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14-06-2021

Els Caus de Mura, turismo cooperativo

Carla Izcara & Ernest Cañada | Alba Sud

El municipio de Mura, situado en la comarca del Bages, Cataluña, cuenta con uno de los pocos alojamientos turísticos constituidos como cooperativa. ¿Qué tiene de especial este albergue? ¿Tenemos dificultades en el turismo para consolidar una oferta de Economía Social y Solidaria? A partir del testimonio de Ferran Martínez, socio fundador de la cooperativa, y su experiencia abrimos este debate.


Crédito Fotografía: Els Caus de Mura. Imagen de Els Caus Cooperativa.

Desde el año 2013 Els Caus Cooperativa, actualmente en proceso de transición, gestiona el albergue Els Caus de Mura, situado en una antigua casa del pueblo. Se trata de un edificio histórico, con una alta carga emotiva por los habitantes de este municipio situado en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’ObacFerran Martínez, socio fundador de la cooperativa y encargado del albergue, explica que tras ser un espacio de reuniones y un cine, se privatizó y se convirtió en una casa de colonias hasta 2003. Diez años después, tres personas recién llegadas a Mura, entre ellas el mismo Ferran, lograron alquilar el edificio, propiedad del obispado de Vic, hasta 2026. Durante estos ocho años de gestión se han constituido como albergue juvenil con una capacidad de 49 plazas, una gran sala polivalente, cocina y una piscina. En la misma casa se encuentra la otra línea de negocio de la cooperativa, el Restaurant Les Olles, inaugurado en 2017.

Actualmente la cooperativa se encuentra en un proceso de transformación, donde entran en juego nuevas socias y retos renovados, entre ellos reabrir los espacios después de un largo parón a causa de la pandemia de la COVID-19 y comenzar nuevas líneas de negocio.

Los inicios de Els Caus

Nos remontamos a 2003, cuando en Mura se inicia un proyecto de escuela innovador el cual atrae a nuevos habitantes a un municipio con una población muy envejecida. En aquella época, Ferran Martínez, graduado en turismo y con interés por el mundo cooperativo y de la Economía Social y Solidaria (ESS), llega a Mura y descubre la antigua casa del pueblo, en ese momento sin uso. Asimismo, decide alquilar el edificio con el fin de montar, con otro socio, un alojamiento turístico cooperativo pionero en Cataluña. Un tiempo después, dos mujeres del municipio que se encontraban desocupadas decidieron sumarse al proyecto. De esta manera comienza la historia del albergue, donde en un primer momento se ofrecían treinta plazas y a partir de 2017, tras conseguir los permisos necesarios, se incorporaron dieciséis camas más, junto con la apertura del restaurante y la salida de uno de los primeros socios.

En paralelo, el pueblo también fue creciendo, la escuela pasó de tres alumnos a cincuenta y muchas de las segundas residencias se convirtieron en domicilios habituales. En cuanto al turismo, Ferran afirma que "ahora mismo es un pueblo superturístico" y cree que se debe por un incremento de la oferta de alojamiento y por la Festa del Tió, una celebración impulsada por el eje de comerciantes que consiste en recrear escenas con tiones durante Navidad. Ferran agrega que "viene mucha gente y comienza a haber insatisfacción entre los vecinos" y apunta la necesidad de "planificar y crear una propuesta como pueblo turístico".

Transición y nuevos retos

Hasta la llegada de la COVID-19 el albergue estaba funcionando gracias a los “esplais”, “caus” o entidades que querían alquilar todo el edificio para hacer sus actividades y que, como añade Ferran, "lo que buscan es economía y espacio", además de tener en cuenta los valores de la cooperativa. El albergue actualmente tiene unas habitaciones muy austeras, pero los visitantes aprecian en especial la sala polivalente, la piscina y el entorno del pueblo. Por otro lado, el restaurante tenía mucha clientela, tanto de habitantes del pueblo como visitantes de Mura, a pesar de que sólo abría los mediodías del fin de semana. Aunque en verano también organizaban cenas en la terraza con piscina.

Municipio de Mura. Imagen de Ernest Cañada

Este 2021, tras el parón provocado por la pandemia y cambios en las personas asociadas, como cooperativa han decidido iniciar un proceso de cambio. Esta nueva etapa, en la que salen las dos antiguas socias y entran cuatro personas nuevas, Ferran prevé que tenga cuatro fases. La primera consistirá en reactivar el restaurante Les Olles. El objetivo es poder abrir entre semana y ofrecer cenas a partir del verano. Asimismo, no sólo quieren que funcione como restaurante, sino que pretenden que se convierta en un centro social y cultural, el punto de encuentro de Mura y de los pueblos vecinos de Talamanca y Rocafort. La segunda fase consiste en impulsar un "nuevo modelo turístico cooperativo, con una mirada transgresora y anticapitalista", en palabras de Ferran Martínez. Esto se basaría en ir dejando atrás la propuesta de albergue juvenil para convertirse en una segunda residencia compartida. Esta idea aún está en proceso de exploración, pero a grandes rasgos consistiría en que un grupo de personas usuarias, miembros de la cooperativa, podrían ocupar durante todo el año el albergue utilizándolo de segunda residencia. Los motivos principales por los que se quiere apostar por esta iniciativa son poder establecer un código ético entre las personas visitantes más exigente que el actual y generar mayor conexión e interacción con el territorio y sus habitantes. Aun así, Ferran admite que "los números aún no salen" y que "hay que acondicionar mejor las habitaciones y darles un sentido".

La tercera rama del proyecto es encargarse desde la cooperativa del servicio de comedor de la escuela, actualmente gestionado por una gran empresa. El interés particular de poder llevar este comedor, más allá de mejorar la calidad del servicio, es conseguir proveedores de productos ecológicos. Una de las preocupaciones de Ferran es la dificultad para acceder a esta tipología de producto, debido al volumen de la demanda y la situación geográfica de Mura. Apunta que desde el restaurante tenían que "hacer un esfuerzo e ir a buscar productos concretos".

El último paso de esta nueva etapa es crear un grupo de trabajo, vinculando personas de diferentes ámbitos, con el fin de "desarrollar una propuesta real y transformadora", como comenta Ferran. En un futuro les gustaría poder reproducir este modelo de turismo en otros lugares, así como generar reflexión en torno al turismo. Ferran añade que "es un reto importante y donde estamos llamados unas cuantas a levantar la voz: sin cohesión no avanzamos".

Cooperativas y turismo

La propuesta de Els Caus es transgresora por su forma de organización. Aunque en Cataluña hay una larga tradición cooperativista (Pérez Baró, 1972), es atípico encontrar cooperativas dentro del sector turístico, o de otras iniciativas vinculadas con la Economía Social y Solidaria. Estas alianzas entre la clase trabajadora nacen en toda Europa a mediados del siglo XIX con el fin de defender sus intereses ante un capitalismo en expansión (Pérez Baró, 1970). Las diferencias principales con las empresas de economía tradicional definidas por la Alianza Cooperativa Internacional son: adhesión voluntaria y abierta; gestión democrática; participación económica de las personas asociadas; autonomía e independencia; educación, formación e información; cooperación entre cooperativas e interés por la comunidad. Asimismo, existen tantas tipologías de cooperativas como necesidades hay en el mercado, pero las más habituales son: de trabajo asociado, de consumo, de vivienda, agrarias o de servicios entre otros. Dentro del sector de la Economía Social y Solidaria en Cataluña, hay cinco iniciativas catalogadas como alojamiento turístico (Muro, 2020), de las cuales Els Caus es la única que se presenta como cooperativa en su página web.

Entrevista a Ferran Martínez. Imagen de Ernest Cañada.

En el caso concreto de Els Caus, algunas características de su funcionamiento son, en primer lugar, generar empleo de calidad y establecer un salario digno e igual entre las personas trabajadoras. En segundo lugar, el objetivo principal no es lucrarse y el proyecto es financiado por la banca ética, Coop57 y ASCA. Asimismo, intentan que todos los proveedores estén vinculados a la Economía Social y Solidaria y apuestan por la intercooperación. Así, por ejemplo, participan de redes comunes como la XaReC, cooperativa de servicios a la restauración y el turismo responsable, actualmente en pausa debido a las dificultades que vive el sector. También, ponen especial atención a la relación que establecen tanto con quienes les visitan como con el resto de habitantes del municipio, con el fin de evitar situaciones de malestar. Por último, tienen en cuenta el impacto medioambiental y por esta razón, por ejemplo, instalaron una caldera de biomasa y promueven el consumo de productos ecológicos y de temporada.

La alternativa

Estas formas empresariales, asociadas a la Economía Social y Solidaria, pueden contribuir a construir un modelo de turismo más responsable, que genere una mayor redistribución de los beneficios y reduzca los impactos sociales y medioambientales de este tipo de actividad. Sin embargo, esta forma de organizarse no es habitual dentro del sector. Sobre esta carencia, Ferran Martínez explica que "en la hostelería hay fuerza cooperativa, pero en el alojamiento está el problema". Y añade que "hay proyectos con una mirada ecologista y anticapitalista, pero no hay un esfuerzo por vincularse". Asimismo, otro problema que detecta es que dentro de la Federació de Cooperatives de Treball, sólo hay una sectorial y no está relacionada con el turismo. Según Ferran, todo indica que cuesta crear iniciativas cooperativas en el turismo. Cree que uno de los motivos es debido a la carga de trabajo extra que supone este tipo de negocio y la dificultad de que el proyecto sea autosuficiente ya que los márgenes de beneficio son muy estrechos. Las empresas tradicionales lo suelen resolver con una presión constante para reducir costes laborales, lo que no pueden hacer las cooperativas sin entrar en contradicción con sus principios.

Foto 4: cartel encontrado en el albergue. Imagen de Ernest Cañada 

Otro de los puntos débiles es la comunicación y el marketing. Según afirma Ferran "no es algo que tengamos bien trabajado", aunque prevén mejorarlo a partir de ahora. Añade que, "no queremos dar tanto peso a las redes", pero son herramientas que "han venido para quedarse y que debemos saber gestionar y trabajar". En cambio, se dan a conocer intercooperando y participando de espacios colectivos. Un ejemplo es el mapa colaborativo Pam a Pam que nace de la Red de Economía Solidaria (XES) para fortalecer el movimiento de la ESS y acercar estas iniciativas a nuevos usuarios.

La experiencia de Els Caus de Mura sirve para exponer las dificultades con las que se encuentran las iniciativas que intentan construir una alternativa al actual modelo socioeconómico y que son centrales en la perspectiva de una transición socioecológica. La transformación del turismo requiere que el sector cooperativo gane peso y pueda ser una alternativa real a las opciones turísticas convencionales y así ocupar un lugar más destacado dentro del mercado. En este sentido es imprescindible que movimientos sociales y el propio sector cooperativo tome conciencia de la importancia que puede tener en términos de posibilidades de transformación del turismo; que haya una red de cooperativas que muestren cómo el turismo puede ser organizado a partir de otros objetivos y con resultados también distintos. Sin embargo, este esfuerzo requiere el apoyo de la administración pública para financiar estas iniciativas y una política turística que apoye proyectos turísticos con mayores garantías de retorno social y que ésta no sea una simple apuesta en términos de marketing.

 

Referencias: 
Muro, P. (2020). El paper de les empreses d’Economia Social en la sostenibilitat del sector turístic. [Treball de fi de Grau, Tecnocampus, Universitat Pompeu Fabra]. 
Pérez, A. (1970). La Cooperación de Consumo en CataluñaEstudios cooperativos, 21, 35-54.
Pérez, A. (1972). Les cooperatives a Catalunya (Vol. 1). Barcelona: Institut d'Estudis Catalans.
Este artículo se publica en el marco del proyecto “Laboratorio de turismos de proximidad”, impulsado por Alba Sud con el apoyo de Barcelona Activa – Impulsem el que fas (2020), financiado con el Impuesto Turístico.