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En profundidad | Turismo Responsable | Argentina

25-09-2020

Organizaciones de turismo alternativo y solidario en Argentina: presente y perspectivas

Rodrigo Fernández Miranda & Florencia Cascardo | Alba Sud

¿Qué papel pueden jugar en un escenario postpandemia las organizaciones de turismo alternativo y solidario? Presentamos la primera parte de un estudio promovido por el Centro de Estudios de la Economía Social de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y Alba Sud.


Crédito Fotografía: Humahuaca. Imagen bajo licencia creative commons.

Este artículo forma parte del tercer estudio realizado en el marco del trabajo del Centro de Estudios de la Economía Social de la Universidad Nacional de Tres de Febrero y Alba Sud para pensar el turismo argentino en el escenario de la post pandemia. La propuesta consiste en consolidar una mirada que articule las concepciones del turismo alternativo y solidario con aquellas provenientes de la Economía Social y Solidaria (ESS).

En esta oportunidad, se presentan los resultados de un análisis exploratorio que indaga en las miradas y las perspectivas de la diversidad de actores que configuran la oferta de turismo alternativo y solidario en el país. El recorte del universo de estudio en el turismo alternativo y solidario implica el abordaje de organizaciones que llevan adelante prácticas que no solamente se plantean una ruptura respecto de la lógica de la acumulación capitalista, sino que también poseen una perspectiva democrática y solidaria en su funcionamiento. Así es que el poder para la toma de decisiones lo ostentan las personas asociadas en el marco de una organización que concibe lo económico desde y para las personas y su comunidad.

Los objetivos del estudio son, en una primera instancia, indagar sobre las perspectivas de estos actores, aproximarse a sus concepciones y prácticas sobre un turismo alternativo, y conocer qué problemáticas identifican. Por otra parte, se pretende analizar el nivel y tipo de proximidad y vínculos de las organizaciones del turismo alternativo y solidario con los actores de la ESS, y avanzar hacia un análisis comparado y un acoplamiento entre las miradas de ambos.

Como se señalaba en artículos anteriores, el turismo tal como ha sido conocido hasta ahora, al menos en el corto y medio plazo, ha desaparecido; el modelo económico centrado en los mercados y la acumulación capitalista muestra, como sucede ante cada crisis, su impacto negativo en la pauperización de la vida de amplios sectores de la población: es momento de poner estas perspectivas en diálogo. 

Para avanzar en la caracterización de las experiencias de turismo alternativo se recurrió a un formulario autoadministrado difundido en articulación con organizaciones y colectivos dedicados al turismo alternativo y solidario, así como a organizaciones que aglutinan a los mismos, llegando en base a este muestreo no probabilístico a encuestar a 38 experiencias de este tipo en Argentina.

¿Quiénes y cuáles son las organizaciones del turismo alternativo y solidario?

Antes de avanzar en el análisis, sería pertinente aportar una breve descripción de las características que definen la muestra. En este sentido: ¿cómo son las organizaciones que forman parte de este universo definido como turismo alternativo y solidario en Argentina? ¿Qué características y regularidades es posible observar en las mismas? ¿Hace cuánto tiempo vienen desarrollando su actividad? ¿Qué tipos de servicios turísticos prestan? ¿Cómo sostienen su trabajo? Son algunas de las preguntas desde las cuales se parte para avanzar en una caracterización de este sector. 

A partir de la muestra alcanzada, se ve que una amplia mayoría (83%) de los actores se encuentran formalizados, es decir, cuentan con personería jurídica propia (50%) o se constituyen como rama de una organización (33%). Solamente un 17% se trata de grupos no formalizados. Dentro de los emprendimientos que no están formalizados se pueden encontrar diversos tipos de experiencias con un alto nivel de heterogeneidad, como son emprendimientos familiares, organizaciones comunitarias y redes (cabe agregar que las redes pueden conformarse a partir de grupos formalizados, pero sin tener personería la red como tal).

Entre quienes cuentan con personería jurídica propia la forma de organización predominante es la cooperativa (44,4%), seguida por las mutuales (38,8%). En aquellas experiencias que se conforman como una área o rama de una organización, esta tendencia se repite. Resulta destacable un aspecto en el caso de las cooperativas: mientras al conformarse con personería jurídica propia prevalecen las cooperativas de trabajo y provisión, al ser una rama de otra organización se identifica una nueva forma jurídica, las cooperativas de servicios públicos (donde esta rama brinda servicios turísticos en el marco de una cooperativa de otro tipo). También aquí encontramos respuestas provenientes de áreas destinadas a la actividad turística de organizaciones gremiales.

En cuanto al tiempo que llevan desarrollando su actividad, la mayoría (71,1%) tiene más de 5 años, incluso, el 47,4% cuenta con más de 10 años. De aquellas experiencias con menor trayectoria, más de la mitad (54%) se conforman como área o rama de una organización, por lo que se puede inferir que la existencia de estas ramas dentro de organizaciones consolidadas en el campo de la Economía Social y Solidaria es un fenómeno más reciente.

De esta manera, si bien las modalidades de turismo alternativo y solidario están cobrando relevancia y adquiriendo mayor visibilidad en este particular contexto y ante los límites y la problematización del turismo tradicional, no se trata de un fenómeno nuevo, sino que cuenta con cierto nivel desarrollo en la historia turística del país.

Al analizar los servicios prestados por las experiencias relevadas, la amplia mayoría (86,8%) brinda más de un servicio. Considerando la totalidad de servicios prestado, los más predominantes son, en este orden, el alojamiento (71,3%), los servicios de guía y recreación (55,3% y 52,3% respectivamente) y la gastronomía (44,7%). Quienes brindan solamente servicios de alojamiento son en su mayoría ramas de organizaciones, sean cooperativas de servicios públicos o sindicatos, aspecto que es posible comprender a partir de la fuerte tradición gremial que existe en Argentina, donde desde mediados de la década del ´40 afloraron las experiencias de turismo sindical y hoteles gremiales. En la siguiente nube de palabras se ilustran los servicios ofrecidos y cuáles son los que más prevalecen en las diferentes experiencias.

Como señalamos, el alojamiento es el servicio más ofrecido por los actores del turismo alternativo y solidario consultados; sin embargo, al observar la oferta del sector se identifican dos aspectos interesantes a destacar al vincularlo con la forma jurídica que asume la experiencia. En primer lugar, que la provisión de servicios que se pueden vincular con el turismo rural (por ejemplo, actividades relacionadas a la producción primaria, como tambos con elaboración de quesos, criaderos, huertas, olivicultura, elaboración de chacinados, entre otros) se encuentra con más frecuencia entre los grupos no formalizados. En segundo lugar, que en aquellos que se conforman como rama de una organización, principalmente de Mutuales o federación de cooperativas, se prestan servicios más asimilables con una mirada tradicional del turismo (tales como los paquetes internacionales o la venta de asistencia al viajero).

En cuanto a la localización, las experiencias relevadas se ubican en diferentes regiones del país con fisonomías y características diversas. En primer lugar, aquellas experiencias más vinculadas a un turismo rural y comunitario se encuentran principalmente en pequeñas localidades de distintas geografías del país. En segundo lugar, las redes que nuclean a diferentes experiencias, a través de las organizaciones que aglutinan, tienen presencia en varias regiones y localidades. Por último, también aparecen experiencias situadas en grandes centros urbanos que funcionan comercializando servicios turísticos hacia otras regiones.

Un último aspecto relevante para caracterizar a las experiencias del turismo alternativo y solidario es el referido a las personas que forman parte de las mismas. Cuando se analiza la cantidad de personas asociadas, la mitad cuenta con más de 100 asociados, el 21,1% entre 5 y 10 personas, y el resto se distribuye de manera relativamente pareja entre estos dos extremos. Un dato interesante al profundizar en esta información es que las organizaciones más grandes, es decir aquellas que tienen más personas asociadas, en su mayoría (58%) son las que cuentan con personería jurídica propia o se conforman como rama de otra organización (37%). Por el contrario, en los grupos más pequeños (menos de 5 o entre 5 y 10 personas asociadas), predominan los emprendimientos no formalizados.

Otra dimensión en cuanto a las personas que forman parte de las organizaciones relevadas refiere a la forma en que se sostienen económicamente y la retribución que obtienen quienes llevan adelante esta tarea: solamente el 26,3% de los actores no cuenta con personas que trabajen en forma voluntaria (donde prevalecen las experiencias de mayor tamaño y desarrollo). Adicionalmente, un 38,9% de la muestra no cuenta con personas que reciban una remuneración por los servicios que prestan, y en el 39,5% de los casos las personas que reciben remuneración son entre 5 y 10. 

Esta caracterización permite a primera vista distinguir entre dos grupos de experiencias que se pueden asimilar con las diferentes concepciones existentes acerca de la Economía Social y Solidaria. Por un lado, aquellas organizaciones de mayor volumen, vinculadas a las experiencias más tradicionales de la ESS (como cooperativas y mutuales) que se constituyen como rama de una organización y brindan servicios asimilables al turismo tradicional, pero con una lógica que difiere de la lucrativa. Por otro lado, las organizaciones más pequeñas (generalmente cooperativas de trabajo o emprendimientos no formalizados) que plantean formas disruptivas de pensar y llevar a la práctica el turismo, estrechamente relacionadas con su aspecto comunitario.

¿Quiénes consumen los servicios de turismo alternativo y solidario? 

Luego de haber caracterizado a las organizaciones turísticas, en este apartado se analizará la forma en que estas conciben a sus grupos consumidores, es decir, de qué manera los caracterizan, y si consideran que el perfil de las personas que hacen uso de sus servicios posee cualidades que lo distinguen de otro tipo de turista. Se intentó hacer una aproximación a estos aspectos a partir de la pregunta “¿Con qué características definirías a las personas que realizan turismo en tu organización?”, donde quienes completaron la encuesta debían elegir tres características definidas en la pregunta (existiendo también la posibilidad de respuesta abierta).

Dentro de las tres principales características con las cuales definirían a quienes realizan turismo alternativo y solidario, exactamente la mitad (50%) de las experiencias las definió como personas con interés por conocer nuevos destinos (incluso un 31,6% lo ubicó en primer lugar de importancia) o nuevas experiencias (31,58%, donde un 10,5% lo ubicó en primer lugar de importancia). Estos aspectos coinciden con los resultados del estudio sobre prácticas y representaciones del turismo de los trabajadores y trabajadoras de la ESS, donde una de las ideas predominantes se vincula al interés por conocer nuevos destinos.

Sin embargo, estos aspectos que no denotarían la particularidad de esta modalidad de turismo pueden complementarse con la identificación de concepciones vinculadas al carácter específico y singular del turismo alternativo y solidario: un 44,8% de las respuestas caracterizaron a su público como personas interesadas en interactuar con poblaciones locales, un 39,5% a partir de su motivación por conocer culturas locales y un 36,9% como sensibles a las necesidades de las comunidades o el ambiente -podemos descomponer este porcentaje en 13,2% las comunidades y 23,7% al ambiente-. En este mismo sentido, un 15,8% caracterizó a sus grupos consumidores a partir de la solidaridad con las organizaciones prestadoras.

Es decir, desde la perspectiva de las organizaciones, sus públicos poseen tanto características que escapan a la especificidad de este campo (o, en otras palabras, son asimilables con quienes consumen turismo tradicional) como aquellas más propias de un consumo turístico alternativo y solidario. Esta apreciación se refuerza con que solamente el 10% no lo definió como un público con características particulares.

Adicionalmente, en las respuestas abiertas aparecen ideas que refuerzan esta interpretación, que, si bien se podrían englobar dentro de las categorías preestablecidas, dan una pauta de las percepciones que tienen las organizaciones sobre los grupos consumidores. Ejemplo de ello son las respuestas que los perciben como personas interesadas en los beneficios para los/as trabajadores (Solidaridad con las organizaciones prestadoras), la convivencia con los miembros de la comunidad y la valoración de la cultura milenaria ancestral (Motivación por conocer culturas locales/ Interés por interactuar con poblaciones locales) o armar un destino agroecológico sustentable y gente que busca aventura cuidando el medio ambiente (Sensibilidad ambiental).

¿Cómo se concibe al turismo alternativo?

A continuación, se propone profundizar las concepciones del sector en Argentina, a partir de preguntar las ideas con que las organizaciones asocian al turismo alternativo, donde debieron escoger, en orden de importancia 3 ideas entre una lista de 13, cuyos resultados se exponen en el siguiente gráfico:

Como se puede observar, el 50% de las experiencias vincularon al turismo alternativo con la sostenibilidad. Esta misma idea también tuvo preponderancia en las asociaciones y las concepciones sobre turismo alternativo en el estudio sobre las personas trabajadoras de la ESS. Profundizando en estas características, se pueden agrupar las respuestas en 3 subgrupos: 

  • Las que surgen por contraste con el turismo tradicional: sostenibilidad, menor impacto ambiental, responsabilidad del/a turista y fuera de circuitos comerciales. 
  • Aquellas que hacen a las especificidades de los servicios brindados por las organizaciones: ruralidad, baja escala, cercanía y desarrollo de comunidades originarias. 
  • Aspectos que se vinculan con la forma de gestión de los servicios: cooperativismo, gestión comunitaria, solidaridad y no explotación laboral. 

Considerando estos tres grupos, las asociaciones sobre turismo alternativo se reparten de la siguiente manera:

Esto permite inferir una identificación de lo alternativo en el turismo principalmente a partir de una comparación con el turismo tradicional, seguido por la forma de gestión y, por último, considerando la especificidad de los servicios brindados por las organizaciones.

Un dato destacable es que estas respuestas sobre asociaciones con el turismo alternativo se encuentran presentes tanto en las organizaciones más grandes como en las más pequeñas. 

Parece relevante destacar que la idea de la sostenibilidad, la gestión comunitaria y el menor impacto ambiental son las asociaciones dominantes con el turismo alternativo, con independencia de la magnitud y la naturaleza de la organización solidaria consultada al respecto, ya que en ambos casos, estas tres ideas aparecen dentro de las 5 más mencionadas en cada grupo (grupo que se completa, en ambos casos, con las ideas que lo asocian con la ruralidad y con estar por fuera de los circuitos comerciales).   

Nivel de conocimiento en el país sobre turismo alternativo

Por último, a modo de profundizar sobre la caracterización que tiene el sector sobre sí mismo y las ideas que poseen sobre sus públicos, se procedió a preguntar lo siguiente: ¿cómo valoraría el nivel de conocimiento que existe en nuestro país sobre las modalidades de turismo alternativo?

La amplia mayoría de los actores consultados (68,4%) valoran como bajo o muy bajo el nivel de conocimiento que existe en Argentina sobre las modalidades de turismo alternativo. En dirección contraria, solamente un 31,6% considera que el conocimiento es medio o medio alto. Finalmente, ninguna organización respondió que considera que existe un conocimiento alto de las las modalidades de turismo alternativo, ni que el mismo sea nulo. En otras palabras: la totalidad de las experiencias consultadas consideraron que existe cierto nivel de conocimiento, pero el mismo es aún limitado. 

En cuanto a la valoración sobre el conocimiento del sector en el país según el perfil de las organizaciones no se encontraron diferencias significativas entre las de menor y mayor envergadura. Sin embargo, los grupos no formalizados participantes valoraron de forma más positiva el nivel de conocimiento del turismo alternativo en el país. 

Esta idea se la puede complementar con la siguiente pregunta del cuestionario, acerca de cuáles se considera que son los sectores que más y mejor conocen el turismo alternativo (pregunta con respuesta de selección múltiple), donde solamente el 18,4% no encontró particularidades en cuanto al nivel de conocimiento (a través de la respuesta “Todos por igual - Ningún grupo o sector en particular”). Entre quienes sí encontraron particularidades, podemos agrupar las respuestas en dos grupos relativamente parejos: quienes se acercan a estas cuestiones desde la economía social y solidaria (52,8%) y quienes lo hacen a partir de las organizaciones del turismo alternativo y solidario (47,2%). Así es que dentro del primer grupo englobamos a quienes trabajan en enseñanza de la Economía Social y Solidaria (26,4%), quienes forman parte de organizaciones del sector (17%) o trabajan en organismos públicos vinculados al tema (9,4%); en el segundo, englobamos a las personas que viven en las comunidades anfitrionas (24,5%), aquellas que son cercanas a las organizaciones prestadoras (18,9%) y profesionales y prestadores del sector turístico (3,8%).

En este sentido, se puede concluir que, desde la perspectiva de las organizaciones, la proximidad parece ser el elemento más definitorio para generar un conocimiento sobre el sector del turismo alternativo y solidario. Una proximidad que puede ser tanto física como simbólica. 

Obstáculos para el desarrollo del turismo alternativo en Argentina

Con miras a las potencialidades de desarrollo del sector, a continuación, se preguntó a las organizaciones alcanzadas cuáles consideraban que eran los principales obstáculos para un mayor desarrollo del turismo alternativo en Argentina. Para ello se utilizó una pregunta con opciones (donde debían elegir las tres principales razones en orden de importancia) y posibilidad de respuesta abierta.

El 60,52% identificó la falta de políticas públicas para el sector como uno de los principales obstáculos, seguido por un 52,63% a la falta de articulación entre los actores del turismo alternativo y un 47,37% a las dificultades de las organizaciones de turismo alternativo para comunicar con eficacia. En este sentido, en una primera aproximación a los resultados se identifican problemáticas de distinta naturaleza y nivel, por lo tanto, con distintos grados de control o incidencia desde las organizaciones: el Estado, el sector y, finalmente, los actores.  

Más allá de la comunicación, opciones vinculadas a falencias propias de las organizaciones como la falta de capacidad para diversificar servicios o para prestar servicios que se adaptan a las expectativas de consumidores encontraron una frecuencia baja de respuesta (15,79% y 13,16% respectivamente).

A continuación, se expone la frecuencia de las respuestas:

Resulta interesante profundizar en este aspecto pensando en las perspectivas de desarrollo del sector a partir del futuro del turismo como consecuencia de la crisis causada por la pandemia. A partir de ello, tomando las respuestas abiertas, se propone analizar esas dificultades desde tres perspectivas: quienes producen (organizaciones), quienes consumen (turistas) y quienes pueden promover a las organizaciones. En esta última dimensión, interesa pensar estas estrategias de promoción e impulso tanto a nivel público (el Estado, a través de políticas públicas) como privado, es decir, los espacios vinculados a la Economía Social y Solidaria a través de articulaciones y espacios de encuentro que tiendan a promover espacios económicos que discutan con la lógica capitalista de producción y consumo. 

Así es que se agrupan las respuestas en tres segmentos: 

  • Producción: falta de capacidad de las organizaciones de turismo alternativo prestar servicios que se adaptan a las expectativas de consumidores; para diversificar servicios; para comunicar con eficacia; de oportunidades para formarse.
  • Consumo: falta de perspectiva crítica de la ciudadanía para el consumo turístico; de conocimiento e información de la ciudadanía.
  • Promoción: falta de políticas públicas para el sector; de apoyo de las organizaciones de la Economía Social y Solidaria al turismo alternativo.

A partir de esta segmentación de las respuestas se puede observar a nivel general cómo las organizaciones consultadas identifican las dificultades propias como uno de los principales obstáculos para el desarrollo del turismo alternativo. Un elemento a destacar es la alta coincidencia entre las frecuencias de dos respuestas estrechamente vinculadas: la falta de conocimiento e información de la ciudadanía (39,48%) y la falta de capacidades de las organizaciones de turismo alternativo para comunicar con eficacia (47,37%). Este aspecto puede vincularse con la respuesta anterior, vinculada al nivel de conocimiento del sector y pensarse como un elemento que permita potenciar el impacto del mismo (profundizaremos sobre ello en un siguiente artículo, donde abordaremos, entre otros temas, las formas en las que las organizaciones comunican). 

Consideraciones finales

El análisis de los primeros resultados arrojados por el estudio de organizaciones de turismo alternativo y solidario en Argentina aporta algunas claves que permiten aproximarse a una comprensión del estado en que este sector se encuentra situado en el complejo escenario a transitar en la postpandemia. 

Los primeros elementos a destacar son que se trata de un sector caracterizado por la diversidad, ya sea de propuestas turísticas, tamaños, formas de organización o tipo de servicios prestados. En segundo término, que los actores cuentan con un considerable desarrollo temporal, lo cual permite hablar del turismo alternativo y solidario no como un fenómeno incipiente, sino como un sector con cierta trayectoria y consolidación en el país.

Estas experiencias relevadas interactúan con distintos grupos consumidores, cuyas motivaciones para el acceso a este turismo son percibidas por las organizaciones como plurales. Desde la perspectiva de los actores consultados, entre la caracterización de los y las consumidoras emergen dos elementos centrales que pueden aportar a una singularización: el interés por el conocimiento o la interacción con las comunidades y sus culturas, y la sensibilidad ambiental.  

Otra cuestión destacable de los primeros resultados es el peso que tienen en las concepciones sobre turismo alternativo las ideas que antagonizan con el modelo de turismo tradicional, como la gestión comunitaria, la ruralidad, la baja escala, el cooperativismo o estar fuera de los circuitos comerciales. En este punto es importante resaltar las confluencias en estas concepciones sobre lo alternativo entre organizaciones turísticas y personas trabajadoras de la ESS.

Finalmente, en cuanto a los obstáculos percibidos para el desarrollo del turismo alternativo y solidario en el país, más allá de la falta de políticas públicas específicas para el sector, adquieren particular relevancia aquello que se definió como dificultades propias de quienes producen estos servicios, sean a nivel micro (al interior de cada organización) o meso (falta de articulación entre los actores). Estas problemáticas, justamente al situarse dentro de la esfera de lo controlable por parte de las organizaciones, en caso de abordarse y dar respuestas eficaces podrían redundar en un crecimiento y consolidación del sector. 

Estos elementos serán retomados en los resultados de la segunda parte del estudio, ya que constituyen los principales desafíos y lineamientos de acción colectiva para el escenario postpandemia. 

 

Este artículo se publica en el marco del proyecto «Plataforma de investigación en turismo, derechos humanos y equidad de género» desarrollado por Alba Sud con el apoyo de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) (convocatoria 2019).