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Dossier: Camareras de piso | Turismo Responsable

07-08-2014

Pepi Lora: “Donde se necesitan 20 camareras hay 14 ó 15”

Ernest Cañada | Alba Sud / Rel-UITA

Trabaja como camarera de piso desde hace 29 años. De origen sevillano, desde hace 12 años es delegada sindical de la UGT en un hotel de 4 estrellas en Playa de Palma de una de las principales cadenas hoteleras de Baleares.


Crédito Fotografía: Ernest Cañada

Pepi Lora es camarera de piso desde hace 29 años. Actualmente trabaja en Playa de Palma, Mallorca, en un hotel de 4 estrellas de una de las principales cadenas hoteleras de Baleares. De origen sevillano, desde hace 12 años es delegada sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT).

Tiene un contrato de fija discontinua, una figura muy extendida en Baleares que da a las trabajadoras cierta garantía de estabilidad y seguridad. Tanto es así, que cuando durante la pasada negociación del convenio colectivo de hostelería los empresarios demandaron eliminar este tipo de contrato ellas y todas sus compañeras se indignaron, “se nos pusieron los pelos de punta”, dice.

Pepi, tengo entendido que el hotel en el que trabajas es de los de más categoría en el contexto de Playa de Palma. ¿Cómo repercute esto en la carga de trabajo de las camareras de piso?

Nosotras llevamos 18 habitaciones. Tienen dos camas o una cama matrimonial y sin camas supletorias, porque hace poco hicieron una reforma en el hotel y no caben. Pero vamos por partes, nos han puesto cristales por todas partes, y eso hay que limpiarlo cada día. El baño, la mampara, la terraza, todo.

Hay muchísimo trabajo y te exigen que todo quede bien. Y la gobernanta va detrás y te hace regresar si algo no ha quedado suficientemente bien.

Pero aunque tengáis menos habitaciones que en otros hoteles imagino que los problemas de salud que otras camareras nos cuentan tampoco han desaparecido.

Todas tenemos problemas de espalda y de cervicales. También hay mucho estrés. Porque empiezas por la mañana y vas estresada todo el día, y ya se han tenido que llevar a varias al hospital con ataques de ansiedad.

¿Habéis sufrido situaciones de acoso o maltrato laboral?

Chillarte y decirte que esto hay que hacerlo porque sí, por huevos. Cosas así.

Y luego te vienen con las papeletas esas, unos cuestionarios que le dan a los clientes para que puntúen nuestro trabajo. Y con eso hacen un balance. Y cuando no sale bien te presionan y te acosan, y van detrás tuyo.

Yo tuve una  directora que me pegaba unos chillidos. Y yo le decía que no se lo consentía, que a mi no me chillaba ni mi madre, que en paz descanse. Y todo era porque tenía problemas con un producto. Nos pusieron un antical que me bajaba la tensión, y me quedaba como muerta. Iba al médico de empresa y me decía que era normal. Y claro, cuando me muera también será normal, le decía yo. No me ponían remedio. Y así era todos los días. Hasta me tuvieron que ingresar con un ataque de ansiedad. Pasé un año hasta arreglarlo.

¿Y cómo lograsteis reducir el número de habitaciones que tenéis que hacer por día?

Eso fue una lucha. Yo he dejado salidas sin hacer y no me ha importado lo que dijeran las demás. Yo le decía a la gobernanta: yo no estoy parada, voy trabajando, y donde llegue he llegado. Yo sé de otro hotel que lo hicieron y les rebajaron habitaciones. Pero no lo hacían todas, solo unas cuantas, una dejaba 4, otra 3, otra 2, y así fue que les rebajaron las habitaciones.

Lo que no pueden ser que porque ésta lo hace yo también. Porque por ahí es que nos pilla el empresario, que se aprovecha y hacemos el doble de trabajo. Yo conozco un hotel que hacen 28 habitaciones, y de 3 y 4 camas, y las camareras de 6 horas, que no tienen a nadie de 8 horas. Y todas eventuales. Entonces, donde se necesitan 20 camareras hay 14 ó 15. ¡Y no! Hay que ser más listas. Nosotras así lo hemos hecho. Aunque otras hacían todo el trabajo que les pedían nosotras no lo hacíamos. Y había algunas que no nos hablaban, pero nos daba igual. A mi me llegaron a trasladar del 5º piso al 1º, como castigo, por protestar.

Imagino que la situación de las eventuales es bastante difícil

En mi hotel les dicen que mañana viene y tienen que ir, estén un mes, dos  o tres meses sin librar. Ahora les dicen que vengan por la tarde, o luego les dicen que vengan por la mañana. Ahora haces este horario. Lo que el empresario quiera. Y no dicen nada por temor a que las echen. Y si les dices algo te contestan que nosotras podemos reclamar, porque llevamos muchos años.