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En profundidad | Turismo Responsable

15-02-2021

Dharavi: turismo en el mayor slum de Asia

Alejandra López | Alba Sud

Dharavi se presenta como un espacio de características únicas, donde reina la precariedad, pero también la iniciativa y el trabajo duro. Durante los últimos años, se ha visto expuesto a una creciente atención turística que sitúa el slum en el centro de una amplia controversia ética y que refleja una sociedad basada en la desigualdad.


Crédito Fotografía: Dharavi. Fuente: Ishan Koshla, bajo licencia de creative commons.

Durante los últimos meses, la pandemia del COVID-19 ha provocado, entre otros efectos, un parón del sector turístico a nivel internacional que ha afectado a grandes y pequeñas comunidades de afluencia turística, así como a miles de trabajadores y trabajadoras. No obstante, esta situación nos brinda la oportunidad de repensar la manera en la que hacemos turismo y de conocer cuáles son realmente los impactos de este sector en los territorios visitados, especialmente en circunstancias tan comprometidas como las que vivimos en la actualidad. Dharavi, en Bombay, ya se encontraba en un estado vulnerable mientras ha visto crecer el número de turistas durante los últimos años. Al mismo tiempo, esta actividad ha estado altamente vinculada a controversias éticas que cuestionan el uso de la pobreza como atractivo turístico, a menudo justificado por sus aportaciones económicas en el territorio.

En Bombay hay más millonarios que en todas las ciudades de la India juntas y el precio del alquiler es uno de los más altos del mundo (Schubert, 2009), pero esta ciudad presenta simultáneamente una realidad muy alejada a la del lujo y la abundancia. Si queremos conocer un Bombay completamente diferente, es preciso que nos desplacemos a los llamados “slums”, definidos por ONU-HABITAT (2003) como grupos de personas viviendo en la misma área urbana, en la que se da como mínimo una de las siguientes circunstancias: (1) acceso inadecuado a agua potable/segura, (2) acceso inadecuado a saneamiento u otras infraestructuras similares, (3) pobre calidad estructural de la vivienda y (4) masificación de gente y estado residencial inseguro. Sin embargo, es esencial tener en cuenta que cada slum es diferente y se ve ligado a diversosfactores geográficos y socioculturales que hacen muy complicado el consenso por una única definición.

En la ciudad de Bombay, una de las más pobladas del mundo, se pueden encontrar cerca de 2.000 slums, en los que viven aproximadamente 10 millones de personas y donde cada día nuevas familias empiezan nuevas vidas con la esperanza de encontrar oportunidades en la ciudad (Schuber, 2009). Más de 40% de las “viviendas” (generalmente construcciones hechas a partir de chapa ondulada, tela o tiendas de campaña) son más pequeñas de 10 m2 y tres cuartos de la población utilizan lavabos comunitarios (Dyson, 2012). Estos son sólo unos pocos aspectos a los que se enfrentan los habitantes de este tipo de asentamientos en la India y en muchos otros países del mundo, como en el caso de Kibera en Nairobi, o partes de Soweto en Johannesburgo.

Unidad de reciclaje en Dharavi. Fuente: erin, bajo licencia creative commons. 

Cuando se habla de slums, especialmente en la India, hay uno que destaca sobre el resto. Dharavi es a menudo considerado como “la ciudad dentro de la ciudad” o como “el corazón de Bombay”, no sólo por ser el mayor slum de todo el continente asiático, sino por una serie de características que lo hacen diferente al resto de espacios equiparables. Respecto a su población, durante una encuesta del 1986 se contaron 530.225 personas viviendo en 80.518 estructuras, aunque hoy en día esta supera los 700.000 habitantes (Iyer et al., 2009, citat a Dyson, 2012) e incluso se sugiere que ha llegado al millón de personas. A pesar de la existencia de diversos retos presentes en el día a día en Dharavi, como que una media de 5-6 personas compartan un habitáculo de una sola habitación, que el agua corra durante sólo 3 horas al día o la aparición de enfermedades vinculadas a la calidad del agua y otros recursos, este slum presenta un contexto económico especial. Aproximadamente un 80% de la población de Dharavi está empleada dentro del mismo slum y acumulan una facturación anual de unos 665 millones de dólares estadounidenses (Patel y Jockin, citados en Dyson, 2012), principalmente debido a la gran red industrial formada por pequeñas unidades manufactureras. Una de las más importantes es la industria de la piel, que es exportada en grandes cantidades para grandes marcas; otra es el reciclaje, llegando a tratar una media de 4 toneladas de plástico al día, aspecto que sugiere la importancia de mantener la gestión de los residuos y el cuidado del paisaje dentro de la ciudad de Bombay. Otras unidades se centran en la impresión de cera, la fabricación de bloques de aluminio y la cerámica (Mahawar, 2015).

Turismo en Dharavi

De las actividades económicas basadas en “el corazón de Bombay” no sólo se encuentran estas redes industriales, sino también el turismo. Esta actividad, reconocida bajo el concepto de “slum tourism”, consiste en la realización de tours guiados por asentamientos de las características o similares a Dharavi, aunque pueden variar significativamente entre regiones y proveedores de servicio. En este caso, la magnitud de este fenómeno ha alcanzado cifras sorprendentes, volviéndose un atractivo esencial para el turismo de la ciudad y superando a otros espacios de reconocimiento internacional, como el Taj Mahal. Parte de este crecimiento no ha sido posible sin el apoyo indirecto de ciertos medios de comunicación, especialmente películas como la galardonada “Slumdog Millionaire” (2008), los cuales también muestran un papel importante a la hora de representar su imagen y las expectativas del turista antes de su visita. No obstante, su popularidad no ha crecido sin provocar un dilema moral que contrapone la experiencia educativa y aquello que es considerado denigrante y voyeurista, controversia habitual en las discusiones sobre slum tourism a nivel global

Los inicios de esta actividad en Dharavi se remontan al año 2006, cuando el operador de tours Reality Tours and Travel (RTT) inició oficialmente su actividad. Esta compañía fue fundada por el británico Chris Way, inspirado por el fenómeno en las favelas de Brasil, y una local no residente de Dharavi, Krishna Pujari. Su motivación y misión son proporcionar experiencias con valor educacional que muestren la realidad del slum, intentando romper estereotipos y concepciones erróneas sobre el espacio, aportando una visión más optimista a la vez que se visitan las unidades industriales y se pone en contacto con una comunidad trabajadora y acogedora. Además, la mayoría de los beneficios creados son dirigidos a iniciativas para la mejora del barrio u organizaciones benéficas. Actualmente y desde 2009 operan su propia entidad sin ánimo de lucro: Reality Gives (RG) (Frenzel, 2017).

Calle de Dharavi. Fuente: Ting Chen, bajo licencia de creative commons.

A partir de 2011 han aparecido otros operadores de tours, generalmente formados por familias locales de Dharavi, que han aprovechado el crecimiento de popularidad en el slum, aunque se mantienen más pequeños y como alternativas a RTT. Entre estos se puede observar un servicio más personalizado hacia el cliente y una mayor variedad de narrativas, como en el caso de Be The Local, que presenta un discurso con intenciones más políticas hacia la situación de Dharavi, temática de la que el operador de tours pionero generalmente se ha abstenido (Frenzel, 2017).

Las perspectivas de los residentes de Dharavi sobre el turismo

Aparte del amplio debate existente sobre el slum tourism, cuando se tratan las perspectivas de los distintos participantes en la actividad, es evidente que la literatura científica ha estado dedicando una mayor atención a las opiniones de las personas visitantes, a la vez que se han tenido muy poco en cuenta los puntos de vista de los residentes locales. Los motivos suelen ser la barrera del idioma entre locales y el equipo de investigación, además de la dificultad general que supone un estudio de tales características (Freire-Medeiros, citada en Silkker y Koens, 2015).

En el caso de Dharavi, Silkker y Koens (2015), mediante un estudio que da voz a sus habitantes, dividen las percepciones de los locales en tres posiciones diferentes: aquellos que presentan una visión positiva, aquellos con una consideración negativa y los que se muestran neutros. A partir de las respuestas recibidas, se observó que la mayoría de personas pertenecían a la primera categoría, obteniendo incluso un cierto sentimiento de orgullo al ver que los turistas se interesaban por su comunidad. Los autores destacan que se ha hecho muy poca referencia a los aspectos económicos proporcionados por los tours, incluso conllevando que los mismos residentes reclamen una cierta ayuda al territorio donde operan, aspecto que sugiere que muchas personas desconocen o no sienten los beneficios de esta actividad sobre sus vidas.

Los residentes que mantienen perspectivas más neutras o negativas suelen hacer referencia a su preocupación sobre la seguridad de los turistas, sobre todo a la hora de visitar las fábricas y zonas industriales previamente mencionadas, que tratan a menudo materiales tóxicos o peligrosos. Algún daño ocasionado a un visitante, a pesar de que haya estado bajo su responsabilidad o que la persona local no haya estado involucrada en ello, podría comportar denuncias o intervenciones de la policía. Otras preocupaciones se centran en la posibilidad de que los turistas expandan una imagen de suciedad, pobreza e ilegalidad, que podría asociar el nombre de Dharavi con conceptos negativos u ofender a su población (Silkker y Koens, 2015). 

Afectación del COVID-19

Como sugieren sus mismas características, los slums son territorios especialmente frágiles ante epidemias como la del COVID-19. Un gran número de personas viven en espacios muy pequeños, dependiendo de lavabos comunitarios y en condiciones insuficientes de higiene, además de tener pocos recursos médicos y económicos. En zonas como Dharavi se podría decir que el distanciamiento social es un lujo que no todo el mundo se puede permitir. Respecto al número de casos infectados, durante los últimos meses se ha podido observar una diferencia importante entre los residentes de Bombay y aquellos que viven en los slums de la misma ciudad. De estos últimos se han encontrado anticuerpos en más de la mitad de la población, mientras que en el resto de la ciudad no llega a un 20%.

Hombre trabajando en un taller de Dharavi. Fuente: Meena Kadri, bajo licencia de creative commons. 

A pesar de la elevada incidencia del COVID-19 en estos slums, algunos medios destacan positivamente el caso de Dharavi por su alto nivel de actuación en relación a las medidas y procedimientos llevados a cabo, especialmente teniendo en cuenta la elevada dificultad que presentan estas comunidades tan masificadas. Desde el primer caso detectado en el slum en marzo de 2020, se han destinado esfuerzos por parte de las autoridades y personal sanitario privado con tal de reducir la expansión del virus y su impacto lo máximo posible.

Por otro lado, las cuarentenas y medidas impuestas han cerrado las unidades industriales que movían la economía local y han dejado a muchas personas sin trabajo. Algunas se han visto en la necesidad de volver a su lugar de origen o a endeudarse. Numerosas familias han podido acceder a comidas gracias a la participación de políticos adinerados, ONGs, empresarios y actores de Bollywood. Asimismo, esta implicación se puede vincular a la popularidad previamente mencionada que ha recibido Dharavi durante los últimos años y cómo este  foco de interés internacional se ha mantenido durante la pandemia, atrayendo así un volumen mayor de asistencia.

En relación al turismo, existe muy poca información respecto a la situación en la que se encuentran operadores, residentes y otros agentes. Las páginas web de los proveedores sugieren que aun se mantiene la oferta de tours, como es el caso de Be The Local, mientras que otros han limitado su actividad a algunos espacios, como Reality Tours & Travel, que mantiene los tours que realiza a Delhi pero no los de Bombay. Sin embargo, sería interesante profundizar sobre cómo ha afectado la paralización del turismo en un territorio en el que el sector ha estado creciendo exponencialmente durante los últimos años; de la misma manera que se podría analizar el grado de responsabilidad de prácticas de slum tourism  a la hora de introducir el virus en el territorio.

Reflexiones finales

Dharavi representa un territorio más en el que el sector turístico irrumpe de manera inesperada y justifica su presencia y su importancia con argumentos principalmente económicos, sin considerar con la profundidad necesaria cómo el desarrollo de una actividad de estas características puede afectar al entorno. Este factor es destacable en áreas como Dharavi, zonas más bien apartadas de la ciudad, donde reina la informalidad y donde la gestión sostenible del turismo es una tarea complicada, sobre todo teniendo en cuenta que hasta hace relativamente poco el gobierno de la India no se posicionaba de acuerdo con esta práctica.

La oferta de tours por este slum de Bombay aun es una actividad relativamente reciente y, a pesar de la generalmente positiva acogida por parte de los residentes, su crecimiento podría comportar el descontento de estas personas e, incluso, dar lugar a conflictos entre estos y el turismo. Hecho que no sería sorprendente si se observan otros casos de convivencia visitante-visitado y se suman las condiciones de seguridad, de trabajo y de privacidad a las que se ven sometidos los habitantes de muchos slums cuando reciben tours.

Aparte del debate tan importante vinculado al slum tourism, es interesante entender con más detalle la posición del residente, su papel respecto a la práctica turística, los impactos que esta comporta en su día a día y su implicación en la toma de decisiones. Para poder conseguirlo, es preciso que la misma población local de los slums gane conocimiento sobre este fenómeno y todas las (potenciales) repercusiones que se podrían ocasionar en su territorio.

Además, sería necesario poner en perspectiva este fenómeno y realmente cuestionar los impactos negativos y positivos dentro del territorio, así como los roles de los diferentes participantes. Aunque el slum tourism pueda ser defendido como un grupo de personas con la voluntad de aprender sobre otras culturas, también representa el reflejo de una sociedad basada en desigualdades económicas y de clase, y acentúa la necesidad de cambio hacia la protección de un territorio y una población que ya sin la aparición del turismo se encontraba en una posición de vulnerabilidad a muchos niveles.

Finalmente, concienciarnos del papel que puede llegar a tener el turismo en espacios como Dharavi, ya sea desde su carácter más beneficioso como desde su influencia más perjudicial. A partir de la pandemia del COVID-19, hemos visto cómo las condiciones ya precarias de muchas comunidades se han visto afectadas por la fragilidad de la industria turística, haciendo evidente la necesidad de los agentes locales implicados en el sector de gestionar situaciones similares a las actuales, además de trabaja para garantizar un futuro verdaderamente más inclusivo, sostenible y beneficioso para el territorio.

 

Referencias:
Dyson, P. (2012). Slum Tourism: Representing and Interpreting ‘Reality’ in Dharavi, Mumbai. Tourism Geographies, 14, 254-274.
Frenzel, F. (2017). Tourist agency as valorisation: Making Dharavi into a tourist attraction. Annals of Tourism Research, 66, 159-169.
Koens K. y Silkker N. (2015). ‘Breaking the Silence’ – Local perceptions of slum tourism in Dharavi. Tourism Review International, 19(1), 76-86.
Schubert, D. (2009). Der größte Slum Asiens: Dharavi (Mumbai) : von Fehlschlägen der "Sanierung" zum Modellprojekt?. En U. Altrock, Jahrbuch Stadterneuerung (pp. 99-114). Wiesbaden: Springer.
Este artículo se publica en el marco del proyecto «Plataforma de investigación en turismo, derechos humanos y equidad de género» desarrollado por Alba Sud con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) (convocatoria 2019).