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Dossier: Camareras de piso | Turismo Responsable

07-08-2014

Esther Ortega: “No trabajamos a un ritmo normal, siempre vamos a contrarreloj”

Ernest Cañada | Alba Sud / Rel-UITA

Nació en Jaén, Andalucía, pero se trasladó a Mallorca hace muchos años, atraída por el boom de la industria turística. Desde hace unos treinta años es camarera de piso y delegada sindical de CCOO en su hotel.


Crédito Fotografía: Ernest Cañada

Esther Ortega nació en Jaén, Andalucía, pero se trasladó a Mallorca hace muchos años, atraída por el boom de la industria turística. Desde hace unos treinta años es camarera de piso, pero antes hizo de todo: “trabajé en el campo, como comercial, como camarera de comedor, y finalmente como camarera de piso”. En los últimos ocho años ha sido delegada sindical por Comisiones Obreras en su hotel, de 4 estrellas, ubicado en Playa de Palma.

¿Esther, cuéntanos cuál es tu trabajo?

Mi trabajo consiste en limpiar estudios y apartamentos. Esto lleva más trabajo que las habitaciones porque incluyen cocina. Llevo un total de 18. Y no limpiamos las zonas nobles, vamos directamente a planta. Son 8 horas al día.

¿Cuántas sois trabajando como camareras de piso?

Trabajando a diario somos 19. La mayoría somos fijas discontinuas y el resto eventuales. Y en el hotel hay una trescientas y pico habitaciones. 

¿Y tenéis tiempo para hacer el trabajo en condiciones?

No. El ritmo de trabajo es muy intenso, exagerado. No trabajamos a un ritmo normal, siempre vamos a contrarreloj. Como si estuviéramos trabajando a destajo pero con el sueldo de camarera.

Además el volumen de trabajo se incrementa con las salidas. En estos últimos años el período de estancia del cliente se ha reducido, es muy corto ahora, y entonces las salidas son más frecuentes. Llevamos una media de 5 salidas diarias. Y eso incrementa el trabajo físico que tengo que hacer.

Hace poco tuve una conversación con la jefa del departamento y le decía que así no se podía, que algún día se quedará el trabajo sin hacer. 

Pero a la vez, os exigen que todo quede bien.

Ellos tienen mucha fijación en que saquemos una puntuación determinada en los cuestionarios que les pasan a los cliente. Pero el hotel no está en condiciones y tampoco nos dan el tiempo para dar un buen servicio.

Otra cosa que me imagino que os debe afectar es cómo ha cambiado el turismo que llega a Playa de Palma, donde se ha promovido un turismo para gente joven que busca fiesta y desmadre, el turismo de borracheras que dicen.

Los grupos de gente joven que vienen a beber son horrorosos, porque cuando entras a una habitación no puedes ni limpiar. De hecho no haces prácticamente nada, o no se ve, pero trabajas mucho más que en otras habitaciones. Nada más sacando basura ya tienes que hacer mucho más. Tienes que entrar con una bolsa grande, y la sacas llena.

Y luego está todo lleno de arena, yo creo que la playa de Palma se va a quedar sin arena de tanta que traen a la habitación. El volumen de trabajo es el doble que el de una habitación normal. Y luego que ahí te encuentras de todo.

¿Te ha perjudicado la salud este trabajo?

Yo estoy con tratamiento médico. Tomo opiáceos para poder aguantar. A mi la revisión médica me dio "apta con restricciones". Entonces me pusieron en una planta que supuestamente era más leve, pero el ritmo de trabajo es el mismo que el de mis compañeras.

El trabajo en las habitaciones es muy duro, pero además hay otras cosas que también afectan tu salud. Por ejemplo los cambios constantes de frío y calor. El cliente deja el aire acondicionado puesto para que su habitación esté fresquita. Y tu entras sudorosa y vas al frío, luego abres el balcón y vas al calor de nuevo. Pasamos del calor, al frío y al calor otra vez.

¿Y hay alguna reacción por parte de las trabajadoras, luchan por mejorar sus condiciones de trabajo?

Hay mucho miedo. Sobre todo entre las eventuales. Tragan con todo, porque no tienen seguridadde que las renueven, y con el paro que hay. Me parece brutal. Pero entre las fijas y fijas discontinuas también hay miedo, aunque están más protegidas. Entonces el trabajo sindical es darte cabezazos contra la pared. Es muy difícil.