18-06-2019
¿Cómo ha afectado al turismo en Nicaragua la crisis socio-política del último año?
Charlotte BrontéDada la profundidad de la crisis la crisis socio-política y de derechos que sacude a Nicaragua desde abril de 2018, solicitamos a una profesional nicaragüense que nos contara cómo se había visto afectado el turismo y que tratara de aportarnos una perspectiva histórica.
Crédito Fotografía: San Juan del Sur. Imagen de Alba Sud.
La inestabilidad que Nicaragua viene experimentando a raíz de la explosión social iniciada en abril del 2018, y los resultados de la brutal represión de Ortega-Murillo en contra del pueblo han sido ampliamente expuestos y documentados por reconocidos organismos internacionales, ha pasado cuentas al sector turismo. Así lo demuestra el Informe del Impacto de la Crisis del 2018 en la Industria Turística, que fue presentado por la Cámara Nacional de Turismo de Nicaragua (CANATUR) en febrero del 2019. Sus resultados no son nada halagüeños, por el contrario, es una pintura que detalla trazo a trazo el claro oscuro de este agónico proceso que vive nuestro sector.
Nicaragua es una heroína inmortal y personalmente creo, sin temor a equívocos, que Julio Cortázar atrapó nuestra esencia con el título de su libro “Nicaragua, tan violentamente dulce”, en el que plasmó aquella dura realidad de una Nicaragua débil y en harapos, que salía de una guerra fratricida, pero que tambaleante tomaba aliento para levantarse. Cortázar, admirado del temple de este pueblo escribió desde París al poeta aragonés, y amigo personal, Francisco Uriz lo siguiente: “…por eso haré todo lo que pueda por Nicaragua, ahora que he visto personalmente el coraje con que ese pequeño pueblo lucha por salir de las ruinas”.
No se equivocaba Cortázar, hemos soportado terremotos, tsunamis, huracanes, crisis económicas y dictaduras sin perder la esperanza y la fuerza para reinventarnos. Personalmente he vivido durante cinco décadas esta evolución y tres de ellas he trabajado en el sector turístico, lo que me ha permitido ser testigo en primera persona del avance y lucha, sobre todo, de los pequeños empresarios en los territorios rurales y en las pequeñas ciudades que han vislumbrado al turismo como la oportunidad de desarrollarse.
Impulsos turísticos iniciales
En los años ochenta, bajo la dirección de Herty Lewites, capitalizamos muy bien el interés que la joven revolución nicaragüense despertaba en el mundo. Eran muchos los grupos de solidaridad que llegaban para conocer el país y participar en las actividades políticas, podríamos decir que trabajábamos el producto socio político. Aunque no llegábamos a las cantidades de visitantes con que cerramos el 2017, sin embargo, comenzamos a pensar en el turismo como una opción económica fuera de rubros tradicionales como la ganadería y la agricultura. La nueva década trajo consigo un cambio radical, y con ello nuevas políticas económicas que obligaron al Estado nicaragüense a reducir su plantilla, indemnizando a gran parte de su personal quienes en su mayoría apostaron con emprendimientos gastronómicos, pequeños comedores o fritangas, como las conocemos tradicionalmente, así como casas de huéspedes.
Los organismos internacionales no se hicieron esperar y llegaron con sus asesorías y apoyos para la microempresa. Gracias a la voluntad y ayuda del mundo todos empezamos a evolucionar, pero siempre sufríamos el estigma de la guerra que nos ponía en desventaja con nuestros hermanos centroamericanos.
Algunos transportistas invirtieron en flotas y se especializaron en turismo, surgieron nuevos operadores, pequeños hoteles, el agro tuvo su cambio también, las antiguas haciendas cafetaleras se enfocaron al turismo, convirtiéndose en una alternativa para los amantes de la naturaleza, las comunidades campesinas se asociaron para echar a andar un modelo de turismo rural y comunitario. Todos, como parte de un proceso de construcción de la imagen país, participábamos de alguna manera de su promoción. Pero no todo eran vino y rosas, ya que la concepción de desarrollo económico, en términos generales, que imperaba en los 90 por parte del gobierno era la de atraer gran capital para la inversión. Bajo esa filosofía, los pequeños empresarios de la Asociación de Restaurantes de Nicaragua (ASDRENIC) no se sintieron representados en CANATUR, y salieron a organizar su propia cámara a la que denominaron Cámara Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Industria Turística (CANTUR) y a iniciar su lucha para probar que las PYME eran esenciales para el desarrollo turístico del país. Posteriormente, por desavenencias internas, Donald Porras, primer presidente de CANTUR, organizó la Cámara Nicaragüense de la Mediana Empresa Turística (CANIMET).
Managua. Imagen de Alba Sud.
Por el año 2002, el entonces presidente de CANTUR, Juan Iván Bugna, en conjunto con su Junta Directiva Nacional, no sin antes vencer los muchos obstáculos puestos por el Instituto de Turismo (INTUR), pudieron presentar al presidente de la república Enrique Bolaños todo un estudio sobre la importancia de la PYME en el desarrollo turístico y la necesidad de incluirlos dentro del Plan Nacional de Competitividad. CANTUR también presentó a Bolaños 12 propuestas de rutas turísticas construidas por los pequeños empresarios en cada uno de sus territorios, y que finalmente fueron incorporadas a la Política del Desarrollo del Turismo de Nicaragua en septiembre del 2002.
Otro tema fue Ley de Incentivos para la Industria Turística de la República de Nicaragua, conocida como laLey 306, aprobada en 1999, y que ofrecía generosos incentivos para la inversión. Sin embargo, y aun con la reforma que tuvo en el 2005, establecía montos de inversión mínimos para poder beneficiarse de ella, y por simple despeje matemático excluye a las pequeñas inversiones turísticas. La ley exonera a sus beneficiarios del pago de entre el 80 al 100% del Impuesto sobre la Renta (IR) por el término de diez años, el 100% del Impuesto de Bien Inmueble (IBI) que son recaudados por los municipios y son el principal ingreso corriente con el que cuentan, el Impuesto de Valor Agregado (IVA) y el Impuesto de Importación; estos beneficios son renovables si los beneficiarios reinvierten el 35% sobre el valor de su inversión inicial.
Por si fuera poco, con CANATUR a la cabeza, se empujó la iniciativa de los Bonos de Inversión Turística para beneficiar más a la gran inversión. Afortunadamente no se concretó, gracias a la oportuna protesta de CANTUR y CANIMET, que argumentaron que la carga tributaria del sector solo descansaría sobre los pequeños empresarios. También, y en virtud de la Ley 306, los cruceros están exonerados de cualquier pago de tasas e impuestos nacionales y municipales, por lo que las municipalidades de Corinto y de San Juan del Sur están obligadas a brindar todos los apoyos logísticos necesarios para la atención de los navíos y los pasajeros, pero no perciben ningún beneficio económico producto de esta actividad.
En el municipio de San Juan del Sur, debido a la sobre explotación pesquera esta actividad económica colapsó, así como el cabotaje. La alcaldía municipal, para dar respuesta a las demandas de la población, les otorgó derechos de uso de la costa, lo que dio pie a negocios familiares de gastronomía. Muchos de estos establecimientos se perdieron con el paso del tsunami de 1992, por lo que el gobierno echo a andar un plan de préstamos para la reconstrucción de sus iniciativas. Sin embargo, con la entrada de cada nuevo gobierno municipal, nacional o cambio de ministro, las amenazas de ser expulsados de la costa resurgían, en una historia de nunca acabar. El Gobierno Municipal de San Juan del Sur, en consenso de otros actores, decidieron diseñar un Plan Estratégico para el Desarrollo Turístico del Municipio de San Juan del Sur, del que todos participaron en la consulta. No obstante, el Plan exponía que la única salida para San Juan del Sur era la venta de sus tierras para la apertura de grandes resorts. Por supuesto, los empresarios locales se opusieron y abogaron por un plan de desarrollo territorial inclusivo y respetuoso de su entorno, pero, a decir verdad, la venta de tierra y los abusos en las zonas costeras para construir no se han frenado.
Muy a pesar de nuestras diferencias comprendimos que teníamos un vínculo común: Nicaragua y con mucho esfuerzo e inversión logramos convertirnos en un destino complementario para otros destinos regionales, y pacientemente fuimos labrándonos un lugar, dejando atrás la imagen de la guerra, y llegamos a formar parte de los catálogos de los mayoristas internacionales, a la vez que la inversión de capital extranjero y de los grandes empresarios nicaragüenses empezó a asentarse en el país.
El turismo bajo el gobierno Ortega-Murillo
Muchos creímos que la llegada al poder del Gobierno sandinista en el 2007 traería aparejado un cambio positivo al tipo de desarrollo que se venía forjando, pero no fue así, el poder económico de Nicaragua, representando por el COSEP se hizo de la vista gorda ante los abusos en tanto hubiera condiciones para hacer negocios. Esto lo dejó bien claro la misma embajadora de Estados Unidos en Nicaragua, Laura Dogu, en su discurso de despedida cuando dijo: “… las élites han establecido reglas que ignoran los intereses del resto de la población”.
Estas alianzas, de naturaleza explícita e implícita entre el gobierno y el sector privado, fueron degradando los espacios logrados por las PYME y otros sectores de la población. CANTUR pasó de ser una organización de amplia representatividad a una asociación pro-gobierno que fue excluyendo de su Junta Directiva a los miembros más críticos, sustituyéndolos por aquellos que, además de tener una clara postura a favor del gobierno, tenían el descaro de obviar su responsabilidad de ser los portavoces de las demandas de sus representados si estas implicaban conflicto con el poder. Mientras que CANATUR, como parte del COSEP, fue pieza clave de este para presionar al gobierno a cumplir con los acuerdos pactados.
San Juan del Sur. Imagen de Alba Sud.
San Juan del Sur, por ser el destino de sol y playa por excelencia, se convirtió en un punto clave para la inversión del gran capital nacional y extranjero, al punto que hasta el Ejército y la Policía Nacional tienen hoteles en la zona. En un contexto de fuerte crecimiento turístico, la comunidad se vio expulsada, coaccionada y maltratada para dar lugar al desarrollo de inversiones de grandes desarrollos. En nombre del medio ambiente y la preservación de los recursos naturales, la Alcaldía Municipal ha justificado concesiones, la privatización de playas y otras propiedades en favor del gran capital. Se ha alegado también la incapacidad de las comunidades, calificadas como depredadoras, para justificar este accionar a favor de grandes inversiones.
Esto me lleva al caso acontecido en febrero de 2017 con el Colectivo de Mujeres Rancho Las Tortugas, que tenían, con el correspondiente permiso de la municipalidad, un pequeño negocio en Playa Escameca con el que se ganaban la vida vendiendo ceviches y comidas a los turistas nacionales que disfrutaban de esta playa. De acuerdo con la Ley de Costas, las áreas del litoral son propiedad del pueblo de Nicaragua y son administradas por la municipalidad. Un buen día llegó la orden desde la capital y la alcaldía se vio obligada a anular el permiso emitido, a causa de la contundencia y procedencia del mandato. Las mujeres fueron expulsadas porque su presencia obstaculizaba a la gran inversión, que es la que verdaderamente traería el desarrollo turístico al país, según valoraban las autoridades. Mientras que las mujeres fueron reubicadas en Costa Dulce, la Sociedad Escameca, que fue quien se posesionó de la franja costera, cerró el paso a la playa convirtiéndola en una playa privada. De este modo, para poder ganarse la vida, estas mujeres deben pasar por un paso de servidumbre que les brindan los dueños de propiedades en Costa Dulce.Todo aquello dejó un mal sabor a los sanjuaneños que veían vulnerado una vez más su derecho de hacer uso de sus playas.
Los abusos no acabaron allí, para el 2014, y con el ánimo de llevar a cabo un proceso de ordenamiento territorial que diera lugar a la captación de capital con capacidad de gran inversión, con el fin de atraer a un tipo de turismo de alto nivel adquisitivo, el gobierno central, con el apoyo del COSEP, comenzó a desalojar a pobladores que tenían modestos bares, comiderías y hospedajes para mochileros sobre la costa de las playas de Escameca, Marsella y Maderas. Esta vez el pueblo salió a manifestarse a las calles para protestar ante tal arbitrariedad y gracias a esto no se había ejecutado esta orden. Sin embargo, recientemente, el 17 de junio del 2019 un grupo de hombres encapuchados con armas de guerra, allanó los pequeños negocios ubicados en Playa Maderas.
Otra muestra de este modelo de desarrollo turístico de exclusión, que promovió en el pasado y ha continuado promoviendo el actual gobierno, esla privatización de las playas. Así, actualmente los pobladores de San Juan del Sur no tienen libre acceso a las playas de: Costa Blanca, Toro Mixcal, Nacascolo, Playa Hermosa, propiedad de destacados personajes. La justificación para este actuar es que la presencia del poblador común obstruye y molesta la tranquilidad y operación de los negocios que venden exclusividad para sus clientes, violando nuevamente la Ley de Costas que claramente enuncia que todos los nicaragüenses tenemos derecho al disfrute de nuestros litorales.
Pero ni las alcaldías se libran del abuso y maltrato del gran capital, quienes cada vez que toca pagar su Impuesto de Bien Inmueble (IBI) hacen todo un drama, así como los propietarios de las grandes mansiones de playa, y apelan ante las máximas autoridades locales para que les hagan una rebaja de las tasas a pagar. Recuerdo bien es el caso del propietario de un reconocido resort ecológico, cuya empresa destaca por ser modelo de Responsabilidad Social Empresarial, cuando fue a pagar su IBI, no conforme con el monto calculado, se mostró molesto y en un momento de irreflexión soltó que su pago del IBI lo había adelantado a la administración municipal anterior con su aporte para la construcción de un puente. Cuando se le hizo ver que esto era improcedente y podría verse como un acto de corrupción su enfado fue mayor.
Tola. Imagen de Alba Sud.
Tristemente, en Nicaragua no hay forma de hacer prevalecer las leyes, ni las laborales, condición que ha hecho florecer a las empresas de subcontratación (outsourcing) de las que se valen muchas compañías para triangular la contratación de sus trabajadores y no asumir ninguna obligación legal, ya que estas, por lo visto, no están reguladas por la ley del trabajo vigente. La realidad es que los colaboradores de manera directa o terciarizados, como regla implícita no tienen derecho a organizarse para demandar sus derechos.
Aunque el gobierno Ortega-Murillo ha maquillado su Programa Nacional de Desarrollo Turístico con los afeites de la inclusividad al convocar en las mesas de trabajo a los pequeños empresarios, en su mayoría pro-gobierno, para vender la idea de la construcción de un modelo de desarrollo participativo, la realidad es que éste ha excluido a quienes con sus opiniones y denuncias pusieran en peligro esa frágil armonía que existía en el sector. Por este motivo, prácticamente todo el mundo se resignó a callarse mientras el número de visitantes se incrementara y las ventas permitieran a los pequeños empresarios salir a flote, aun cuando la insatisfacción y el resentimiento ante tanta injusticia fuera in crescendo; y con este panorama nos sorprendió el 18 de abril del 2018.
¿Qué hemos hecho desde el 18 de abril del 2018?
Para los involucrados en el sector, está claro que nuestra actividad es clave para el desarrollo del país y llevamos a cabo nuestro accionar en el marco de la justicia, la inclusividad y responsabilidad. Por ello el gremio turístico, a través de la CANATUR, ha dejado en claro que no trabajará con el gobierno de Nicaragua, mientras este reprima y no respete los derechos humanos del pueblo nicaragüense.
Al principio pensamos que esta crisis era momentánea, por lo que muchos operadores de turismo y hoteleros manejaron el tema con sus compradores internacionales, informándoles sobre los acontecimientos y tranquilizarlos. Ante la inexistencia de un mensaje consensuado del sector de cara a los mercados, muchos pequeños empresarios, asociaciones, profesionales, técnicos, trabajadores miembros y no miembros de CANATUR, conformaron una plataforma de trabajo para desarrollar una estrategia de gestión durante y posterior a la crisis que estuviera encauzada a sensibilizar e informar realísticamente a los mercados emisores sobre las bondades y seguridad del destino. Sin embargo, el gobierno revisa y fiscaliza permanentemente las redes sociales, lo cual generó un legítimo temor entre los empresarios de ser encarcelados, torturados, vejados, abusados sexualmente, asesinados o desaparecer sin dejar rastro, frenando así cualquier acto de manifestación de protesta masiva o accionar a nivel digital.
Algunos operadores, han apostado por dar continuidad a sus participaciones en las ferias europeas de turismo y han asistido a las cumbres del 2019. Por ejemplo, en la FITUR 2019 en España, el stand del INTUR contó con dos operadores, es decir, la participación de los comercializadores turísticos de Nicaragua mermó en un 84% en relación a la que tuvo el stand del gobierno en 2018. No obstante, los comercializadores turísticos miembros de la Asociación de Operadores Receptivos de Nicaragua (ANTUR), con el apoyo de CANATUR, marcaron presencia gestionando un espacio en el marco de la FITUR 2019 para presentar a Nicaragua, sin obviar la crisis política, como potencial destino Mindfulness, que es un tipo de producto y oferta orientado a agudizar los sentidos y tomar conciencia del momento vivido en entornos propicios.
En Guatemala, en el marco de la feria Centroamerica Travel Market (CATM 2019), especializada en el mercado europeo y la oferta multidestino, unos cuantos operadores, con el afán de persistir con sus vínculos regionales y europeos para que Nicaragua sea parte de los circuitos multidestino, invirtieron en la compra del stand y sus gastos de estancia en Guatemala. En ese espacio, CANATUR invitó a 12 mayoristas a visitar Nicaragua por tres días.
Granada. Imagen de Alba Sud.
Los nicaragüenses, aunque estemos con el agua al cuello siempre nadamos sujetándonos con toda nuestra fuerza y alma a lo que se pueda para salir adelante. Precisamente, esta determinación que nos caracteriza es la que nos da la certeza que resurgiremos como destino.
Todo empresario o colaborador del sector turístico afirma que las ventas han mermado dramáticamente debido a la falta de visitantes y que la situación lejos de mejorar va de mal en peor. Por ejemplo, Granada, el destino turístico por excelencia de Nicaragua, la ocupación hotelera a duras penas y si llega a 10%, por ende, las pequeñas cooperativas de turismo acuático dedicadas a hacer recorridos por las isletas del lago han retomado la pesca artesanal como medio de subsistencia. Otro tanto sucede en San Juan del Sur, uno de los destinos de playa más importantes, donde los hoteles y restaurantes que aún persisten venden a precio de saldo a fin de no cerrar.
Una de las grandes tragedias provocada por la crisis es el desempleo, que a finales del 2018 reportaba el despido de 74 mil personas, causando la salida del país de personal altamente calificado y tecnificado, que fueron en búsqueda de oportunidades de subsistencia y seguridad para sus vidas. Muchos empresarios vendieron sus casas y bienes para obtener el capital de trabajo para operar, también, y para poder retener a sus colaboradores, han negociado los temas salariales para poder sostener la planilla. Conozco el caso de una colega que, como parte del acuerdo, le otorgó a una de sus técnicas participación en la sociedad mercantil para retenerla.
Otro de los espectros han sido las alertas de viajes. Estados Unidos, que según algunos de los operadores representa el 55% de los turistas que atienden, fue el primero en advertir la peligrosidad de visitar Nicaragua por esta crisis, así lo hicieron también otros países de Europa y Oceanía.
Por su parte, el Centro Empresarial Pellas ha promovido viajes de familiarización con mayoristas centroamericanas de cara a estimular el mercado regional. Sin embargo, algunos operadores que han contactado a sus pares centroamericanos también con este fin en el mejor caso han recibido evasivas como respuesta, otros ni siquiera eso. Mi lectura es que la región está a la expectativa del desenlace de la crisis para dar paso a una acción concreta.
La percepción generalizada de los tour operadores nicaragüenses es que será sumamente difícil recuperar a los mayoristas con quienes tenían establecidas alianzas, y, en muchos casos, sus ofertas no serán parte de los catálogos de viajes del 2020, pues nadie quiere poner en riesgo a sus clientes. En el caso de las ofertas multidestino que impulsa la región, según algunos operadores receptivos de Nicaragua, los mayoristas han preferido para la temporada 2019-2020 hacer un puente aéreo para obviar Nicaragua como parte de sus circuitos, destacando otros destinos dentro de la región.
Muchas líneas aéreas han cancelado muchas de sus frecuencias de vuelo intrarregionales hacia Nicaragua, así como desde Estados Unidos, también se ha desvanecido el anhelado vuelo directo en la ruta Madrid-Managua operado por Iberia, con lo cual la captación de turistas y triangulación de turismo a través de los países de la región se hace más compleja.
¿Hacia dónde vamos como sector?
El prometedor futuro que Nicaragua vislumbraba a partir del ejercicio de la actividad turística se ha desplomado como un castillo de naipes. Nunca nadie estuvo preparado para algo así. Las pequeñas empresas afirman que su actividad ha decrecido en un 80% y a cómo pueden vienen honrando sus deudas bancarias. La presión gubernamental se ha recrudecido aplicándoseles un mayor nivel de fiscalización tributaria y pagos de aranceles al INTUR, sobre todo para aquellas empresas que son miembros de CANATUR o que de alguna manera han apoyado o manifestado su compromiso con los derechos elementales de los nicaragüenses.
La buena noticia es que al abordar a algunos de los mayoristas que visitaron Nicaragua por invitación de CANATUR, en el marco de la feria CATM 2019, nos expresaron que han quedado deslumbrados con lo poco que pudieron ver del país y concuerdan que lo mejor de todo es el espíritu del nicaragüense. Otro punto a favor, según ellos, es que esta crisis no ha puesto la imagen que se tiene de Nicaragua en sus mercados al nivel de los países del triángulo norte centroamericano, por lo que la recuperación de la marca Nicaragua, una vez superado este trance, no sería tan ardua, por ello promoverán Nicaragua como parte de sus circuitos multidestino para la temporada 2021. Otro punto positivo es que algunos mochileros y surfistas se están dejando ver nuevamente en San Juan del Sur.
Los pasos por seguir están claros, por esto CANATUR ya tiene articulada toda una campaña de reposicionamiento del destino que echaría a andar el sector privado una vez que la situación del país se normalice. Otro punto clave es la puesta en marcha de un programa de rehabilitación, y que según cálculos de CANATUR rondaría los cuatrocientos sesenta millones de dólares, sin embargo, y en esto ha sido enfática la misma Cámara al declarar en nombre del sector turístico que: “Sin un cambio de políticas gubernamentales será difícil restaurar el clima de confianza y seguridad del que hacía gala Nicaragua hace un año”, y esta es la premisa fundamental para poder echar a andar cualquier acción que se tenga prevista.
Para concluir, quisiera traer a colación la reflexión de que en esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra. Nicaragua renace y esta nueva era trae consigo cambios necesarios y un giro trascendental en el enfoque turístico. Es esta nuestra oportunidad para construir un modelo de desarrollo turístico verdaderamente nuestro, en el que todos tengamos cabida y del que participemos activamente teniendo como común denominador nuestro amor por Nicaragua, y la garantía para alcanzarlo es nuestro espíritu de superación, esa fuerza inconquistable que es nuestra esencia vital. ¡Nicaragua una vez más será la dueña de su destino y capitana de su alma!
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