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Actualidad Alba Sud | Turismo Responsable | Costa Rica

24-06-2021

Nosara se moviliza en apoyo al reglamento de construcciones

Arturo Silva Lucas | Alba Sud
La comunidad costera de Nosara en Guanacaste, Costa Rica, discute un nuevo reglamento de construcciones que busca tomar medidas para proteger el Refugio de Vida Silvestre de Ostional. La oposición de inversionistas con intereses inmobiliarios y turísticos en la zona obstaculiza la nueva normativa.    
 


Crédito Fotografía: Arturo Silva Lucas.

El pasado sábado 5 de junio, Día Mundial de Ambiente, residentes de la comunidad guanacasteca de Nosara se movilizaron en apoyo al nuevo reglamento de construcciones. Con este reglamento se busca regular futuras edificaciones en la zona de amortiguamiento de cinco kilómetros entre Nosara y el Refugio de Vida Silvestre Ostional, uno de los sitios más importantes del mundo para el anidamiento de tortugas marinas. 

Pero el reglamento encontró la oposición de un empresario con inversiones en la zona. Por vías judiciales ha logrado la suspensión del reglamento hasta que los tribunales no resuelvan una demanda para que sea descartado del todo. Esto supone que no exista ningún tipo de regulación a construcciones en la zona de amortiguamiento, más allá de las provistas por leyes y normas generales de la República, hasta por un período de dos años. 

El conflicto visualiza con claridad la tensión socioambiental que vive la provincia de Guanacaste a causa del incesante crecimiento de proyectos inmobiliarios en territorios costeros. De esta manera se abre un nuevo capítulo de movilización social que evidencia la conflictividad generada por un modelo de desarrollo turístico que ha sido posible precisamente por la carencia de un adecuado planeamiento territorial. 

En contexto

El distrito de Nosara, ubicado en el cantón de Nicoya, ya había sido foco de nuestra atención en artículo anterior. En Nosara el ciclo de migración de turistas residentes principalmente de los Estados Unidos inició en la década de los sesenta, muchos años antes del boom inmobiliario provincial del año 2000 que atrajo a un número cada vez mayor de nuevos habitantes al resto de costas provinciales. Esto condujo a que, en Nosara, turistas residentes tuvieran mayor tiempo de incubación y, por ende, formas organizativas más arraigadas en el distrito. Tal es el caso de la Asociación Cívica de Nosara (ACN), organización local que data de 1975. La ACN cuenta en sus filas tanto  a extranjeros como como nacionales, y es la principal promotora del nuevo reglamento de construcciones. 

A pesar de esa particularidad, Nosara no ha estado exenta de la fiebre inmobiliaria de los últimos años que vive Guanacaste. En un conversatorio organizo el pasao 4 de junio porel periódico La Voz de GuanacasteJosué Ruiz, funcionario de la municipalidad de Nicoya, y Yeimy Cedeño, del Refugio de Vida Silvestre Ostional explicaron la urgencia de la entrada en vigor del reglamento. Según estos, el distrito ha tenido un aumento considerable de proyectos inmobiliarios durante los últimos años, con un pico de 45 mil metros cuadrados de construcción tramitados solo para el 2019. Esta situación pone enorme presión en la zona de amortiguamiento, dado el acelerado cambio en el uso del suelo, lo que a su vez pone en riesgo el ciclo de reproducción de más de 180 mil tortugas marinas que anidan en Ostional a lo largo del año.     

Pero, ¿qué dice el nuevo reglamento? El texto propone, sobre una base normativa de inspiración ambiental, una serie de lineamientos mínimos a construcciones que garanticen el respeto por la vida natural de la zona. Por ejemplo, toda nueva edificación no puede sobrepasar los 9 o 12 metros de altura dependiendo de la distancia con el Refugio y que deben contar con planta de tratamiento de aguas residuales. También se establece que solo se permita construir en un 50% de cada uno de los lotes registrados, con toda iluminación hacia el suelo o paredes para no desorientar a las tortugas. Además, apela a criterios técnicos para un uso sostenible de mantos acuíferos, esteros, manglares y bocas de esteros hasta un 1 km de distancia mar adentro.

Imagen de Arturo Silva Lucas. 

Luego de pasar todos los filtros administrativos el reglamento se puso en funcionamiento a regir en febrero del 2020. Tres meses después, el grupo empresarial JBR Capital Ventures interpuso una medida cautelar en la que solicitaba la suspensión del reglamento hasta que no se resolviera una demanda contra la municipalidad de Nicoya por supuestos vicios de procedimiento en su elaboración, como así consta en la resolución 381-2021 del Tribunal Contencioso Administrativo. Luego de meses de deliberación, este mes de junio el tribunal acogió la medida cautelar. 

La cara visible de JBR Capital Ventures es el residente Jeffrey Grosshandler propietario de algunos terrenos en la zona en disputa y dueño del hotel Gilded Iguana en Playa Guiones de Nosara. Investigaciones realizadas por medios de comunicación también incluyen al exdiputado y candidato presidencial por el partido Unión Liberal Otto Guevara entre los participantes del grupo empresarial. 

Desde que el conflicto ha escalado, las declaraciones de Grosshandler han sido cada vez más escasas. En las pocas oportunidades que se ha pronunciado ha sido por medio de su abogado, el expresidente de la Sala Constitucional Ernesto Jinesta. No obstante, Grosshandler si había expuesto su posición en el pasado. En enero del 2020, en un podcast local explicaba que el reglamento atenta contra el bienestar económico de Nosara porque, según él, afecta la plusvalía de los terrenos. También, afirmaba que la carencia histórica de agua en Guanacaste ya es un límite natural al crecimiento inmobiliario. En otra declaración pública en setiembre del 2020 afirmó que la zona de amortiguamiento del Refugio no formaba parte del cantón de Nicoya y, por ende, el gobierno local no tenía jurisdicción. Asimismo, señaló que la zona costera ya estaba protegida por la Ley 6043 de Zona Marítima Terrestre, que el documento nunca fue socializado y, finalmente, que el reglamento afecta a los habitantes históricos del distrito que verían limitado su derecho a construir y esto, según Grosshandler, va en contra del derecho a la propiedad privada.  

A pesar de que Nosara ha sido destino de turismo internacional desde finales de la década de los sesenta, no cuenta con un Plan Regulador. Este vacío legal es el principal portillo por el cual Grosshandler pide la nulidad del reglamento. Alega que por jerarquía normativa un reglamento de construcciones no tiene asidero legal si no existe un Plan Regulador. 

Imagen de Arturo Silva Lucas. 

Las críticas al reglamento de Grosshandler han encontrado eco en algunas comunidades cercanas al principal nicho turístico del distrito: Playa Guiones. Las asociaciones de desarrollo integral (ADI) de Bocas de Nosara, Garza, Esperanza Sur y Delicias de Garza el paso 10 de mayo del presente año hicieron público un documento, del cual se tiene copia, en el que pedían la nulidad del reglamento. Del documento se desprende que la municipalidad de Nicoya nunca ha atendido el riesgo a desastres naturales a que están sometidos los caseríos de esas comunidades. A juicio de esas cuatro ADIs el nuevo reglamento de construcciones haría imposible que se puedan llevar a cabo viviendas de interés social. 

En una declaración sorpresiva, el 3 de junio, a través de la página de Facebook de su hotel, Grosshandler propuso la creación de un Plan Regulador y de Manejo para el Refugio que esté en línea con el progreso económico “sin imponer medidas imposibles a los habitantes más pobres” del distrito. Además de todos los argumentos ya descritos, en esta comunicación declaraba que su hotel no participó en la demanda como empresa y que el reglamento de construcciones no otorga seguridad jurídica a las empresas del área. Aún así, en el conversatorio antes mencionado el funcionario municipal Josué Ruiz dejó claro que solo el grupo empresarial que representa Grosshandler había sido quien había pedido la derogación del reglamento al gobierno local.

#YoDefiendoOstional

En este contexto, la movilización social en Nosara del pasado 5 de junio es la primera que se realiza en la provincia por motivos turísticos inmobiliarios desde el conflicto en Playa Potrero del 2015, en el cantón vecino de Santa Cruz. En ambos casos, lo que motivó la acción comunitaria fue la amenaza a recursos y espacios naturales que trae consigo el crecimiento turístico residencial sin planificación. En Potrero fue el agua, en Nosara el Refugio de Vida Silvestre Ostional.  

Mediante un comunicado, la ACN convocó una marcha en apoyo al reglamento. Cerca de las 8 de la mañana alrededor de trescientas personas se congregaron en Guiones para mostrar su respaldo. Durante la marcha, que transcurrió de manera pacífica y ordenada, se pudieron leer muestras de apoyo tanto en inglés como en español. Muchas pancartas hacían referencia a la importancia del cuidado de las tortugas y del mismo Refugio, otras hacían un llamado a la unidad de la comunidad y algunas otras denunciaban la avaricia del grupo empresarial que había detenido el reglamento. 

Cuando la marcha pasó frente al hotel Gilded Iguana, propiedad de Jeffrey Grosshandler, distintas personas con altavoces explicaron en inglés y español del porqué de la actividsad y los detalles del reglamento. Cerca del final, y con una percusión improvisada el grupo de marchistas coreó: “¡Fuera Jeffrey!”, “¡El que no salta es Jeffrey!”. 

Con el correr del tiempo el apoyo al reglamento se ha extendido fuera de Nosara. En octubre de 2020, 60 personas de 16 países dedicadas a la investigación y la academia expresaron su apoyo en una carta abierta a la municipalidad de Nicoya. En Costa Rica, La Federación Ecologista (FECON) en un comunicado del pasado 3 de junio llamó a defender el reglamento de construcciones. El apoyo de FECON se extiende al que ya están proporcionando a la comunidad de Marbella a solo 24 kilómetros de Nosara. En Marbella desarrolladores inmobiliarios han llevado adelante un agresivo proceso de urbanización mediante el despojo local de la gestión del agua y apropiación ilegal de la Zona Marítimo Terrestre.     

En las últimas semanas la actividad en redes sociales no ha sido poca. Con los hashtags #YoDefiendoOstional y #NosaraSomosTodos las muestras de apoyo han ido en aumento. En la plataforma change.org la petición para solicitar al Tribunal que reactive el reglamento ya cuenta con más de 18 mil firmas. Por su parte, la ACN ha puesto a disposición en su página web un canal para denunciar ante la municipalidad cualquier construcción o desarrollo que ponga en riesgo al Refugio.

En un esfuerzo por democratizar la discusión, la ACN ha hecho público los pasos que siguieron para la aprobación del reglamento. En la publicación se aprecia una línea de tiempo con videos de las distintas reuniones que, desde febrero del 2020, se sostuvieron en la comunidad con presencia de personeros de la municipalidad y del Refugio, así como las progresivas publicaciones en medios oficiales, en respuesta a la acusación de que el texto nunca fue socializado. 

Por otra parte, sobre la ausencia de un Plan Regulador para anular el reglamento de construcciones, tal como que sostiene Grosshandler, la municipalidad de Nicoya ha expresado en reiteradas ocasiones que éste no anula un Plan Regulador. En una de las declaraciones oficiales se lee

Hay que dejar claro que este reglamento es diferente a un Plan Regulador, pero es el primer paso hacia este. El Plan Regulador exige más control, mucha más información técnica y este reglamento llega a ser un insumo que nos servirá como Plan de Contingencia en la regulación, por eso solo se regulan tres aspectos: altura, cobertura e iluminación.

Por ser un instrumento de planificación territorial multivariable y específicas a las condiciones de cada región, la redacción de un Plan Regulador puede extenderse por periodos indefinidos. Dependen del consentimiento de las comunidades y de la voluntad política de los gobiernos locales. El reglamento de construcciones es un primer paso urgente para subsanar una situación límite en el distrito de Nosara. 

La necesidad del reglamento 

El conflicto en Nosara se explica por el modelo de desarrollo turístico que predomina en las costas de Guanacaste. De forma irremediable, las regiones que experimentan una gran presión inmobiliaria se ven confrontadas entre el interés por continuar con las inversiones y la necesidad de una normativa que regule al uso del territorio. A pesar de ser instrumentos técnicos, reglamentos como el propuesto en Nosara, o hasta un Plan Regulador, dependen de las condiciones políticas. Es decir, una situación no se discute hasta que se convierte en un problema social que necesita de una solución. La forma en la que se ha planteado y cómo se ha llevado a cabo es lo que puede diferenciar a Nosara de otros conflictos similares en la provincia.   

El trabajo de sensibilización ambiental, participación y coordinación que ha realizado la ACN de manera sostenida por tanto tiempo, resalta en una provincia en que las cuotas de poder entre organizaciones locales y desarrolladores inmobiliarios suelen ser enormemente dispares. En la misma línea el trabajo que están haciendo la municipalidad de Nicoya y el Refugio de Vida Silvestre de Ostional se han logrado ubicar como actores clave de este conflicto. 

Imagen de Arturo Silva Lucas. 

Es indudable que el problema de ordenamiento territorial afecta toda la población de un municipio, como así lo han exteriorizado las ADIs de Bocas de Nosara, Garza, Esperanza Sur y Delicias de Garza. En un momento de urgencia por resolver un problema surgen otras necesidades que habían estado postergadas. De esta manera el reglamento es una oportunidad política para resolver conflictos territoriales, recientes o históricos.  El conflicto en Nosara está lejos de terminar. Por las implicaciones que tiene la discusión, sus repercusiones en el resto de la provincia son importantes.  

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto «Turismo inclusivo, una demanda de justicia global», desarrollado por Alba Sud con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona, convocatoria Justicia Global 2020.