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En profundidad | Turismo Responsable

19-08-2021

Vacunas COVID-19, ¿tarjeta de recuperación del turismo en Costa Rica y República Dominicana?

Arturo Silva Lucas & Gisele Cedeño | Alba Sud

En países dependientes del turismo la pandemia ha sido un golpe muy duro. Ahora el proceso de vacunación es primordial, aunque los intereses por el bienestar general y los de grandes corporaciones turísticas no necesariamente coinciden. ¿Cómo se ha gestionado esto en República Dominicana y Costa Rica?


Crédito Fotografía: "Vacuna" de RUURMO, bajo licencia Creative Commons.

En los últimos meses el proceso de vacunación en Costa Rica y República Dominicana, dos países con un fuerte desarrollo turístico, ha tenido un notable avance. Mediante distintas estrategias, los gobiernos de cada país se han puesto como meta alcanzar el aproximadamente 80% de su población con al menos la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19. En este escenario la prioridad que recibe el sector turismo es clave para comprender cómo se busca volver a la “normalidad” en estos dos países. 

Plan de Vacunación de Costa Rica

El proceso de vacunación en Costa Rica contra la COVID-19 inició el 24 de diciembre del 2020, diez meses después de emitido el decreto de emergencia nacional en marzo del mismo año. Según datos de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) se han administrado 3.643.508 inyectables a la fecha de esta publicación. En detalle son 2.780.658 personas vacunadas con la primera dosis y 862.851 con la segunda, lo que equivale a un 53.86% y 16.71% de la población respectivamente. 

La aplicación de las vacunas se ha distribuido de manera bastante equitativa entre las siete regiones en que divide el territorio nacional el Ministerio de Salud (MINSA). Las dos regiones que reportan la mayor tasa de vacunación son el Pacífico Central y Chorotega con 72.8 por cada cien mil habitantes, mientras que la menor es la Huetar Atlántica con 66.7. 

El plan de vacunación toma en consideración la edad, así como 32 factores de riesgo asociados al virus. A partir de estas dos variables el MINSA dividió la población en cinco grupos según la prioridad de atención, incluidos extranjeros residentes en condición migratoria irregular. Por ejemplo, el primer grupo que recibió la vacuna en diciembre pasado fue la población en centros de larga estancia relacionados con el cuidado de adultos con alguna discapacidad, adultos mayores y personal de salud de primera respuesta. Hasta el grupo 5, que lo componen estudiantes de ciencias de la salud, técnicos afines y población de 12 a 57 años, que no presenten ningún factor de riesgo (CCSS, 2021). Para el grupo 5 se realizan convocatorias públicas a partir de subgrupos etarios. El 28 de julio inició el proceso de vacunación a personas mayores de veinte años.

Fuente: CCSS. 

La estrategia que el MINSA sigue, como ente rector, es la creación de alianzas con diversos actores sociales e institucionales para promover y aplicar la vacuna entre la población. A escala nacional se actúa con ministerios, universidades, colegios profesionales y medios de comunicación masivos, mientras que a escala local se hace con asociaciones de desarrollo y medios de comunicación locales. En abril pasado el MINSA hizo públicos los requisitos para la importación, uso y venta de la vacuna por parte del sector privado. 

La meta del gobierno es cubrir al 83% de la población de entre 12 y 100 años con al menos la primera dosis para finales del presente año. En declaraciones a la prensa, el Ministro de salud, Daniel Salas, dijo que este porcentaje es el necesario para alcanzar la inmunidad de rebaño. Para el ministro alcanzar la meta del 83% de la población vacunada con la primera dosis equivaldría a que no solo las medidas restrictivas a la movilidad y comercio se relajen, sino que según las estimaciones del MINSA disminuirían la ocupación hospitalaria a un máximo del 70%Alcanzar la inmunidad de rebaño es una de las metas que el gobierno busca para reactivar la economía postCOVID-19, en especial en el sector turismo.

Vacunas y reactivación del turismo

Durante su más reciente gira a la provincia de Guanacaste el pasado 25 de julio, el presidente de la República, Carlos Alvarado, aprovechó la oportunidad para señalar las principales líneas que se van a seguir para el sector turismo. La gira era parte del protocolo presidencial por la celebración 197 de la anexión del territorio guanacasteco al país, y también responde a la importancia que ostenta Guanacaste en el mapa turístico de Costa Rica. 

Alvarado fue claro en expresar que por lo que resta del año se van a seguir políticas orientadas a la estabilidad macroeconómica del país, en la que el turismo es un eje fundamental. Se apuesta por incentivar la llegada de turistas extranjeros, en detrimento de las medidas asistenciales, exoneración de pagos obligatorios al sector que se venían ejecutando desde marzo del 2020 y que fueron objeto de un artículo anterior.

La estrategia para el sector turístico parte de una agresiva campaña de promoción internacional junto a una política de atracción de capitales. Sobre la primera se ha colocado al país en las principales revistas especializadas, como Lonely Planet y National Geographic. Más recientemente el país recibió el sello de garantía como destino seguro para viajar en el contexto de COVID-19, otorgado por Consejo Mundial de Viajes y Turismo, y el premio “Mejor Destino Para Turismo Responsable” por WTM Responsible Tourism Awards Latin America.

La atracción de divisas turísticas descansa principalmente en dos iniciativas. La primera, aprobada en el poder legislativo, está dirigida a nómadas digitales o más precisamente a jóvenes con condiciones laborales flexibles que les permitan residir en el país con ingresos mínimos de 3000 dólares al mes. La segunda iniciativa es la Ley 9996 para la atracción de inversionistas, rentistas y pensionados, ya firmada por el presidente de la República. Para optar por esta última se debe demostrar un mínimo de 150.000 dólares para invertir en el país. Si bien las dos opciones están dirigidas a grupos etarios distintos, ambos disfrutarían de la exoneración de impuestos, visados por períodos más extensos, facilidades para la importación bienes, entre otras. En la práctica las dos iniciativas otorgan regímenes fiscales y migratorios preferenciales a personas extranjeras con ingresos altos sobre el resto de la población residente. 

Pero, ¿que tienen que ver las vacunas en este proceso? En sus declaraciones a la prensa durante la gira en Guanacaste el presidente afirmó que nada de lo mencionado será posible si no se llega a la inmunidad de rebaño. De manera textual afirmó: “Lo que se busca es llegar a inmunidad de rebaño para generar mayor apertura y aprovechar la temporada alta que inicia principalmente en noviembre después del Día de Acción de Gracias para el mercado de Estados Unidos.”

Fuente: Junta Protectora del Turismo de Puntarenas. 

Desde el 1 de agosto del presente año los requisitos de entrada de turistas son más flexibles. Por ejemplo, ya no será obligatorio una póliza de viaje que cubra gastos médicos por contagio a turista si son menores de edad o si cuentan con el esquema completo de vacunación. También a partir del 1 de septiembre los cruceros podrán volver a visitar los cinco puertos del país, el único requisito para las embarcaciones será garantizar esquemas completos de vacunación para el 100% de la tripulación y para al menos 95% de pasajeros en edad de vacunación.

Una de las últimas medidas tomadas para el mercado nacional es incentivar la vacunación en destinos tradicionales del turismo nacional. Tal y como se llevó a cabo el fin de semana del 30 de julio, en la cual se ofertaba la visita al puerto de Puntarenas en el pacifico central junto a la promoción de actividades turísticas. 

En Costa Rica si bien la intensa campaña de vacunación de los últimos meses obedece al interés de salud pública también parte de la urgencia por normalizar la actividad económica. El orden de prioridad que ha seguido el gobierno es apurar la vacunación, al mismo tiempo que se reconoce el interés por aumentar el ingreso de turistas extranjeros de manera paulatina pero constante hasta el final de año.    

Plan Nacional de Vacunación en República Dominicana

El 15 de febrero del 2021 el gobierno dominicano presentó públicamente el Plan Nacional de Vacunación con el objetivo de vacunar a 7.8 millones de dominicanos mayores de 18 años. Este proceso se realizaría en una serie de fases conformadas por diferentes subgrupos. En la primera fase se incluyó al personal de salud de primera línea de todas las edades, en la segunda fase los pobladores con edades de entre 50 y 59 años y en una tercera fase a toda la población entre las edades de 18 y 49 años.

Se pretendía tener vacunado el 80% de la población para finales de junio. Para lograr este objetivo se habilitaron centros de vacunación ubicados en lugares estratégicos de las distintas comunidades y se instalaron puestos móviles para llegar a los poblados de difícil acceso. Los ciudadanos podrían dar seguimiento al proceso, conocer dónde se encontraban los diferentes puestos de vacunación a través de la plataforma Vacunate RD . 

Inclusión del sector hotelero al plan de vacunación

Las personas que trabajaban en la industria hotelera tenían acceso a la vacuna si se ajustaban a las medias que requería cada fase, al igual que el resto de la población, por lo que la industria turística en sí no tenía prioridad. A pocos días del anuncio del Plan de Vacunación Nacional la Fundación de Apoyo al Desarrollo y Fomento del Turismo (FUNDATUR), sugirió al gobierno la inclusión del sector turístico dentro del pan de vacunación. Su argumento era que, al priorizar a los empleados de los hoteles, aeropuertos, restaurantes, transportistas, excursionistas y proveedores, mejoraría la confianza de los turistas a viajar al país, considerándolo un destino seguro. No fue hasta abril que el Ministro de Turismo, David Colladoanunció que iba empezar el proceso de vacunación del personal de primera línea del sector hotelero con el fin de proteger a la población y al turismo.

Es así que inicia la vacunación de unos cuarenta mil empleados de la industria de todos los destinos del país. Así, se Instalaron puntos de vacunación en hoteles, aeropuertos y puertos, poniendo a disposición del sector la cantidad necesaria de vacunas y el personal sanitario para su administración. A medida que avanzaba el proceso de vacunación los hoteles empezaron a anunciar la vacunación de su personal como garantía de seguridad para sus visitantes. Con todo esto se busca vender a República Dominicana como el destino más seguro del Caribe. Sin embargo, a mediados de mayo el país se vio envuelto en un tercer brote del virus.

Nuevas variantes, nuevas medidas

Los esfuerzos que ha venido haciendo el gobierno para recuperar el turismo en el país se han visto frustrados por el surgimiento de nuevas variantes del virus, ya que los principales países emisores vuelven a poner restricciones de vuelo. Reino Unido puso a República Dominicana en la lista roja de los destinos no seguros para viajar, Canadá suspendió vuelos al país y el resto del Caribe para evitar la llegada de las nuevas variantes y Estados Unidos aconsejó a sus ciudadanos no viajar a la isla debido a la COVID-19. En consecuencia, el gobierno se vio obligado a incursionar en nuevos mercados en países como Polonia, Bulgaria, Ucrania, Rumanía.

Por otro lado, con el fin de no obstaculizar el curso de recuperación del turismo, hasta el momento, todo el que quería entrar en el país podía hacerlo, sin la necesidad de una prueba PRC o vacuna. No fue hasta el pasado 26 de junio que se anunciaron restricciones a 18 países. Se les exigirá prueba PRC negativa o vacunación. No obstante, solo representan el 1.3% de todos los turistas que visitan la República Dominica y no incluye a EE.UU., Canadá, Haití, España, Alemania, Argentina o Rusia, que sí generan una mayor cuota de mercado, arriesgándose de este modo a que lleguen nuevas variantes del virus, con el fin último de mantener activo el sector turístico. 

Para combatir estas variantes, sin la necesidad del cierre total de las fronteras se aplicará una tercera dosis, distinta a la que se haya recibido. Los ciudadanos podrán aplicárselas de manera voluntaria, siguiendo las fases ya predeterminadas, primero el personal médico y luego por edad de mayor a menor. No queda claro si nueva vez se facilitara personal médico y vacunas al sector turístico para la aplicación de esta tercera dosis.

Por ahora hay un 62% de dominicanos con una dosis y un 39% con ambas. En la misma medida se inició un plan de vacunación permanente , consiste en mantener los centros de vacunación, extendidos en todo el territorio nacional, en funcionamiento inclusive en jornada nocturna. A la vez que avance plan se espera poder acercarse a la inmunidad de rebaño requerida para la reactivación de la economía en su totalidad.

La premura por recuperar el sector, además del peso específico que tiene en su economía, obedece a las necesidades del mismo modelo de negocio que se ha priorizado: ¨Los grandes complejos hoteleros¨ —plataforma central en torno a la cual gira el modelo turístico dominicano— funcionan como economías de escala, es decir, que requieren de una tasa de ocupación mínima para que resulte rentable en cuanto a personal empleado, costes de electricidad, mantenimiento de piscinas, áreas verdes, etc. Esto lo hace bastante dependiente de una constante entrada masiva de pasajeros que haga rentables el conjunto de bienes y servicios que incluye el todo” (Ulloa, 2020).

Con todo esto, a más de un año de empezar la crisis, el sector presenta mejorías, pero no se recupera del todo: solo se han podido reabrir 44.000 habitaciones de las 83.000 habitaciones disponibles a finales del 2019, y según el gobierno dominicano únicamente se han recuperado 100.000 empleos de los 350,000 afectados por la llegada de la COVID-19. Todo ello porque dependemos de factores externos, estamos condicionados a la evolución de la pandemia a nivel global, la flexibilización de las medidas restrictivas en los principales países emisores y la efectividad de la vacunación contra el coronavirus.

Realidades diferentes, misma finalidad 

Tanto en Costa Rica como República Dominicana, dos países con una fuerte dependencia de la actividad turística, se presentan realidades y circunstancias diferentes, pero en ambos casos hay también parecidos en la gestión de la pandemia. Un fin evidente es lograr alcanzar la inmunidad de rebaño para así afianzar la confianza de los mercados emisores de turistas, lo que garantiza la apertura de la economía, y por ende la del sector turístico. 

Ambos países se han embarcado en una carrera por volver a la normalidad turística mediante campañas de vacunación masivas. Esa normalidad que solo se ocupa de cuantificar el número de visitantes. La meta es volver a alcanzar el flujo de visitantes a los números anteriores a la pandemia. En Costa Rica hay un interés manifiesto por “rescatar” el turismo estadounidense, principal país emisor de turistas. Además, Costa Rica busca atraer a turistas residentes con políticas puntuales como ruta de normalización. Por su parte, en República Dominicana no se reconoce que algo vaya a cambiar en el principal modelo turístico del país: el de los grandes complejos hoteleros. La vuelta a esa anhelada normalidad trae consigo volver a depender de un modelo que también se evidencia como endeble, tal y como la COVID-19 demuestra. En muchos casos incapaz de dar garantías a gremios de trabajadores o a comunidades cuando se interrumpe el ingreso de turistas. 

 

Referencias:
Caja Costarricense de Seguro Social (2021). Manual de Procedimientos para la ejecución de vacunación contra COVID-19 en los establecimientos de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social. Gerencia Médica Dirección de Desarrollo de Servicios de Salud. 
Ulloa J. (2020). El Plan de Recuperación Responsable del Turismo: medidas a la medida ¿pero de quiénes? Fundación FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – República Dominicana. 
Este artículo se publica en el marco del proyecto «Turismo inclusivo, una demanda de justicia global», desarrollado por Alba Sud con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, convocatoria Justicia Global 2020.