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11-04-2024

600-Motor de libertad: itinerario narrativo por el barrio de la Marina (Barcelona)

Raül Valls | Alba Sud

Con motivo del 60.º aniversario del 600, coche emblemático de los años 60 en España, se han puesto en marcha una serie de actividades de memoria histórica sobre el nacimiento de la fábrica automovilística SEAT y del barrio de La Marina durante los años 50 en plena dictadura franquista.


Crédito Fotografía: Imagen de Fernando Maeso. Reproducción del SEAT 600

600 - Motor de libertades un itinerario narrativo que surge de la voluntad del Memorial democràtic dels treballadors i treballadores de la SEAT, en colaboración con el Pla de Barris. Son los autores Marta Vallejo y Francesc Prieto, con el apoyo técnico de la empresa Dilluns Monday SL. Archivos, Gestió Documental, Cultura. El objetivo principal de la ruta es difundir la memoria histórica del barrio de La Marina en el marco del proyecto de actividades vecinales “Motor de la Libertad”. La ruta narra la historia de la fábrica de coches, de sus trabajadores y trabajadoras y del barrio que se creó alrededor de ella. Los destinatarios son prioritariamente los vecinos y vecinas, pero con la voluntad de llegar al resto de la población de Barcelona.

El Memorial Democràtic dels treballadors i treballadores de la SEAT nació en 2004 con el objetivo de preservar, investigar, difundir y conmemorar la historia de las luchas obreras durante el franquismo e esta emblemática empresa de la automoción. El Memorial está principalmente dirigido a los y las trabajadoras más jóvenes, que ya no vivieron aquella agitada época. Una historia que se quiere preservar y difundir también como parte de la memoria del barrio y de la ciudad. Sobre todo de aquellos hechos vinculados a la lucha por la recuperación de las libertades democráticas durante los últimos años del franquismo.

Un poco de historia

Si bien la voluntad política del gobierno franquista de crear una empresa de fabricación de coches es de 1948, SEAT (Sociedad *Española de Automóviles de Turismo SA) se fundó legalmente en 1950 y la fábrica se inauguró el 1955, asociada en la potente marca italiana FIAT de Turín. A pesar de que un sector del régimen preferían otra ubicación, en concreto Guadalajara, Barcelona fue considerada finalmente la más adecuada. La ciudad contaba con un puerto franco que la conectaba directamente con Italia, una mano de obra cualificada y una industria auxiliar alrededor que permitiría desarrollar el proyecto con más garantías de éxito. Cómo en otros muchos países europeos, el objetivo era introducir los métodos tayloristas de la fabricación en cadena para producir, en este caso, un vehículo popular, de precio más asequible, convirtiendo lo que hasta ahora era un objeto lujo en producto de consumo masivo. Este vehículo fue el emblemático 600, que hoy simboliza todo una época de crecimiento económico y del inicio del consumo de masas en España. Todo ello, en medio de una feroz dictadura que en los años 60 se abría a la economía internacional y apostaba por el desarrollo de un turismo de masas aprovechando el potente reclamo del "sol y playa".

imagen antigua casa seat

Imagen del Memorial de SEAT

Cómo explica Carles Vallejo, presidente del Memorial Democràtic de SEAT, “esta empresa también representaba la voluntad política del régimen franquista de reconstruir las relaciones sociales, eliminando por decreto la lucha de clases y subordinando a los trabajadores (denominados ahora con el neologismo “productores” como los quería calificar el régimen desde el final de la Guerra de España) dentro de un modelo de relaciones laborales y de sociedad, inspiradas en los regímenes fascistas de los años 20 y 30, corporativas y paternalistas. El modelo, nacionalsindicalista que representaba el sindicato vertical donde estaban integrados tanto trabajadores como empresarios bajo la tutela del Estado y dónde por decreto quedaba superada la lucha de clases”.

Un paseo para interpretar el pasado del barrio y del país

El itinerario narrativo forma parte de las actividades "Motor de libertad", ciclo de acciones artísticas del barrio de La Marina impulsadas por el Memorial de los y las trabajadoras,  el Pla de Barris de la Generalitat de Catalunya y con la organización artística del Graner, centre de creació de dansa i arts vives. El paseo, que transita por diferentes localizaciones relacionadas con la historia de la factoría y del barrio, es una más de las acciones dentro del marco de un ciclo de actividades que incluyeron la presentación de un libro, una exposición efímera, un recorrido artístico con un coche 600 y un espectáculo teatral participativo. El ciclo, realizado del 9 de noviembre al 10 de diciembre de 2017 y que conmemoraba el 60 aniversario del primer 600, iba dirigido y quería dialogar principalmente con el vecindario del barrio de la Marina y también con los trabajadores y trabajadoras de SEAT. La participación en las diferentes actividades llegó a un público de 400 personas y participaron para impulsar el ciclo aproximadamente 68 actores entre creadores y colaboradores.

La intención de fondo es difundir la memoria obrera y reivindicativa del barrio. En concreto, de la fundación de SEAT en 1950, en plena dictadura franquista, y la inauguración de la factoría en 1955. Unos años, los de la década de los 60, marcados por los cambios en los estilos de vida, sobre todo de unas poblaciones urbanas en crecimiento. Los "Planes de Desarrollo" a partir de 1959, implican el fin del modelo económico "autárquico", que marco las primeras dos décadas del régimen, la entrada capitales extranjeros y la apertura masiva al turismo internacional. La España franquista entró de pleno en la oleada consumista que desde el final de la segunda guerra mundial había transformado los estilos de vida de los países occidentales.

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Cartel publicitario de las actividades celebradas. Recurso del Memorial de SEAT

Estos cambios económicos no implicaron ningún tipo de apertura democrática, y el 600, como símbolo de aquellos tiempos, tiene un carácter controvertido. Al mismo tiempo que la SEAT era la vanguardia de las luchas obreras, tanto económicas como políticas, el coche que salía de la factoría de la Zona Franca se convertía en el símbolo de la entrada del país en la modernidad occidental y de una libertad de movimientos inédita hasta entonces. A la vez, suponía la introducción de las clases trabajadoras españolas dentro de la espiral de un consumismo que generó una ilusión de ascenso social que tendía a desmovilizarlas. Todo ello, dentro de un régimen, el franquista, que continuará siendo hasta sus últimos días, en 1976, una implacable y criminal dictadura. Cómo apunta Carles Vallejo "con la SEAT al régimen franquista le saldrá el disparo por la culata, puesto que la empresa se convertirá en la vanguardia y el símbolo de la lucha obrera contra la dictadura".

El itinerario narrativo

Este itinerario, con una duración de tres horas y con el objetivo declarado de "resignificar el barrio", se iniciaba en la Sala Pepita Casanellas, en los Jardins dels Drets Humans. Allá se empezaba escuchando unas explicaciones, previamente grabadas, a través de unos auriculares. Esta alocución de carácter más histórico era secundada por aspectos más vivenciales con anécdotas que aportaban dos testigos, ex-trabajadores de SEAT. La voz narrativa se acompañaba de material escrito que previamente se había hecho llegar a los inscritos. La idea del paseo es que el participante haga un viaje en el tiempo y pueda revivir andando por las calles del barrio un domingo cualquiera de la vida del vecindario de La Marina durante la segunda mitad del siglo pasado.

El primer punto se encontraba en la Plaza Cerdà, donde se puede contemplar una muestra de la arquitectura neoracionalista de los años 50, muy influida por las vanguardias,  y donde el edificio SEAT incorporaba la modernidad arquitectónica de Mies van der Rohe. El edificio, muy iluminado, de líneas rectas y dónde predomina el vidrio y el acero, era un gran expositor de los coches que producía la factoría. Con él, el régimen quería mostrarse abierto a la modernidad consumista que imperaba en el mundo occidental. El segundo punto de la ruta es el barrio de las viviendas de SEAT, una auténtica colonia industrial del siglo XX que disponía de servicio médico, escuelas, una parroquia, un cine, un centro social, una cooperativa de consumo y, como no, una comisaría de policía. Se trataba de una auténtica ciudad para los "productores" (término que utilizaba el régimen para referirse a la clase obrera) pensada desde los criterios paternalistas y de control total sobre la población trabajadora que caracterizaron la dictadura franquista. El tercer lugar del paseo era el Centro Polideportivo de SEAT, unas instalaciones de ocio deportivo con campos de fútbol, hockey, frontón, piscinas, pista de atletismo, etc. disfrutada sobre todo por niños y jóvenes, futuros obreros de la empresa, y que demuestran la voluntad de no dejar fuera de control cualquier aspecto de la vida cotidiana de los trabajadores. En el Paseo de la Zona Franca, 43 se encontraba la Escuela de aprendices de SEAT que empezó a funcionar el 1957 y que impartía formación en especialidades como ajustador, tornero o electricista. El acceso a la escuela era determinado por el parentesco: hijos, hermanos o huérfanos de trabajadores. La disciplina era muy estricta y la formación alternaba la teoría con la práctica, garantizando, una vez completada, la entrada a trabajar en la factoría. En este punto, también se aprovechaba para ilustrar la conflictividad laboral que de forma creciente caracterizó en SEAT y donde la avenida de la Zona franca fue escenario de manifestaciones y carreras ante la policía franquista (popularmente denominados "los grises" por el color de su uniforme). Movilizaciones que si bien partían inialmente de las reivindicaciones laborales, cada vez más fueron tomando un cariz político y de lucha contra la dictadura.

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Performance artística en el inicio del itineriario narrativo. Imagen del Memorial de SEAT

Para Carles Vallejo, "tanto el itinerario narrativo como las actividades de 600-Motor de Libertad han cumplido los objetivos de acercar al barrio a su propia historia y a las contradicciones de una época en que el régimen buscaba la «normalidad» introduciéndose en la modernidad y la sociedad de consumo, pero a la vez continuaban la opresión política y las desigualdades sociales. Se ha llevado a cabo organizando una serie de actividades en que tanto las nuevas generaciones, como los habitantes recién llegados, conozcan la historia de su barrio y se conecte con aquella identidad obrera que hacía que muchos jóvenes, que veían su futuro como trabajadores de una empresa puntera, manifestaran tener sangre SEAT".

Todas las actividades llevadas a cabo tienen la voluntad de ser un puente de memoria entre el pasado y el presente, también a partir de las personas implicadas. “Muchos de los activistas vecinales que han impulsado y participado en esta iniciativa estuvieron vinculados a las luchas sindicales dentro de la empresa, cerrando un círculo de ejemplo de compromiso de gran valor ético y social”, recuerda Carles.

En la actividad, con un narrador principal y las dos voces testimoniales, celebrada el 12 de noviembre de 2017 participaron 32 personas. La difusión del proyecto contó con carteles (300) y trípticos (4000), la producción digital de un boletín enviado a 1.769 personas, redes sociales, un video, información desde la web, un folletín digital, etc. Es relevante sobre todo la autopublicación del folleto "Motor de Libertad" (200 ejemplares) que puede ser utilizado posteriormente para replicar de forma autónoma la ruta narrativa. El documento, cuenta con un mapa para orientarse y todas las explicaciones necesarias para seguir la ruta, pero no contiene las voces testimoniales. Finalmente, la asociación coordinadora de las jornadas, El Graner, publicó una detallada memoria de las actividades.

mapa del itinerario

Mapa de los lugares significativos del itinerario narrativo. Imagen del Memorial de SEAT. 

600-Motor de Libertades sin duda un buen ejemplo de como un barrio puede impulsar iniciativas lúdicas dirigidas al vecindario que difundan y valoren su pasado reciente. Estas actividades, que incluyen temáticas muy diversas como la arquitectura, las luchas obreras, el urbanismo, la formación profesional, etc. son extraordinariamente valiosas para renovar una identidad social y una ética que construya una comunidad unida y solidaria. Actúan fortaleciendo el sentimiento de pertenencia al barrio a partir de la recuperación de la historia de las luchas por los derechos sociales y laborales y por la recuperación de la democracia y las libertades.

Con todo su potencial, estas actividades no han tenido mucha continuidad en los años posteriores, más allá de repeticiones puntuales de la ruta y por petición expresa de las organizaciones vecinales. Esto ha impedido que se hayan fijado de forma permanente en la agenda cultural y educativa del barrio, lo que garantizaría que este conocimiento del pasado fuera calando en la ciudadanía y se convierta en un elemento importante de su identidad colectiva actual. Más allá de la voluntad de la asociación que lo ha impulsado, el Memorial Democràtic dels i les treballadores de la SEAT, hace falta también complicidad institucional para sostenerlas en el tiempo y en el espacio. Esto es central para evitar que estas sean solo acciones dispersas, discontinúas o conmemoraciones puntuales, con un carácter más nostálgico que de construcción de una memoria histórica y democrática sólida y compartida, Y sobretodo que sea útil para fortalecer una conciencia colectiva con unos valores genuinamente democráticos. Este fortalecimiento es cada vez más urgente y necesario ante el crecimiento de ideas xenófobas y reaccionarias que dividen a las personas en función de su origen, su cultura o religión.