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Artículo de Opinión | Turismo Responsable

09-09-2015

Recomendaciones para viajeros y comercializadoras del turismo rural comunitario

En el Catálogo Latinoamericano de Turismo Rural Comunitario se inculyen una serie de sugerencias para quienes estén interesados en este sector por parte de Ramiro Ragno, técnico del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca en Salta, Argentina.


Crédito Fotografía: Fotografía facilitada por Origins.

El turismo rural comunitario es un modo de gestión asociativa en manos de comunidades campesinas e indígenas que deciden conscientemente abrir sus territorios de vida y prestar servicios turísticos al turismo. Las ofertas son de las más variadas como lo son las costumbres de cada región de cada país de este gran continente americano. Así hay comunidades que ofrecen experiencias centradas en sus expresiones culturales, otras más orientadas al disfrute de la naturaleza, a la aventura, pero todas tienen un eje transversal: quien presta el servicio es la comunidad misma, a través de sus propios emprendedores, herederos de sus tierras y de sus culturas ancestrales.

De este modo, cuando un turista de muchos viajes o un ciudadano consciente del mundo elige sumarse al turismo rural comunitario pasa a ser un viajero de andar despacio, un aliado de la autodeterminación y del buen vivir de las comunidades, un consumidor responsable y solidario, un amigo de la Tierra y de la gente de la tierra, un eslabón que motoriza una cadena comercial más inclusiva. Tanto, detrás de un viaje.

Fotografía facilitada por Origins.

Pero para que el turismo rural comunitario sea un encuentro amigable de culturas y una verdadera herramienta de construcción, también debemos ser conscientes de sus potenciales impactos negativos. Por ello, nos tomamos el atrevimiento de expresar algunas recomendaciones, a quienes viajan a las comunidades y a las empresas privadas que comercializan esas propuestas comunitarias:

· Organizar y confirmar el viaje con anticipación permite a las comunidades organizarse mejor. Cada reserva previa es un acto de confirmación comercial entre el viajero y las comunidades pero, a su vez, es un acto de reconocimiento mutuo, un momento de alegría para cada actor de esta cadena de promoción.

· Informarse sobre la comunidad que va a visitar, conocer sus costumbres, sus servicios, como también sus necesidades para, de este modo, preveer una convivencia respetuosa durante el viaje. Viajar más informados reduce las sorpresas e imprevistos no deseados y, asegura una mejor experiencia vivencial tanto a viajeros y comuneros.

· Averiguar si la comunidad cuenta con su propio conjunto de consejos y recomendaciones, redactadas a modo de un código ético de conducta. En todo caso, se solicita leer con atención y aceptar respetuosamente cada recomendación que la comunidad establezca. El objetivo de ello es garantizar una experiencia favorable y respetuosa para todos.

· Algunas pautas generales que suelen recomendar la mayoría de comunidades son: respetar las indicaciones y la autoridad del guía de la comunidad; transitar solo por los senderos habilitados; no dejar huellas en los sitios arqueológicos ni en las ceremonias que se participe; consultar antes de fotografiar; usar vestimenta permitida; evitar el consumo de drogas durante la estadía; no llevarse piedras o plantas como recuerdos ni alimentar a los animales silvestres; respetar los silencios y los horarios de las comunidades; aceptar los precios establecidos; colocar los residuos en los cestos habilitados. ¡Gracias por hacerlo!

· A las agencias de viaje que deciden comercializar el turismo rural comunitario les pedimos: respetar las vías de contacto que cada comunidad decide evitando la comunicación individual con los emprendedores; respetar los precios y comisiones acordadas promoviendo el comercio justo y responsable; ser paciente ante los tiempos de las comunidades; garantizar que sus clientes viajen informados para evitar momentos incómodos previsibles; generar una relación de equidad comercial con las comunidades evitando cualquier intento de jerarquización; evitar cualquier impacto negativo del turismo en las comunidades; incentivar inversiones solidarias a favor del colectivo comunitario; promover una relación transparente y duradera entre las partes.

· Por su parte, las comunidades se comprometen a: ofrecer los servicios pactados y con la mayor calidad; responder con la mayor rapidez según las condiciones en sus territorios; conservar su cultura y su patrimonio como parte de su identidad más allá de su interés turístico; generar equidad en el seno de sus comunidades; mantener una relación trasparente con sus aliados comerciales; respetar el precio justo.

Detrás de muchas experiencias comunitarias que hoy podemos visualizar, hay actores invisibles que han puesto esfuerzos y recursos para mejorar las condiciones de tales comunidades, a ellos nuestro reconocimiento como facilitadores de procesos: gobiernos locales y federales o nacionales, políticas públicas favorables, organizaciones no gubernamentales, universidades, cooperantes internacionales, empresas privadas solidarias e incluso, ciudadanos independientes.

Impulsemos un turismo respetuoso, informado, consciente, planificado, amigable. Practiquemos la economía responsable generando oportunidades locales sin necesidad de consumir a través de grandes corporaciones. Viajemos sin contaminar. Vivamos muchos mundos en un mismo mundo posible.

Gracias por elegir al turismo rural comunitario, de seguro, cada experiencia no será igual. En cada encuentro, hay algo lindo que cambia en vos y en ellos, en todos nosotros.

 

Ramiro Ragno
Técnico Territorial
Secretaría de Agricultura Familiar
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación
Delegación Salta
República Argentina