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Artículo de Opinión | Turismo Responsable | Brasil

16-12-2018

¡Trabajo precario en eventos, necesitamos hablar de esto!

Angela Teberga | Alba Sud

La naturaleza del trabajo en grandes fiestas, espectáculos y juegos deportivos ha estado asociado a una gran precariedad. En este artículo se esbozan algunas de las razones que lo explican a partir del caso brasileño.


Crédito Fotografía: Rock in rio 2013. Imagen de Bruno Farías, bajo licencia creative commons.

Si en el turismo y la hostelería es recurrente la presencia del trabajo precario, éste alcanza un nivel aún más grave si analizamos el sector de eventos, que puede mover miles y hasta millones de personas en razón de grandes fiestas, espectáculos y juegos deportivos. La principal razón por la cual esto ocurre tiene que ver con la propia naturaleza del evento, o sea, el carácter eventual, esporádico. Así, se convierte en situación común el pago del trabajador sólo por el período de la realización del evento (por algunas horas o algunos días, dependiendo de la duración del evento), sin ninguna formalización de contrato de trabajo. En Brasil, se acordó llamar al trabajador de eventos como freelancer (freela), término usado para designar al trabajador que no tiene un vínculo laboral con el empleador, siendo independiente y pudiendo prestar servicios para una o más empresas.

El panorama para esos trabajadores es caótico. La precariedad del trabajo en eventos se manifiesta esencialmente por el carácter informal del trabajo, que genera inseguridad jurídica en términos de derechos laborales (vacaciones remuneradas, límite de horas de trabajo y acceso a la seguridad social, por ejemplo) y garantía de una remuneración digna. Los datos del Instituto de Pesquisa Econômica Aplicada (IPEA) (2016) muestran que el 65% de los trabajadores del segmento de cultura y ocio (que envuelve los espectáculos y actividades complementarias) son informales, es decir, no poseen un contrato de trabajo y seguridad social firmada por el empleador.

Sumada a la informalidad, también está presente la intensidad de la jornada de trabajo. Los trabajadores del sector poseen la mayoría de las veces pésimas condiciones de trabajo, con ritmo de trabajo frenético, trabajando de pie durante todo el turno diario y / o cargando peso en exceso para montaje de equipos, o de bandejas con decenas de vasos. El resultado de la sobrecarga de trabajo es la generación de enfermedades laborales como lesiones musculares y articulares. Por desgracia, la poca literatura existente sobre el trabajo en el sector de eventos tiende a enfocarse solamente en cargos de alto rango, como gestores de eventos y supervisores de subsectores (como alimentación, recepción y seguridad), descuidando la situación de la gran masa de trabajadores que se ocupan del trabajo más pesado e intenso.

En este texto presento algunos casos que pueden ilustrar qué ocurre en Brasil, país que fue sede de la Copa del Mundo de Fútbol en 2014 y Juegos Olímpicos 2016, y es líder en América del Sur en captación de eventos y congresos internacionales, según el ranking de la International Congress and Convention Association (ICCA).

Copa del Mundo: ¿hasta qué trabajo voluntario será glorificado?

La práctica institucionalizada del trabajo voluntario, de aproximadamente 15 mil trabajadores en la Copa del Mundo de Futbol en 2014, para la ejecución de servicios generales del evento, causó polémica en Brasil (y eso se repitió este año en Rusia, siguiendo una larga tradición en este tipo de eventos). Se observa que la práctica de reclutar trabajadores voluntarios, sin remuneración y sin hospedaje, pero con exigencias de jornadas extensas de trabajo (turno diario de hasta 10 horas y disponibilidad de 20 días seguidos durante el evento) y cumplimiento de diversas reglas (como no poder asistir a los partidos de fútbol), se asemeja más a un trabajo esclavo que a un voluntariado social.

Voluntarios Copa del Mundo, Brasil 2014. Fuente: Getty Images.

La práctica del trabajo voluntario realizado por la FIFA, además de contradecir la Constitución Federal en razón del fundamento del trabajo como derecho social, también agrieta la ley específica que regula el trabajo voluntario (Ley nº 9.608 / 1998) en territorio nacional. La referida Ley estipula que ese servicio es una "actividad no remunerada prestada por persona física a la entidad pública de cualquier naturaleza o la institución privada de fines no lucrativos" - no se encuadra en la práctica la Federación Internacional de Fútbol, ​​que tiene ganancias multimillonarias con los partidos de la Copa en razón de derechos de transmisión y contratos de patrocinio. En otras palabras, vivimos efectivamente un estado de excepción constitucional en cuanto a los derechos fundamentales laborales: la FIFA utilizó de mano de obra esclava (y no voluntaria), legitimada por el gobierno brasileño.

Es necesario recordar que la explotación del trabajo humano puede ocurrir incluso en los casos en que los trabajadores busquen el servicio de manera voluntaria (y por lo tanto aceptando las condiciones del trabajo propuestas). Además, la justificación de la FIFA de estimular el "espíritu voluntario" y los ideales de colectividad y afectividad entre los participantes ocultan el verdadero motivo por el cual el servicio voluntario se ha vuelto algo común entre los poderosos del fútbol mundial: reducción de los costos con el pago de remuneración digna y justa a los trabajadores del megaevento.

Lollapalooza en Sao Paulo: un caso de falta de respeto a los derechos humanos

El festival de música Lollapalooza comenzó en 1991 en los Estados Unidos de América, recibiendo anualmente el festival en la ciudad de Chicago. En Brasil, el primer evento tuvo lugar el año 2012, y desde entonces recibe el festival se organiza anualmente en el Autódromo de Interlagos, São Paulo. En los escenarios paulistanos se presentaron bandas como Red Hot Chili Peppers, Pearl Jam, Metallica, Eminem, entre otros.

En el mes de marzo de 2018, una grave denuncia salió a la luz: personas sin techo estaban siendo contratados irregularmente para levantar los escenarios del evento, sin ningún equipo de protección. La denuncia fue hecha por el Padre Júlio Lancelotti, coordinador de la Pastoral del Pueblo de Calle y párroco de la Iglesia San Miguel Arcángel en el barrio de Mooca, São Paulo, en su página de Facebook. El Padre Júlio, que constantemente es blanco de amenazas por acoger en su parroquia a la población de la calle (o hermanos de la calle, como él suele llamarles), ha recibido diversos premios nacionales por la defensa de los Derechos Humanos.

En su denuncia presentó videos de personas sin techo, que fueron contratados para levantar los escenarios del festival, con las manos heridas y dolores en el cuerpo. Recibían entre 40 y 50 reales por una jornada de 10 a 12 horas de trabajo. El trabajo consistía básicamente en cargar cajas de sonido y las estructuras de los escenarios dentro y fuera de camiones. Aunque el trabajo era extremadamente pesado, ninguno de los trabajadores recibió equipo de protección, como cascos, guantes o zapatos adecuados

Rock in Rio: trabajo esclavo en medio de shows internacionales de rock

El festival de música Rock in Rio se realizó por primera vez en 1985 y se reanudó en 2011 con ediciones bianuales en la llamada "Ciudad del Rock", Río de Janeiro. Se considera el mayor festival de música del mundo y se internacionalizó en 2004, con ediciones periódicas en Lisboa, Portugal, y otros tres países. Se estima que más de 8 millones de personas han asistido a los conciertos desde el primer evento.

En el año 2015, auditores fiscales del trabajo constataron irregularidades laborales en una cafetería externalizada que vendía patatas fritas en el evento. 17 trabajadores de la empresa "Batata no Cone" se encontraban en condiciones análogas a la esclavitud, pues "no tenían acceso al saneamiento básico, tenían documentos retenidos por parte de la empresa e incluso contracción de deuda por parte de los trabajadores que no conseguían vender todas las "mercancías". El trabajador debía asumir todas las patatas que no se vendían al final del día, lo cual le generaba una deuda inmensa con la empresa al final del evento.

Fiscalía encuenta a trabajadores de Rock in Rio durmiendo en el suelo. Fuente: G1 / Divulgação.

La empresa fue sancionada por trabajo próximo a la esclavitud por el Ministerio de Trabajo y entró en la llamada "lista sucia" del trabajo esclavo (registro de empleadores que hayan sometido trabajadores a condiciones análogas a las de esclavo), divulgada en abril de 2018. La organización del Rock en Río alegó que no asume responsabilidad por la actuación de las empresas tercerizadas y "lamenta" lo ocurrido.

Eventos y precarización recurrente: motivo de burla en redes sociales

Si en gran evento, aun siendo objeto de fiscalización laboral y estando bajo la mirada de grandes multitudes, el trabajo precario se hace presente, que ocurrirá en eventos pequeños y de mediano tamaño. La precarización del trabajo es recurrente en el sector a causa de su elevada informalidad y se manifiesta principalmente en las jornadas exhaustivas de trabajo.

Hay, además, un factor especial en el trabajo en eventos: la exigencia de determinados patrones de "belleza" para los trabajadores que tienen contacto con el público, especialmente recepcionistas y promotoras. En varias ofertas de empleo para eventos en Facebook, la amplia mayoría de los anuncios hacen exigencias de medidas específicas de maniquí, además de solicitar fotografías para la selección de las candidatas. Estamos ante un evidente proceso discriminatorio de reclutamiento y selección. Las consideradas "feas" o fuera de los estándares exigidos (muy bajas o gordas) están fuera del juego, independientemente de sus habilidades, competencia y formación.

La precarización del trabajo en Brasil (en todas las áreas, no hay excepciones) tomó tal proporción que se convirtió en motivo de burla en la red social Facebook. En 2017 dos amigos publicitarios crearon una página llamada Vagas arrombadas (algo así como “vacantes de robo”) con el propósito de "denunciar" ofertas de empleo explícitamente vejatorias. Hoy la página cuenta con más de 300 mil seguidores. Algunos ejemplos pueden ilustrar hasta qué punto llegaron los empleadores brasileños: hay ofertas de trabajo doméstico a cambio de vivienda y alimentación; hay otras que solicitan candidatos con "baja ambición salarial". La comedia es, como siempre, la principal aliada del brasileño.

Como no podía ser de otro modo, el sector de eventos también estuvo presente en las "denuncias" de la página en algunas ocasiones: en una, el empleador busca un barman para trabajar en su boda por el valor más bajo ofrecido (¿una subasta salarial?); en otra, hay el aviso que el pago al trabajador se realizará solamente después de 45 días del trabajo realizado.

Hay quien utiliza la página como un mural de lamentaciones. Uno cuestiona: "Gente, ¿el área de eventos es, de hecho, un gran robo?" Y las respuestas que aparecen a continuación confirman la duda del chico de manera cómica: “Sí. Eso que hice un curso técnico para eventos y no fue más que un entrenamiento para ser robado”; "Comunicación y eventos son fuente de desgracia"; "Con frecuencia el evento es un robo sin fin".

Desgraciadamente, ante lo expuesto, estamos obligados a estar de acuerdo con los colegas. La precarización del trabajo en el sector de eventos es estructural, dada su naturaleza informal (y con ella las jornadas exhaustivas, los bajos salarios, la inseguridad laboral y de seguridad social). Incluso antes de la reforma laboral brasileña, estas prácticas laborales eran comunes, y desde entonces se ha acentuado a medida que se regulariza la tercerización irrestricta y el trabajo intermitente - modalidades usuales en el sector.

Este artículo se publica en el marco del proyecto «El Objectius de Desenvolupament Sostenible i el turisme: estratègia d’educació per al desenvolupament», ejecutado por Alba Sud con el apoyo de la Agència Catalana de Cooperació al Desenvolupament (ACCD) (convocatoria 2017).