(entrevista disponible només en castellà)

Christine Mc Coy es Jefa del Departamento de Economía y Negocios de la Universidad del Caribe en Cancún, México. Alba Sud acaba de publicar su libro El espejismo de Cancún. Análisis del desempeño y evolución de un destino turístico, una versión revisada su tesis doctoral, leída el 1 de julio de 2015 en la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, México, para la obtención del título de Doctora en Desarrollo Económico Regional y Sectorial Estratégico, bajo el título , “Propuesta para recuperar la perspectiva de destino turístico sustentable con base en el análisis de su desempeño y evolución: Caso Cancún”. Hablamos con ella sobre las principales preocupaciones que inspiraron su estudio, así como los retos de la investigación turística en Cancún.

Se puede descargar el libro en pdf haciendo clic aquí.

¿Cómo nace el sueño de construir un polo de desarrollo turístico como Cancún? ¿Qué se pretendía hacer?

La idea nace a finales de la década de los sesenta con la intención de impulsar el desarrollo regional del sureste y como una opción para hacer frente turísticamente al Caribe, y de tal manera, mediante el turismo, incrementar el ingreso de divisas en el país. Se pretendía hacer un centro turístico que fuera un desarrollo de lujo que atrajera turistas de alto poder adquisitivo y que se caracterizara por su exclusividad. La intención inicial no fue generar un lugar de turismo masivo sino, al contrario, un lugar muy especial, estilo Montecarlo y otros destinos muy elitistas. Crear un lugar donde existiera un equilibrio con la naturaleza, donde fuera posible la interacción entre los visitantes y los habitantes de la ciudad.

Pero Cancún no ha acabado siendo lo que inicialmente estaba previsto. ¿Cómo caracterizarías este Cancún de hoy en día? ¿Cuáles son sus principales problemas, y en especial para su población?

El Cancún de hoy tiene una fuerte orientación hacia el turismo masivo, y existe poco vínculo entre el turista y la población local, más allá de quienes trabajan en los hoteles. Los problemas de Cancún son varios, pero entre los más graves está la disparidad de ingresos para los puestos de base como amas de llaves, stewards, meseros garroteros, entre otros, y el costo de la vida en un lugar tan caro. La inseguridad laboral está ampliamente extendida, dado que en hotelería se estiló no dar plantas sino contratos temporales, con lo cual los trabajadores y trabajadoras no generan antigüedad, afectando posteriormente a su jubilación. La existencia de más de cien fraccionamientos irregulares, con lo que esto implica en cuanto a la seguridad de la propiedad de las casas, las conexiones de agua, drenaje y demás servicios como luz. Problemas ambientales de diverso tipo que ha generado la sobre densificación de la Zona Hotelera. La lista es más larga pero creo que estos son los más relevantes.

¿De qué manera se fue transformando Cancún hasta lo que es hoy en día? ¿Quiénes fueron los responsables y a través de qué mecanismos se fueron produciendo todos estos cambios?

Los cambios más fuertes iniciaron a mediados de los ochentas con el impulso de la política neoliberal en el país, tras el huracán Gilberto y en un momento dónde la política turística a nivel nacional impulsó la expansión y crecimiento de los destinos turísticos. Fue entonces que se comienza a construir de un año a otro cerca de 1.000 cuartos. Ya en los noventas se comienza recibir otro tipo de turismo, como los spring breakers, distinto a la orientación original. Y para finales de esa década el ayuntamiento autoriza de manera irregular la construcción del Hotel RIU frente a Plaza Caracol y se da un fuerte impulso al modelo de negocio “todo incluido”. Lo último, la cereza del pastel, fueron los 32 cambios de uso de suelo, en la época de Carlos Canabal, un presidente municipal interino y luego Francisco Alor. La mayoría de esos cambios de usos de suelo sirvieron para construir grandes torres habitacionales en la Zona Hotelera, un perfil que no estaba contemplado en el plan original.

¿Cómo explicarías la evolución de las políticas turísticas que se han desarrollado a lo largo de la historia de Cancún?

Explicárlas es difícil porque no tienen, la transformación de Cancún ha sido más bien fruto de la avaricia de un grupo de poder, tanto de políticos como de empresarios, haciendo a un lado el bienestar de la comunidad a la que los políticos se deben.

¿Qué políticas abría que desarrollar para reorientar Cancún? ¿Aún estamos a tiempo?

Una política que se enfoque en que ya no se puede construir más en la zona hotelera, que busque un equilibrio sustentable del destino, lo cual de por sí ya es complicado. Con la exagerada sobredensificación que actualmente existe se complica aún más. Poner reglas a las cadenas internacionales de verdadera responsabilidad social y de corresponsabilidad con la gente que vive en Cancún, y que son sus empleados.

¿Cuál es el estado de la investigación sobre el desarrollo turístico en Cancún? ¿Qué fenómenos crees que conocemos relativamente bien y cuáles son las áreas que aún quedan por investigar?

Después de haberme metido a fondo en este tema creo que hay material, pero no está vinculado entre sí, no hay investigaciones de largo plazo, hace falta estudiar más la situación de los trabajadores, en especial en la hotelería y la industria de restaurantes, ya que en muchas ocasiones son explotados, una clase de explotación moderna como bien señalaste alguna ocasión. Se necesita analizar también el verdadero impacto social de la Inversión Extranjera Directa que llega, y no solo desde los empleos que genera, dado que en muchas ocasiones son precarios gracias a las “pagadoras” y el beneficiario no es el trabajador si no este tipo de empresas.

Recientemente fuiste nombrada Jefe del Departamento de Economía y Negocios de la Universidad del Caribe. ¿Cuáles son las prioridades en el campo de la investigación en turismo que deberían llevarse a cabo desde la universidad?

Entre mis prioridades está generar investigación que nos ayude a entender el verdadero impacto social y económico que el turismo ha generado, pero para la comunidad que lo vive, no para las empresas que lo manejan.