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10-05-2021

Baix Llobregat: pensar el turismo desde la proximidad

Carla Izcara | Alba Sud

El Consorcio de Turismo del Baix Llobregat articula su propuesta turística alrededor de los mercados locales.  La “Ruta del Tram” y “Sabors de l’Horta” son dos acciones promocionales que ponen en valor los atractivos culturales, naturales y gastronómicos de la comarca. En un contexto de reactivación turística destacamos una apuesta política por los mercados locales. 


Crédito Fotografía: Trambaix. Imagen de Carla Izcara.

El Baix Llobregat es una comarca catalana situada en la provincia de Barcelona donde se agrupan treinta municipios y concentran más de 800.000 habitantes.  Esta zona, de gran riqueza patrimonial y natural, hace años que apuesta por el turismo y consumo de proximidad a partir de dos grandes acciones promocionales “Sabors de l’horta”, que en castellano se traduciría por “Sabores de la Huerta” y la “Ruta del Tram”. Para conocer más a fondo estas campañas de comunicación, Alba Sud entrevistó a Laura Garcia, Coordinadora del Consorcio de turismo del Baix Llobregat, administración pública la cual colabora de forma estrecha con el sector privado, y participa económicamente en algunas campañas concretas.  

Descubrir el Trambaix

La “Ruta del Tram” es una acción de promoción impulsada por el Consorcio de Turismo del Baix Llobregat y el Tram, operador de redes de tranvía de Barcelona. Esta Ruta nace el año 2015 con el objetivo de poner en valor los atractivos turísticos alrededor del recorrido del Trambaix, que une Barcelona con los municipios de Esplugues, Sant Just Desvern, Sant Feliu de Llobregat, Sant Joan Despí y Cornellá, y darlos a conocer sobre todo entre los visitantes de la ciudad condal. Cómo apunta Laura Garcia, “el que queríamos por un lado era incentivar el uso del transporte público y por otra dar a conocer este patrimonio a un público más de proximidad.”

En cuanto a la oferta que menciona la Coordinadora del Consorcio, la Ruta incluye múltiples propuestas culturales y de ocio que se agrupan en una misma página web bajo un gran mapa. En primer lugar, hay un amplio abanico de actividades y visitas a museos, edificios de interés cultural y arquitectónico y yacimientos de la época romana. Así mismo, también hay un listado de parques, jardines y mercados rústicos de los diferentes municipios de la zona junto con un directorio de restaurantes con la característica diferencial que todos sirven producto del Parque Agrario del Baix Llobregat; lugar estratégico en Cataluña, no solo porque se concentra el 15% de la producción de huerta del territorio sino que también juega un papel fundamental en términos de conservación de ecosistemas y oxigenar una zona densamente poblada. Por lo tanto, esta Ruta destaca por los atractivos culturales de la zona y además quiere incentivar el consumo de productokm0 y en consecuencia, un “consumo más sostenible” como apunta Laura Garcia.

Esta campaña comunicativa, de carácter anual, también incluye promociones concretas como descuentos u ofertas que las persones visitantes activan registrándose en el sitio web. Este último año 2020, debido a la pandemia de la COVID19, no se retomó la acción promocional a pesar de que se mantuvieron las ofertas. En vistas de una relajación inminente de las restricciones, Laura Garcia nos comenta que “hemos hablado con los municipios y el tram y cuando la situación sea más estable relanzaremos la campaña”. A esto añade que “es una campaña con muchos beneficios para la población, no solo económicos, sino también de sentimiento de orgullo”.

Para conocer más en profundidad los actores protagonistas de esta iniciativa, en primer lugar, entrevistamos a Sònia Planas Claramunt, directora del Centre Jujol – Can Negre, antigua casa del siglo XVII situada a Sant Joan Despí y reformada por  el arquitecto modernista Josep Maria Jujol i Gibert, conocido por haber col·laborado con Antoni Gaudí. Desde el Centro Jujol del Ayuntamiento de Sant Joan Despí, coordinan este espacio, ahora habilitado como museo y Escuela Municipal de Arte, junto con la Torre de la Creu dentro de la Ruta Modernista del municipio, entre otros recorridos que organizan vinculados a la historia de la localidad. La entidad se ha adherido a la oferta que se propone por medio de la ruta modernista que incluye la visita a Can Negre, a la Torre de la Creu, a unas fachadas modernistas de unas casas particulares y a las intervenciones de Jujol en la iglesia de Sant Joan Despí. Estas visitas se pueden concertar a demanda para grupos de hasta diez personas, número delimitado por las restricciones, y para grupos burbuja de escuelas. Aparte, hay una visita cada último domingo de mes y participan en otros acontecimientos como la Noche de Museos o el 48H OpenHouse Barcelona. En cuanto a su participación a la acción promocional, la percepción de Sònia Planas es positiva y nos confirma que reciben visitas de personas que están haciendo la “Ruta del Tramo”, añade que “el tram es muy cómodo y las paradas del tram están muy cerca de los lugares que uno quiere visitar”.

Fachada de Can Negre. Imagen de Anselm Pallàs, bajo licencia Creative Commons.

En segundo lugar entrevistamos a Maria Rosa López, responsable de sala del restaurante el Mirador de Sant Just, negocio que gestiona junto a Joan Mascaró, responsable de cocina y creativo de este equipo. Desde el Mirador de Sant Just, situado en Sant Just Desvern, piensan que “es una campaña muy efectiva, sobre todo no tanto a nivel de vecinos, sino más dirigida a gente de Barcelona que desconoce el Baix Llobregat y te dice que ha venido con la ruta”. Maria Rosa añade que “tiene mucho potencial, sobre todo para familias y gente mayor”. Este restaurante, además de utilizar el producto del Parque Agrario, hace menús gastronómicos temáticos de temporada tomando como protagonistas el espárrago de Gavá, la alcachofa o el pollo de pata azul del Prat o las cerezas de Sant Climent y Begues. El restaurante, no solo participa de la “Ruta del Tram” sino que también forma parte hace más de diez años de la campaña promocional “Sabores de l'Horta” del Baix Llobregat.

Sabors de l’Horta

La Coordinadora del Consorcio de Turismo nos explica que esta iniciativa nace aproximadamente en 2004 para promocionar el producto fresco del Parque Agrario del Baix Llobregat y los restauradores que ofrecen estos productos en sus establecimientos. Aun así, uno de los objetivos principales del Consorcio del Parque Agrario del Baix Llobregat es preservar y promocionar la actividad agraria. El Parque tiene una superficie de 3.473 hectáreas y se extiende al lado del Río Llobregat recorriendo catorce municipios. Actualmente, produce 35.500 toneladas de fruta y hortalizas y trabajan 1.200 personas. Maria Rosa López durante la entrevista reivindica el producto del parque, piensa que “es importante recuperar todos los cultivos, no hacer más edificios, y conservar el Parque Agrario tal y como es, alrededor del río”.

Para poder formar parte de este colectivo el requisito principal es ofrecer producto del Parque Agrario y de temporada y mantener este tipo de oferta durante todo el año. El Mirador de Sant Just es uno de los restaurantes que lleva más tiempo participando en esta campaña y nos comentan que “cada vez hay más restaurantes que se suman”. También añaden que es una tendencia general, no sólo en la restauración, sino que también entre la población, ya que cada vez es más fácil acceder al producto fresco del Baix Llobregat.

Todos los restaurantes que forman parte de este colectivo cuentan con un distintivo y desde el Consorcio de Turismo nos informan que cada año se pueden añadir nuevos establecimientos, siempre que cumplan unos requisitos mínimos de calidad y por supuesto, tengan un proveedor del Parque Agrario.

Distintivo "Sabors de l’Horta" del restaurante el Mirador de Sant Just. Imagen de Carla Izcara

Algunas de las ventajas de formar parte del colectivo “Sabors de l'Horta”, aparte de la ayuda que supone  en términos de promoción, son los cursos y formaciones específicas que ofrecen desde el Consorcio y las acciones conjuntas que se hacen con otros restauradores de la red. Por ejemplo, en el caso concreto del Mirador de Sant Just, se han convertido también en punto de información turística porque tiene la peculiaridad de ser una antigua chimenea de una fábrica de cemento y además se encuentra en un lugar estratégico, está situado junto al edificio Walden, de gran interés arquitectónico, y del taller de arquitectura de Ricard Bofill. Así mismo, cuenta con un gran mirador desde donde se puede observar toda la comarca.

La llegada de la pandemia

Después de conversar con las entrevistadas, las tres coinciden que ha sido una etapa dura a causa de las restricciones por COVID-19 y que han afectado a la actividad turística. Aun así, desde Can Negre, destacan que el confinamiento comarcal facilitó que las visitas aumentaran, tanto de particulares como de escuelas. Sònia Planas apunta que “ante la imposibilidad de salir, han utilizado más el recurso local”. También añade que el origen y número de las personas visitantes ha cambiado, han aumentado las visitas de escuelas así como de público de la comarca. Sin embargo, destaca que han perdido visitantes del resto de Cataluña y del Japón, los cuales acudían en Sant Joan Despí por su interés en el movimiento modernista, a pesar de no ser su público mayoritario.

Interior del restaurante el Mirador de Sant Just. Imagen de Carla Izcara.

Por otro lado, en cuanto al equipo del Mirador de Sant Just, comentan que “la pandemia ha sido una sacudida y ha quedado todo muy parado”. En su caso, tenían muchos clientes de Barcelona, y de empresa, así que tanto el confinamiento perimetral como el aumento del teletrabajo les ha afectado particularmente. Argumentan también que han sufrido mucho por los horarios y las limitaciones de personas, puesto que están acostumbrados a recibir grupos grandes y organizar celebraciones. Desde el Consorcio de Turismo, se ha activado una campaña en paralelo para dar a conocer los restaurantes de la comarca con servicio de delivery, maría Rosa lo ve como “un servicio más que han querido ofrecer para dar visibilidad a lo que están haciendo y ayudar un poco al sector”. En cuanto al Mirador de Sant Just, tienen servicio de delivery propio y han creado una nueva carta específica. Aun así, puntualizan que “no es una cosa para ganarte la vida, en nuestro caso, pero si un servicio más que das al cliente”, añaden que quién consume este servicio es  “la clientela habitual que ahora tenía respeto o miedo y se lo hemos llevado a casa”.

Respeto a los restauradores, en cuanto a las perspectivas de reactivación, celebran que se puedan volver a servir cenas y que la actividad se vaya recuperando paulatinamente. Desde Can Negre, también se alegran de poder ampliar la capacidad de los grupos y lanzan un nuevo producto denominado “360°”, una serie de videos que complementan la visita al museo a partir de una filmación inmersiva en la cual el arquitecto Jujol explica al usuario la transformación de la masía. La directora del centro añade que es “un momento de reflexión y creatividad”.

Visita 360°. Imagen del Centre Jujol-Can Negre.

En clave local

El factor diferencial de esta propuesta sobre otras es el esfuerzo por parte del Consorcio de Turismo del Baix Llobregat, un organismo público, en pensar una propuesta dirigida a los mercados locales y construir políticas públicas orientadas a un turismo en clave local, pensadas a partir de la figura del residente. Este enfoque también se ha visto reforzado con la llegada de la COVID-19 y las limitaciones de movilidad. De hecho, es una tendencia que se ha podido observar en diferentes contextos, un ejemplo es el de Argentina, donde se ha vuelto a apostar por localizar las políticas turísticas como argumenta Érica Schenkel en anteriores artículos.

Aun así, el hecho que esta sea la orientación del Consorcio de Turismo no quiere decir que toda la comarca esté únicamente centrada en este mercado, puesto que hay organismos con otras competencias alineados a objetivos diferentes. Respeto a este posicionamiento, Laura Garcia explica que “el Consorcio trabaja mucho con esta línea, las estrategias que sigue tienen el objetivo de dirigirse a este público de proximidad” insiste diciendo que “nosotros creemos que tenemos este reto, de que el territorio conozca mejor su oferta”.

En el actual contexto creemos que es vital articular una propuesta para satisfacer esta demanda de proximidad y dirigida a amplias mayorías. En esta línea, Sònia Planas ponía de manifiesto la acogida que tienen todas las actividades que promueven, “con solo montar una pequeña cosa ya tenemos gente apuntada, la gente viene con muchas ganas y se ve mucho esta necesidad” añade también que “este periodo ha ayudado a que la gente se reafirme en que la cultura es necesaria”. Por otro lado, María Rosa reflexionaba sobre este creciente interés sobre los turismos de proximidad y nos comentaba que tanto las restricciones de movilidad como la “Ruta del Tram” han ayudado a que mucha gente de Barcelona conozca el Baix Llobregat y todo lo que el territorio puede ofrecer, cuando quizás antes “si salían de la ciudad era para ir más lejos”.

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto “Laboratorio de turismos de proximidad”, impulsado por Alba Sud con el apoyo de Barcelona Activa – Impulsem el que fas (2020), financiado con el Impuesto Turístico.