis de desempleo, no es una opción en el actual contexto para muchas familias.

Por otro lado, a medida que disminuyeron las restricciones de movilidad, los dominicanos empezaron a hacer más turismo interno sobre todo en espacios naturales. Como consecuencia de esto en el primer trimestre del 2021 las áreas protegidas recibieron más de 176 mil visitantes.

Perspectivas a futuro: ¿para cuándo las políticas públicas?

Las instituciones de INFOTEP y JICA tienen en agenda para los próximos cinco seguir formando en turismo comunitario a las personas de las comunidades a la vez que impulsan el desarrollo de más experiencias. Su idea es extender esta iniciativa a las demás regiones del país, con miras a la Región Sur en una próxima fase, que ha despertado un creciente interés por sus recursos naturales. Recientemente el Ministerio de Turismo anuncio una inversión de $RD150 mil millones para el desarrollo como destino turístico de la provincia Pedernales, en el Sur. Sin embargo, las historias de exclusión y despojos que se han producido en otros lugares del país hacen que esta apuesta no pueda dejar de ser observada con cierta cautela.

Hannah Busing, Santo Domingo, bajo licencia Creative Commons.

Uno de los niveles de intervención del proyecto Turismo Comunitario Sostenible (TCS) es el de las políticas públicas y, significativamente, en este aspecto aún no se han hecho avances. Las políticas referentes a turismo del país están vigentes desde 1971, con pequeños cambios, pero nada significativo en términos de una apuesta real por una mayor sostenibilidad. Y, sin embargo, este enfoque debe tomar más fuerza si se pretende lograr un cambio significativo en el modelo de turismo que predomina en el país.

Por otra parte, la apuesta por promover un turismo local topa con límites obvios: ¿a caso puede una familia dominicana promedio realizar turismo interno? El 78% de los empleados formales tiene un salario que no llega a cubrir la canasta básica, valorada en $RD37, 774 (€572). Los casi dos millones de dominicanos que entran en este grupo no llega a los $30,000, ganando entre $RD10,000 (€151) y $RD15,000 (€227) pesos al mes. Actualmente, el gobierno ha propuesto un pacto social para transformar el marco legal en el campo laboral y en la seguridad social. Se espera que estos cambios representen una transformación significativa en la vida de los dominicanos. Será cuestión de dar seguimiento para comprobar que estas palabras se conviertan en acción dando oportunidad a las familias de poder cubrir la canasta básica y poder cubrir tiempo de ocio. Sin duda alguna nos queda un largo camino que recorrer, sin embargo, con la apuesta al turismo local y comunitario, se puede abrir camino a un nuevo modelo de turismo que logre transformar de manera positiva la vida de la población local.

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto «Turismo inclusivo, una demanda de justicia global», desarrollado por Alba Sud con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, convocatoria Justicia Global 2020.