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Entrevistas | Turismo Responsable | Costa Rica

08-09-2015

Finca Integral Doña Rosa: diversificación frente a la crisis

Grettel V. Navas | Alba Sud

La experiencia de una empresa familiar dedicada a la producción de café y al turismo en el cantón de Puriscal, en la provincia de San José en Costa Rica. La iniciativa es parte también de una alianza con otras iniciativas familiares que se está creando en el cantón.


Crédito Fotografía: Finca Doña Rosa.

De la mano del reciente libro publicado por Ernest Cañada, he querido comentar el caso de la Finca Integral Doña Rosa. Otro ejemplo de cómo las familias rurales, en la búsqueda de subsistir ante un sector agrícola en agonía, han encontrado en el turismo rural comunitario una ventana de oportunidad.

La Finca Integral Doña Rosa es una empresa familiar ubicada en el cantón de Puriscal, provincia de San José en Costa Rica. En ella trabajan Rodolfo Valverde, su esposa María Eugenia Fallas y colaboran sus cuatro hijos según su rama de estudio (con la creación del sitio web, la administración de algunos aspectos de la finca, cocinando cuando hay visitantes). También contrataron a Don Fernando, campesino de la zona, gran conocer del café y quien ahora se ha convertido en parte de la familia Valverde-Fallas. Don Fernando cuenta que muchos cafetaleros han venido y viven de las rentas o han pasado a insertarse a la fuerza laboral como asalariados (choferes, guardas de seguridad por ejemplo). Y que él está muy contento de haber conseguir un trabajo en donde pueda seguir cerca de la tierra.

Desde 1998 han ido conformando lo que hoy es la Finca Integral Doña Rosa, un espacio de cinco hectáreas en donde el visitante puede encontrar plantaciones de café, un lago para la pesca de tilapia, un trapiche, un jardín de plantas medicinales, bosque reforestado con más de 500 árboles de diferentes especies, instalaciones de hospedaje para alrededor 40 personas, espacio de recreación, de camping y un restaurante. Todo esto rodeado de una espectacular vista a las montañas puriscaleñas.

Rodolfo Valverde  y María Eugenia  Fallas.

La clave de los negocios para Rodolfo –a quien entrevisté para la presente nota– es ir poco a poco, ver en la crisis una oportunidad, amar lo que se hace y sobre todo estar siempre apasionado por cada acción realizada. Agrega que la razón de ser de la finca es también estar siempre al servicio de la comunidad, dar trabajo a personas de la zona y buscar otros emprendedurismos similares para establecer redes y encadenamientos productivos.

Don Rodolfo, ¿Cómo nace la idea de una Finca Integral?

Bueno, en 1998 un amigo me dio la oportunidad de adquirir esta finca. Me dio financiamiento a muy largo plazo con cuotas accesibles para mí en aquel entonces. Esta finca era de plantaciones de tabaco pero por el precio internacional ya no era rentable seguir con ese cultivo. Y yo,  desde 1985 había trabajado en café, por lo que dediqué la finca a lo que yo ya sabía y en lo que tenía experiencia. Entonces comenzamos a sembrar café.

Debido a la crisis del precio en el mercado internacional del café, tuvimos que diversificar. En Costa Rica el costo para producir una fanega [1] es de 150$. Entonces cuando el precio en el mercado internacional es menos que ese monto, los caficultores estamos perdiendo, fíjese que actualmente el precio está en 125$. En los últimos 20 años Costa Rica pasó de exportar tres millones y medio de fanegas a 2 millones (al 2015). El cantón de Puriscal que estaba sembrado en un 90% de café hoy sólo queda el 10%.

Pero aquí seguimos viviendo, buscando nuevos nichos. Así también, en el 2013, nos afectó la roya, un hongo que se adhiere a la hoja y que baja la productividad de la planta en un 50%, además de entorpecer la calidad del producto. Todo esto han sido trabas en el camino pero hemos visto otras oportunidades, no centrarnos únicamente en el café sino que también en el turismo rural comunitario.

Don Fernando mostrando los problemas de la roya en el café.

¿Cómo están entendiendo en esta finca el concepto de turismo  rural comunitario?

Para nosotros el turismo rural comunitario lo estamos entendiendo como una "una experiencia auténtica" es decir la vivencia de lo rural en el espacio rural y devolvernos a conocer cómo era todo antes. Que el turista, sea nacional o extranjero, venga a vivir la experiencia de vida de una familia campesina. Que pueda tostar su propio café, que haga sus tortillas, que muela la caña para que haga su propia agua dulce. Que las nuevas generaciones que no lo han podido vivir vengan y conozcan como hacían nuestros campesinos para sacar jugo de caña con un trapiche por ejemplo.

¿Cuál es el perfil del turista que lo visita, son nacionales, extranjeros?

Bueno, estamos empezando. No nos estamos dedicando 100% a esto. La visitación se da más que todo en enero y febrero cuando vienen norteamericanos, nosotros tenemos una alianza con unos colegios allá en Estados Unidos y ahora vienen cada año a Costa Rica. También  a lo largo del año vienen estudiantes de Universidades (Universidad Nacional, el Instituto Tecnológico, Universidad Latina y Universidad Fidélitas) y niños de escuelas. Otra fuente de ingreso es la finca como espacio de retiros espirituales y campamento de iglesias que vienen casi 40 personas a estar aquí un fin de semana, de hecho tenemos aquí en la finca una Capilla. Eso ha ayudado mucho a sostener la finca y además que a mí me gusta cultivar, recibir gente, compartir este espacio con los demás. Yo creo que este año  (de enero a agosto) hemos recibido ya más de mil visitantes entre nacionales y extranjeros.

Con esto que me cuenta ¿Sigue siendo el café la principal fuente de ingreso? ¿O ya el turismo ha ocupado un espacio relevante en el rubro económico?

Bueno, sí, yo creo que ya está pasando a ser muy importante. Nuestra carta de presentación sigue siendo el café pero yo creo que ahora esta finca se sostiene 50% por ganancias del café y 50 % de las ganancias del turismo. Y eso que ahorita estamos únicamente con amigos, estudiantes, no hemos lanzado una campaña muy fuerte de la Finca para atracción de turismo, ha sido muy poco a poco, de voz a voz y grupos de estudiantes como le comenté.

En relación al café estamos enfocándonos en producir un café de muy alta calidad, nosotros en esta misma finca no diferenciamos a otras fincas de café. En Costa Rica hay productores y beneficiadores por separado. Aquí nosotros tenemos nuestro propio tostador; aquí se coge, se seca, se tuesta, se muele y se empaca el café. Nos encargamos de toda la cadena productiva. Así también intentamos recuperar la manera de cómo se hacía el café antes, una práctica que ya está olvidada, estamos tostando el café en su propia miel. Tiene un sabor muy particular, el costo de producción es 50% más alto pero así también es su calidad y aroma.

Los otros cultivos que tenemos como naranja, chayote, caña, limones y otros 30 productos son para consumo familiar y de la finca, para la alimentación de los visitantes.

Estudiantes en el trapiche.

¿Hay otras iniciativas similares aquí en el cantón?

Sí, de hecho son muchas y estamos trabajando juntos. Con otros compañeros de la zona estamos conformando una Cámara de Turismo Rural de Puriscal. Yo soy el secretario de la Cámara y nuestra idea es enfocarnos en encadenamientos. Por ejemplo, tenemos acá cerca un señor que tiene cabras y vende leche de cabra y él a veces me manda grupos y aquí hicimos una crema de café con leche de cabra. Tenemos otro amigo que tiene un viñedo y así otros compañeros con diferentes actividades.

Nuestro objetivo con la Cámara de Turismo Rural de Puriscal es también abrir oportunidades para la gente de aquí de la comunidad, abrirle empleo a un sector de gente que no tiene capacidad económica para ir a estudiar a San José pero que aquí tampoco tiene nichos laborales.

¿Cómo valoraría usted el papel del Estado en relación a estos pequeños emprendedurismos?

Primero que en Costa Rica hay muchos trámites. No hay apadrinamiento en ningún ente, ni el gobierno local ni nada. El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) ha querido ayudarnos, pero siempre tiene muchas trabas, es muy difícil. Nosotros verdaderamente estamos en esto porque mi señora y yo trabajamos (tenemos nuestro salario por aparte) y eso nos ha ayudado a que el negocio prospere. La finca no es auto-sostenible (todavía).

¿Y los préstamos que tiene el país para pequeños productores?

Sí hay, yo sé que hay préstamos. Pero debe haber más y mejores mecanismos de divulgación y promoción de ésos préstamos. Que el pequeño productor los conozca y que también reciba la ayuda del Estado en el proceso de adquisición, que existan las condiciones en relación a la realidad de cada productor, para no quedar ahogado o endeudado en un futuro.

Nosotros por eso nos unimos. Con el proyecto de la Cámara de Turismo Rural de Puriscal no le estamos pidiendo al gobierno que nos regale nada, únicamente queremos facilidades para poder fortalecernos. Nosotros queremos que Puriscal sea visto como un destino turístico que ya no sólo nos vean por los "chicharrones" sino que aquí hay otras actividades.

Estudiantes de la Universidad Latina disfrutando de las instalaciones de la Finca.

¿Cuántas iniciativas conforman esta cámara?

Ahora somos 12 negocios, pero queremos ser más. Vimos en el turismo una oportunidad para poder seguir en el negocio, el café en esta finca no puede ser la única actividad, simplemente no da para seguir. El turismo nos ayuda a mantenernos vivos. Todos los que estamos somos puriscaleños y tenemos las fincas muy cerca.  

¿Cuáles son los planes a futuro, cómo visualiza usted esta finca en cinco años?

Nosotros queremos seguir con el café y con el turismo. Queremos seguir con el concepto de integralidad y sobre todo que sea sostenible. Aquí tenemos más de 35 productos que nos da la tierra, tenemos pescado, vacas para ordeñar, plantas medicinales, agua, tenemos todo. De aquí a cinco años quisiera que los visitantes, que todo lo que se consuma aquí, que sea producido aquí. Hoy el almuerzo de ustedes era el 50% de la finca en 5 años quisiera que sea el 100%.

También me gustaría ver la finca más reforestada, queremos ayudar a la naturaleza, ahora tenemos más de 500 árboles pero vamos a sembrar más y de diferentes especies. Cuidar nuestras fuentes de agua, como dice el logo de nuestro empaque ¡sin agua no hay café!

Muchas gracias Don Rodolfo, muchos éxitos y prosperidad para todos sus planes futuros en esta finca.

 

Notas:
Para mayor información sobre la Finca Doña Rosa puede accesar la página en Facebook, actualmente están trabajando en una página web, aún no disponible al público.
Todas las fotografías son de Grettel V. Navas.
[1] Medida que utilizan los productores de café en Costa Rica y que corresponde a 20 cajuelas y cada cajuela pesa 12.9 kilogramos.